martes, 23 de octubre de 2007

pica pica el vampiro sobre la tela de una araña

Badabadum... badum... badumba dumbadero,
porque yo soy... yo soy... el vampiro negro
Mi madre es la momia, mi tío 'Frankinstein',
mi padre el hombre lobo, mi tía yo que sé.
Badabadum... badum...
Ésta es una canción que cantábamos en el autocar, en las excursiones extraescolares. Otras eran:
Un elefante, se balanceaba sobre la tela de una araa-aña,
como veía que no se caía, fue a llamar a otro elefaa-ante.
Dos elefantes...
(De la que surgió la versión deformada de "una alemana me la meneaba en una tienda de campaa-aña")
O la de:
[el niño que empieza la seguidilla]: ¡Rafa ròbó pan en la casa de San Juan!
[Rafa solo]: ¿quién yo?
[todos los niños a coro]: ¡Sí tú!
[Rafa solo]: Yo no fuí.
[todos los niños a coro]: ¡¿Entonces quién?!
[Rafa solo]: Guillermo.
[todos los niños a coro]: Guillermo ròbó pan en la casa de San Juan.
...
O la de Carrascal:
Carrascal, Carrascal, que bonita serenata,
Carrascal, Carrascal, que me está dando la lata...
[y ahora, por turnos, cada cual improvisaba una rima (aunque en la práctica se recitaba una ya aprendida) y cada verso se repetía a coro]
Una vieja seca seca,
seca seca se casó,
con un viejo seco seco,
y se sècaron los dooos...
Carrascal, Carrascal...
El castillo de mi pueblo,
el castillo de mi pueblo,
el castillo de mi pueblo,
en mi pueblo no hay castillooo...
[Incluso se podían reciclar versos de otras cancioncillas...]
Pican pican los mosquitos,
pican con gran disimulo,
unos pican en la cara,
y otros pican en el cu...
Carrascal, Carrascal...

Y otra que es muchísimo más antigua, de la época de mis padres (me la enseñó mi madre):
Un flecha en un campamento
[coro]: tch tch
Un flecha en un campamento
tch tch
En la cama se meó,
chibiribirí chibiribiró
en la cama se meó
[a partir de aquí omito los tch tch, los chiribiris y los bises]
Tan grande fue la meada,
que un barco allí naufragó.
Marineritos al agua,
salvad la tripulación.
[falta algo que no recuerdo]
El capitán como listo,
en un barril se metió.
El barril salió rodando,
contra una roca chocó.
El barril se hizo astillas,
y el capitán un chichón.
Ah, y no podían faltar las canciones dedicadas a las rivalidades entre ciudades, aunque de pequeños no éramos conscientes de tal rivalidad, las cantábamos tan alegremente:
Qué bonita es Barcelona,
vista desde un aeroplano,
ver caer 20 bombas sobre ella,
y dejarlo todo plano.
Una forma de educar piques personales de generación en generación.

Y esta otra, aprendida fonéticamente:
Al son de la son del gat,
una noia una noia,
al son de la son del gat,
una noia i un soldat.
En clase de lengua nos hicieron aprender alguna poesía en gallego que aún recuerdo de memoria (fonéticamente, con errores de seguro)...
Vexo Vigo vexo Cangas,
tamben vexo Redondela,

vexo Ponte de San Paio,
camino de miña terra.

o la de:
Adios rios adios montes,
adios regatos pequeños,
adios vista do meus soyos,
no se cuando nos veremos.

Miña terra miña terra,
terra donde meu crié,
hotiña qui quise tanto,
figueriños que planté.

Prados ríos arboredas,
pinares que movió vento,
campanillas timbradoiras,
casiña do meu convento.

Muiñodos castañares
noites claras dol luar

[estrofa que no recuerdoooo]
do igresiña do luar.

Ésta última de Rosalía de Castro me gusta, expresa el mismo sentimiento que "El viaje definitivo" de Juan Ramón Jiménez.
Y para echar a suertes:
En un café se rifa un pato, al que le toque el número 4: 1,2,3 y 4.
En un café se rifa un pez, al que le toque el número 3: 1,2 y 3.
En la casa de Pinocho, todos cuentan hasta 8: 1,2,3...

Y no sigo, que esto de recordar canciones envicia.
NOTA: Los versos correctos están en internet, pero no los voy a corregir.

9 comentarios:

planseldon dijo...

Por cierto que lo de Paco robo pan, es otro caso como el de la carta de ajuste, estuve toda mi infancia jugando a ese juego pensando que Robopán era un apellido o algo así -es decir, sin entender realmente de lo que se trataba- hasta que un día, caí en la cuenta: "anda pero si Paco - robó - pan! que robó pan! anda mi madre!
Creo que era cosa del ritmo de la canción, que hacía atona la palabra robó "Paco robo-pán", o que yo era un niño medio tonto (que también) :D

La interrogación dijo...

Anda, pues yo decia carrasclás, carrasclás. Y no sé porqué. Vaya.

Herel dijo...

En efecto, en lugar de "robó pan", se cantaba "ròbopán", todo junto y con un acento secundario en ro. Algo que ocurre mucho en música, lo de no respetar la acentuación de las palabras para adecuarlas a la melodía.
Aunque en este caso, estaba claro ¿eh? que el juego consistía en negar la acusación y culpar a otro :P
Jo, ahora estoy pensando que no era un simple juego, sino una forma de aprender a ser un listillo.
-El PSOE ha robao de las arcas del Estao.
-¿Quiénes nosotros?
-Sí, vosotros.
-Nosotros no fuímos.
-Entonces quién.
-El PP.
-El PP ha robao de las arcas del Estao...

Herel dijo...

¿Carrasclás? jaja, debe de haber muchas versiones.

planseldon dijo...

Hay mucho que decir sobre ese juego de "robopán".
Creo que el hecho de que no me parase a pensar en el sentido de la canción era porque mi infantil cerebro en lo único en que podía pensar era en ¡cuándo llegaría el momento en al fin alguien se acordase de mi! ¿llegaríamos al final del trayecto sin que nadie me hubiese apuntado? Era angustioso y vergonzoso, y una señal de que podías acabar cayendo en el pozo de los apestados (marginados les llamábamos.)
Recuerdo el alivio que al final se sentía al oír lo de "Martin robopán en la tienda de San Juan" ¡Con qué alegria y sonrojo de satisfacción gritabamos el "¿Quién yo?"
En fin. Para que luego vengan con eso del paraíso de la infancia.

planseldon dijo...

Por cierto que lo de "Martin" era porque en mi colegio nos solíamos llamar por el apellido abreviado: así yo era Martin (De Martínez; fíjate que era Martin, no Martín) Retenaga era Rete, Ossorio Osso, Garriga Garri, etc. Esto no se aplicaba a las chicas (misterio) ni a uno que era tocayo mío y se llamaba Carlos Martínez Franco, pero le llamábamos Franco (imagino la cara de los maestros -allá por 1980- cuando nos veían a todos los chavales animando durante los partidillos del recreo: ¡Franco!¡Franco!¡Franco! :D

Herel dijo...

Menudo trauma, significaba que nadie te tenía en sus pensamientos, que no eras importante... o todo lo contrario. Como esos que jugando al fútbol nunca te pasaban el balón: aunque querían ganar, preferían perder una jugada antes que dejar que tú participases y mucho menos que marcases.
En mi cole nos llamábamos por el nombre, aunque luego, al cambiar e ir al intituto y aparecer muchísima gente nueva, sí que proliferaba eso de llamar por el apellido. Quizá porque los primeros días los profesores pasan lista por apellidos; en cambio en el cole la pasaban por nombres en los primeros años.

Ada dijo...

¿Y ésta la conoces?

"Santa Marta, Santa Marta tiene tren (bis)

pero no tiene tranvía,

si no fuera por la zona, caramba,

Santa Marta moriría, ay caramba...".

Muy de excursiones. Luego se solía cantar formando parejas con los chicos de la excursión en plan: "Santa Lucía, santa Lucía, tiene tren pero no tiene tranvía, si no por Pedro, caramba...". XD

Acabo de recordar este detalle ahora.

Herel dijo...

Pues no... :)