lunes, 27 de febrero de 2006

problema inconfesable



Tendría yo unos 13 años y mis padres me apuntaron a un campamento de verano en la sierra. El caso es que según pasaban los días cada vez tenía más necesidad de marcharme, no podía más, tenía que salir de allí como fuera. Y no fue tan fácil, me lo pensé mucho hasta llegar al punto máximo de desesperación en el que no podía aplazar la marcha. Tuve que hablar varias veces con el monitor de tienda, interrogatorios infructuosos sobre cual era mi problema, con el religioso a cargo del campamento, sermones con mucho tacto y cordialidad, me intentaron retener y hacer cambiar de opinión, tuve que ver desfilar a algunos de mis compañeros delante de mí pidiéndome perdón por si en algún momento habían hecho algo que me hubiera ofendido, horrible...

Porque no era nada de eso, de hecho no lo estaba pasando mal en el campamento... mi PROBLEMA era que desde que había empezado, pasaban los días y no había logrado evacuar, y tenía el intestino grueso a reventar.
Las letrinas estaban situadas en medio del campamento, eran unas cabinas rudimentarias al aire libre con las puertas casi como las de los bares del Oeste, que se veía todo desde fuera, y por más que lo había intentado, cada vez que me sentaba ahí me entraba pánico escénico, mí esfínter se apretaba tercamente, me bloqueaba, se me hacía un nudo en los intestinos y no lograba nada. Tenía estreñimiento, pero yo no me atrevía a decirlo, me resultaba vergonzoso, así que no dí ninguna explicación. Me cerré en banda, lloré, me desesperé... no paré hasta que tomaron en serio mi angustia y llamaron para que vinieran a buscarme.
Sé que pude parecer egoista, raro, antisocial, déspota, obstinado, ingrato, despreciativo... pero teniendo en cuenta que estaba que reventaba por dentro, esos detalles me importaban comparativamente más bien poco, era cuestión de vida o muerte aunque nadie lo supiera, e incluso el dar la sensación de que tenía algún problema con el campamento o la gente era mi único modo de exigir salir de allí sin confesar la verdad.
El estreñimiento era puramente psicológico, me estreñía la falta de intimidad, el estar tan expuesto; allí no había quien cagara tranquilo. El campamento estaba vallado cual campo de concentración; estabas siempre controlado por el monitor o por la compañía de los otros del grupo; rodeado gente y con actividades programadas una detrás de otra no veía la forma de despegarme y desaparecer unos minutos, sin que nadie se diera cuenta de mi ausencia, para buscar un lugar tranquilo entre la naturaleza, lejos del mundanal ruido, de las miradas y el estrés, para poder sacar todo aquello que me oprimía por dentro.

Una vez llegué a casa, lo primero que hice fue sentarme en la taza del báter... y salió todo lo que tenía que salir... y por la puerta salí luego yo con una gran sonrisa de alivio y liberación.
Quizá debí plantearle el verdadero problema al Padre a cargo del campamento para que me dieran alguna solución menos drástica que mi marcha, pero cuando un tema para tí es tabú, plantearlo está descartado. Y aquello para mí lo era, curioso que me importara menos dar la sensación de que despreciaba las atenciones de los demás que explicar que estaba estreñido.
A veces, reacciones que pueden parecer complicadas y misteriosas, se reducen a una sencilla explicación fisiológica que no se quiere confesar. Cada cual sabe por qué hace lo que hace.

sábado, 18 de febrero de 2006

De compras y de búsquedas


Hoy Sábado me ha cundido bastante la mañana. Me he levantado a las 10; he cogido el coche y me he ido de compras por los polígonos de Getafe. Además he lavado el coche, que andaba cubierto polvo, gracias a la lluvia que ha caido en un tramo del trayecto.
Empecé por el Decathlon, (grandes almacenes dedicados exclusivamente al deporte... por si alguien no lo sabe), en donde me fundí 145 euritos de nada. Luego me fuí a los Factory, (tiendas variadas de ropa baratilla, de stock, con defectos, descatalogada, y ropa normal también... por si alguien lo desconocía). La verdad es que en el Decathlon ya me había comprado unas cuantas prendas chulas, y por tanto iba con el nivel muy alto como para llevarme cualquier cosa, así es que sólo me gasté 6 Euros... y no fueron en calcetines tobilleros, que es algo que siempre se me antoja llevarme, hasta de los supermercados.
A la vuelta, me fuí al "super" a hacer la compra, y después de comer me subí al centro, a unos famosos grandes almacenes, a por unas gafas de ventisca que se me han antojado, -en el Decathlon, esta mañana, sólo quedaban un par de modelos un tanto toscos- pero no me compré las gafas allí tampoco, no, salté hasta la FNAC y allí sí que me compré... dos cómics de La Mazmorra, los dos últimos que habían salido, la verdad es que me los compro ya sin mirar, por inercia, empecé la colección casualmente, me hizo gracia y he seguido comprando todos los que salían.

No soy aficionado a los cómics, pero andaba -unos años atrás- yo buscando uno en concreto que me prestó unos días un compañero de clase en el instituto -más años atrás. Era un cómic muy muy violento y despiadado, desde la primera hoja hasta la última; era violento en el primer plano en el que transcurría la acción principal y era violento en los escenarios de fondo; pero se me antojó volver a tenerlo o leerlo. Es difícil de encontrar un cómic tan antiguo, y tan sólo este verano conseguí el segundo de la trilogía en la FNAC de París de Place d'Itali, en francés claro, y allí mismo le pedí a una empleada que mirase por ordenador si tenían el 1 y el 3 de "Las Leyendas de los Pueblos Olvidados, de Chevalier y Ségur": estaban agotados, y el editor ya no sacaba más, lo que había es lo que quedaba. Me llevé ese y algunos de La Mazmorra que no habían salido en España todavía. El segundo no lo había leído en mi época de instituto, y si el primero lo había definido como violento y despiadado, la segunda parte es además escatológica, no muy agradable... pero es la segunda parte de algo que busco... y ese es su único valor.
Sé que por internet aparecen en varios sitios estos cómics a la venta, pero es un antojo circunstancial, no una necesidad, de modo que no los voy a comprar de esa forma, ni pagaría cualquier precio.

Empecé la colección de La Mazmorra, de Sfar y Trondheim, un día en el que me asomé a una tienda de cómics por ver si tenían, de casualidad, "Las Leyendas de los Pueblos Olvidados", y mientras ojeaba a diestro y siniestro ví un cómic titulado: "La Mazmorra - El Rey de la Pelea", en cuya portada aparecía un muñegote -Marvin- que me cayó bien visualmente.-Hmmm... esto parece una parodia de los juegos de rol. Como estaba precintado no lo pude leer, y decidí arriesgarme -tras mucho pensar... me lo llevo... no... me lo llevo... no... - y comprarlo a ciegas.

Y efectivamente era una parodia: resulta que La Mazmorra es un negocio con su jefe -el Guardián- y con sus monstruos, que trabajan como empleados; y los clientes son los aventureros que entran en busca de tesoros. El cometido de los monstruos es despachar (en el sentido mortal de la palabra) a los clientes, incorporando sus pertenencias al tesoro de la mazmorra. Aunque como toda empresa, tiene sus técnicas de "marqueting", y de vez en cuando hay que dejar salir a algún aventurero vivo con un buen botín para que haga publicidad.
Las situaciones que se suceden tanto dentro como fuera de la mazmorra son absurdas, no hasta el extremo de las parodias de los clichés del manga de Bobobó...

...aunque igual que Bobobó tiene su absurdo "poder del cabello nasal", Hebert -el protagonista (algunas veces, no siempre) de La Mazmorra- tiene el absurdo "papirotazo", que consiste en un golpe con el índice y el pulgar (como para jugar a las chapas) que hace auténticas carnicerías con los monstruos (pero sólo con los que son de color verde).

Hay una mezcla de trivialidad y trascendencia. Por ejemplo, hay una escena que personalmente me parece un golpe muy fuerte: es un flashback en el que Hebert, el pato protagonista, revive un trauma de su pasado en el que los personajes aparecen representados como sombras con destacados ojos malignos: Su padre le mete en una escuela en la que se le trata con mucha dureza, tanto por parte de los compañeros como por la del maestro; aunque se quiere ir, su padre le obliga a quedarse alegando que debe aprender a ser fuerte, pues la vida es dura. Hebert no soporta los latigazos que le da su maestro a cada fallo y le advierte:
-"Si me das un latigazo más, será la primera persona que mate"
Y lo cumple, por lo que es acusado de haber matado a un profesor...
-"no haberme enseñado a odiar"
Hebert tendrá que batirse en un duelo a muerte con un guerrero como rival como pena.
-"Padre, dónde estás ahora, ¡ayúdame!"
-"Aquí estoy, soy tu rival, lucha por tu vida"
Obviamente, su padre se ha ofrecido como rival para dejarse ganar, para salvar a su hijo, pero obligándo a su hijo a matar a su propio padre.

Éste no es el tono visible del cómic, pero sí que es un ejemplo de la sombra grave y profunda que subyace en páginas aparentemente triviales y desenfadadas. Todos los personajes tienen un pasado, y una sombra. Hebert como adulto es pizpireto y amante del libre albedrío; pacífico y algo histriónico. Pero cuando tiene que matar, mata desenfadadamente.

Una de las cosas que me compré es un saco de dormir ultracompacto y ligero (65 gramos... ¡NO!... 650 gramos), y estoy deseando estrenarlo en la sierra... cuando las temperaturas nocturnas sean más suaves... ¿o no? lo difícil será elegir cueva para el vivac... hay tantas... y con lo indeciso que soy...

viernes, 3 de febrero de 2006

el correo de cada día



Está visto que en internet, la funcionalidad de una cuenta de correo es inversamente proporcional al tiempo que llevas usándola, cada vez recibes más mensajes y cada vez son menos los que te interesan.
La correspondencia de cada día se puede clasificar en:

  • Ofertas de viagra. Para los telequinésicos como yo que usamos el poder de la mente para mover esas cosas, no es necesario.
  • Píldoras de alargamiento de pene. Vaya, todavía no se han enterado que me lo alargo y me lo encojo yo solito cuando me da la gana, ¿para qué voy a querer tenerlo siempre largo?
  • Empleados de una empresa petrolífera nigeriana que me van a hacer rico sólo por abrirles una cuenta con acceso a dinero mío. Una pena que me lo manden siempre en inglés, pues lo considero una falta de educación gravísima; o me lo mandan en perfecto castellano madrileño de Chamberí o paso. Además de las respectivas traducciones al catalán, euskera y gallego, que como lenguas nacionales que son, tengo derecho a elegir en cual la quiero leer.
  • No sé cómo me las apaño pero siempre me toca el gordo de la lotería de Florida, y eso que no juego ni a la de aquí. Una pena que no quiera ser rico.
  • Nuevos parches de actualización de Windows, que nunca utilizo porque mi sistema operativo perdería el encanto añejo de su antigüedad.
  • Notificaciones de mi banco alertándome sobre fallos en la seguridad y pidiéndome que les envíe mis datos secretos para estar más seguro. Pero yo tengo plena confianza en las capacidades de los profesionales que trabajan en mi banco, y sé que podrán solucionar esos problemas sin mi intervención. Si no confiara en su resolución no tendría mi dinero allí.
  • La increible oportunidad de comprar un libro sobre cómo hacerse rico por internet. El caso es que no necesito comprarlo, porque ya sé cómo hacerme rico por internet con un libro. Sólo tengo que escribir un libro titulado: "Cómo hacerse rico por internet", y vendérselo al mayor número de personas posibles y al mayor precio posible. El libro constaría de un único capítulo en el que diría: Para hacerse rico por internet, venda este mismo libro a cuantas personas pueda y al precio más alto que pueda.

Esto muy por encima, los hay que ordenan su correo más rigurosamente.

recortes de canciones



No es censura, es selección.
Fragmentos de canciones o frases sueltas, sin el contexto del resto de los versos, que por una o por otra me tocan. Omito los autores, a ver cuántas reconoceis.
  • Si tú no te das cuenta de lo que vale, el mundo es una tontería, si vas dejando que se escape lo que más querías.
  • Hoy en mi ventana brilla el sol y el corazón se pone triste contemplando la ciudad, por qué te vas.Todas las promesas de mi amor se irán contigo, me olvidarás. Junto a la estación hoy lloraré igual que un niño, por qué te vas.
  • Ayúdame y te habré ayudado, que hoy he soñado en otra vida, en otro mundo... pero a tu lado.
  • Llueve, detrás de los cristales llueve y llueve; sobre los chopos medio deshojados; sobre los pardos tejados; sobre los campos llueve... Que por una sonrisa doy todo lo que soy, porque estoy solo y tengo miedo.
  • ¿Por qué sonríes si no eres feliz?
  • Soñé que volvía a amanecer, soñé con otoños ya lejanos. Mi luz se ha apagado, mi noche ha llegado, busqué tu mirada y no la hallé. La lluvia ha dejado de caer, sentado en la playa del olvido, formé con la arena tu imagen serena, tu pelo con algas dibujé.
  • Marchaba tan feliz que no escuchó la voz que le llamó. Y tendido en el suelo se quedó, sonriendo y sin hablar...
  • Mi fuente, mi sed, mi barco, mi red y la arena. Donde te sentí, donde te escribí mi poema.
  • La encontraron días después, con las manos blancas de pintar su nombre en la pared. Y el tuyo junto a él, borrado de pensar que nunca volverá...
  • Encerrado en el tiempo, ha perdido el valor para escapar de su celda, el héroe sin ilusión.
  • Everyone knows when they look at us, of course they do, it must be obvious.
  • I was a lonely boy, no strength, no joy. In a world of my own at the back of the garden. I didn’t want to compete, or play out on the street. For in a secret life I was a round head general.
  • I love to hate you.
  • It's no secret that a friend is someone who lets you help. It's no secret that a liar won't believe anyone else. They say a secret is something you tell one other person, so I'm telling you...child
  • I used to think that the day would never come, I'd see delight in the shade of the morning sun. My morning sun is the drug that brings me near, to the childhood I lost, replaced by fear.
  • The picture you see is no portrait of me, It's too real to be shown to someone I don't own.
  • This used to be our playground, this used to be our childhood dream, this used to be the place we ran to. I wish you were standing here with me.
[seguramente ampliaré]