Esta noche escuché fugazmente en un programa de radio que, según un estudio de la Universidad de Tal, mantener conversaciones pacíficas tenía efectos relajantes y de estímulo de las capacidades anticipativas y empáticas de la inteligencia, el espabilamiento a fin de cuentas.
No así las discusiones.
El motivo es que en una conversación tranquila cada interlocutor se está poniendo constantemente en el lugar y anticipando la conversación del otro, practicando la detección de mensajes en el otro.
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En cambio en la discusión los interlocutores están cerrados a imponer su opinión o criterio, centrados en elaborar sus rebatimientos y razonamientos contra todo lo que se les lance. Se convierte en una especie de competición, y eso genera estrés, agota, sobre todo cuando ambos se limitan a persistir en su rollo sin dar un sólo paso atrás, o a dar un paso atrás regularmente como mera treta para abrir hueco y dar dos adelante.
Salamandra de Gredos
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La mayor parte de los montes están recubiertos de pinar de repoblación, y
sólo en algunas laderas se conserva el robledal autóctono, que a media
ladera es ...
5 comentarios:
Hola Herel, yo creo que es cierto, aunque tengo que decir que conozco gente, aunque no mucha, tres personas (los tres chicos curiosamente) que tienen que tener siempre la razón, es un agobio hablar con ellos, es peor que una discusión, porque si discutes y te cansas o pasas directamente o le mandas a la porra pero en una conversación tranquila pues como que no es plan. Entre nosotros uno es mi cuñado, pero como no lee es imposible que se entere.
Depende por lo que se discuta, si es por si más bonita Córdoba que Cuenca, pues es relativo, pero si es de algo razonable con pruebas, es que simplemente te estresa discutir, o no tener razón ;P
Jaja pues no, cuando no tengo razón lo reconozco, además constantemente estoy reconociendo que me he equivocado.
La última conversación que tuve con mi cuñado fue porque yo digo que si pudiera viajar, saldría fuera de España seguro, y él dice que hay tantas cosas bonitas aquí que prefiere no salir y entonces me mete un rollo impresionante sobre por qué hay que conocer primero España, pero vamos ya me dirás, cada uno viajará a donde le dé la gana, pero esto entraría dentro del relativismo que dices ;PPPPPPP
Las conversaciones pacíficas, estimulan, pero las violentas estimulan aún mas la "creatividad", hay que ver la parte buena también de sentirse atacada, y es que tu cabeza va a mil por hora, y de ahí pueden salir ideas, algunas buenas, otras no tan buenas, pero que al menos sirven para crearte un escudo/parapeto de cara a posibles futuras discusiones, estás "armado".
Sí, de lo que no te mata aprendes, te hace más fuerte y te da nuevas armas que usar en el futuro. Pero a la vez los ataques o discusiones crean tensión interna, que puede seguir reverberando dentro tí mucho tiempo, perjudicándote.
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