lunes, 25 de octubre de 2010

Casi Rompetechos

Me dirigía a una papelería de Argüelles, con el sol de la tarde deslumbrando la calle. Cuando llegué a la altura de donde sabía que estaba la tienda, sin si quiera mirar escaparate ni letrero, bajé directamente por los escalones.

Me encontré de frente con una chica tras un mostrador, y rápidamente me dí cuenta de que aquello no era una papelería, sino una clínica.

Por poco no inicié un diálogo digno de Rompetechos.
La papelería en verdad estaba unos pasos más adelante.

domingo, 24 de octubre de 2010

Las Médulas

En las sierras del noroeste abundan los castañares, y entre las Médulas del Bierzo crecen grandes bosques con ejemplares de gigantescos troncos.
Desde que los romanos estuvieron por aquí la naturaleza, o las plantaciones humanas, han tapizado los desconchones.
Tierras rojas, de las que se extrajo gran cantidad de oro.
El terreno fue vaciado usando la fuerza de arrastre del agua, y así quedaron sólo en pie estos bastiones que se hicieron fuertes y resistieron.
Las pirámides de las Médulas.
A algunas se puede subir, algunos tramos más gracias a los agarres que brinda la vegetación que a la orografía.
Cerca de Ponferrada nos encontramos un paraje también originado por la erosión del agua (y rematado por el viento), pero ésta vez de forma natural. Los típicos farallones que se forman en torno a las cuencas de los ríos.

Banda Sonora:

jueves, 21 de octubre de 2010

La casa menguante.

La Casa de Campo no ha parado de menguar, de tanto trillarla en estos meses con la bici buscando cada día un trozo de ruta diferente, ir por donde nunca antes había ido.
Y ha sido posible prácticamente siempre debido a que este bosque prostituído está profusamente arado con sendas, caminos, y cortafuegos, muy próximos entre sí. Vías paralelas y perpendiculares, a veces pegadas. A eligir: la carretera, al lado el camino, al lado el sendero, y luego el cortafuegos... y unos metros más allá otro cortafuegos u otra senda. Es fácil estrenar cada día un trozo de recorrido nuevo.

No hay escondites, no hay lugares recónditos ni secretos, no hay naturaleza salvaje. Cada palmo de suelo ha sido pisoteado, palpado, arado, contemplado, examinado, respirado, meado... por miles de personas cada día.



sábado, 16 de octubre de 2010

por el pueblo

Es tierra de pinares, pero aún no he visto un solo pino en todo el término municipal.
El pueblo se encuentra en un valle atravesado por un río al que van vertiendo manatiales desde las laderas. Son fácilmente localizables a la legua porque allá donde brotan crecen densas alamedas.
Las alamedas menos explotadas son un auténtico vergel, tapizado por enredaderas y verdor.
Alejándonos del pueblo aparecen pequeñas huertas de frutales cerca de los manatiales, y almendros en las zonas más secas...
... y parras. La mayor parte de la gente ya ha hecho la vendimia de este año.
Y finalmente el bosque. El bosque autóctono está compuesto básicamente por una única especie, el roble quejigo o melojo, que parece ser el único lo suficientemente duro para este tipo de terrenos tan desagradecidos.
A ratos se levantan farallones repletos de oquedades, y cuyos desprendimientos salpican el bosque de grandes bloques de caliza blandurria.
La aves de rapiña no son tontas y no anidan en las oquedades a las que se puede trepar, pero las utilizan como comedores para devorar sus presas. En los nichos quedan los restos de sus festines.
Allí donde el bosque ha sido menos trillado los robles crecen más altos, y entre ellos cuelgan lianas de enredadera.
Las hojas del quejigo se asemejan mucho a las de la encina, incluso podrían confundirse, pero en invierno estas hojas habrán cobrado un tono cobrizo dejando los troncos mediodeshojados.

Si ascendemos los farallones y salimos del valle nos encontramos los páramos, la planicie, completamente arrasada para el cultivo de cereal.
En estos momentos es un desierto de piedras entre las que, cuando sea la época, crecerá la cosecha. En los campos que se cultiven, ya que debido al éxodo rural no todas las tierras que antaño se cultivaban ahora se utilizan, sobre todo las que se encuentran en las laderas, donde los tractores no pueden maniobrar y han de trabajarse a mano.
Dejamos los páramos y descendemos de nuevo al valle y a los farallones, en los que se abren numerosas covachas (que no cuevas). Abrigos convertidos algunos en apriscos para los rebaños.
Estamos remontando el río, y el bosque comienza a desaparecer progresivamente. El terreno es completamente blanco, calcáreo, con formaciones geológicas de erosión y barrancos. Multitud de senderos borrosos a media ladera, seguramente del repetido paso de las ovejas y los pastores.
Forman unas pistas geniales para hacer trialeras con la bici, salvo por la inclinación y lo resbaladizo que es el firme. Es fácil que las ruedas resbalen ladera abajo. Habría que horizontalizar los trazados y podar muchas ramas para no comérselas.
Algunos árboles aparecen medio desenraizados por la acción de las escorrentías.
Si descendemos hasta el fondo del valle nos encontramos con el río y con algunos manantiales que afloran en las zonas más bajas. Por aquí crecen zarzas, espinos, manchas verdes, aunque la mayor parte de la zona es estéril, rocosa.
 
Los buitres surcan los aires, en busca de alguna presa, o esperando que me dé un jamacuco...
En los manantiales el agua fluye de golpe y en abundancia, el agua recogida por los páramos se filtra y discurre bajo tierra para emerger en el valle, pero el paraje se vuelve cada vez más desolador.
Una oruga de gran tamaño almuerza apaciblemente junto a uno de los humedales.
Es una oruga esfinge de la lechetrezna, que tras la metamorfosis se convertirá en una polilla nocturna.
Y el bosque ya ha desaparecido completamente, nos encontramos cerca del nacimiento del río, de los manantiales, y paradójicamente apenas se ve algo verde. Este es el paisaje más característico y abundante de la zona.
Asciendo de nuevo a los páramos y regreso por arriba.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Comunicado para tontos

Durante la pasada celebración del Día de Oceanía, nuestro amado lider fue víctima de los insultos de un pequeño pero ruidoso grupo de traidores seguidores de Goldstein, que cargados de odio y falta de respeto trataron de sabotear...

El que la gente se lo crea o no, para el caso, es lo mismo. Nada cambia. Pueden hacer lo que quieran y decir lo que quieran, incluso decir que no ha pasado, sin pestañear.
Y los que gritan un día al otro ya no gritan, tienen que ocuparse de cosas más importantes y todo se olvida.

Cuando lleguen las elecciones volverán a ser votados, volverán a salir elegidos. Estos, los otros, o los de más allá, da lo mismo, el caso es que volverán a salir elegidos. Aquí y en otros países.


domingo, 10 de octubre de 2010

Métodos de razonamiento escolástico medieval

  • Principio de autoridad. Si lo ha dicho una persona de autoridad es una base de certeza.
  • Verbalismo: Divagaciones que no aportan más información que la ya implícita en el tema a desarrollar, simulan una explicación razonada cuando sólo añaden paja. Los lobos comen carne debido a su naturaleza carnívora, la cual les hace comer carne.
  • Silogismo: Si los canarios son amarillos y los canarios son aves, las aves son amarillas.
  • (y añado yo...) Inquisicionismo: No importan las absurdeces, tergiversaciones, exageraciones u omisiones necesarias para llegar a las conclusiones, siempre que éstas apoyen las teorías de la Inquisición del momento.

El Libro Negro de las Marcas

Este libro, escrito por un par de alemanes, habla de un mundo cada vez más dominado por la multinacionales, donde las naciones se dividen entre mercados de materias primas y mano de obra, y mercados de consumo.
Las naciones productoras de riqueza son el tercer mundo, y los consumidores de la riqueza el primer mundo.

Las multinacionales responden a la ley de la oferta y la demanda, buscando el máximo beneficio con los menores costes -todo por sus accionistas-, entre los mejores postores de los países del tercer mundo, entre los gobiernos corruptos que les permitan expoliar las riquezas naturales sin reparar los daños, entre los países que fijen menos derechos para los trabajadores.

África es un hervidero de conflictos étnicos, genocidios y dictaduras bananeras. Naciones gobernadas por reyezuelos que actúan de sicarios de las Multinacionales, despejándoles el camino para la extracción de petróleo y minerales. Los militares expulsan a los hablitantes de las zonas a explotar, amedentran y asesinan a los que protesten, callan a los afectados por la degradación de su antiguo medio de vida.

La riqueza del país se esfuma, y la pequeña recompensa se la reparten las élites bananeras. El pueblo se queda sin nada: no sólo no participa de los beneficios, sino que pierde la capacidad de generarlos, pierde sus tierras, ocupadas, y arruinadas las aledañas por los vertidos de las explotaciones mineras y petroleras.
Es paradójico que cuando en una región subdesarrollada se descubre algún tipo de riqueza, alguien está de buena suerte, alguien se va a enriquecer, pero no serán sus habitantes, que serán eliminados bajo cualquier excusa de modo que parezca un conflicto interno étnico, de modo que no alarme demasiado a la opinión pública del primer mundo, de modo que ninguna multinacional implicada pueda recibir mala publicidad.

Si a esto sumamos las impagables deudas contraídas mismamente por unos gobiernos corruptos que han empleado los dineros prestados para el enriquecimiento personal y sufragar sus guerrillas por el poder, en lugar de para invertir en el desarrollo de sus países, aquello es un sálvese quien pueda.

Si el presidente de la comunidad de vecinos pide un préstamo millonario para unas obras en el edificio, pero finalmente se lo gasta en temas personales, ¿debe la comunidad de vecinos hacerse cargo de la deuda?

¿Entonces por qué los ciudadanos de un país deben hacerse cargo de la deuda contraída por unos líderes corruptos?
Y no sólo de líderes corruptos, los ciudadanos pagan las deudas de bancos, de multinacionales...

Pues sí, trabajamos para una gran ONG destinada a proteger a los ricos... aunque a diferencia de la mayor parte del mundo, recibimos algo a cambio.