sábado, 1 de septiembre de 2007

el sacamuelas

Lo que viene a continuación es un cuento infantil reconstruído de memoria. En verdad no lo conocí como cuento, sino como obra de teatro que representamos en el colegio.

oOo
Llegó a la villa un pobre hombre que arrastraba dos problemas: le dolía horrores una muela, y estaba muy muy hambriento, llevaba dos días sin comer.

Sólo poseía una moneda, justo lo que costaba el sacamuelas del lugar, justo lo que costaba un pastel.
El hombre, apesadumbrado, no se decidía cual de sus males apagar con la moneda, si el dolor de su boca o el dolor de su barriga. Cuando de pronto, llegaron hasta él las risas de una taberna cercana y a ella se dirigió. En ella se encontraba uno de los nobles de la comarca, de los más adinerados, de los más ostentosos. Bebía a la vez que presumía ante la audiencia de sus riquezas y de sus proezas, acompañado por sus dos inseparables lacayos.

El pobre hombre se quedó en la puerta, dubitativo, hasta que el noble desvió la mirada y cayó en su presencia.
-He aquí un pobre desgraciado que no vale para nada- afirmó señalando a la penosa figura de nuestro protagonista. Los parroquianos aduladores carcajearon ante la burla fácil.
-Sé hacer cosas - respondió el hambriento cuando las risas dejaron algo de silencio para que su débil voz tomara cuerpo.
-Vaya, sabe hacer cosas... - impostó uno de los lacayos. Los presentes volvieron a estallar en carcajadas al ritmo de una invisible varita de orquesta
- ¿Y qué cosas sabes hacer tú? - le interrogó el otro mientras su señor parecía divertido ante el espectáculo.
-Soy capaz de comerme 100 pasteles de seguido, uno detrás de otro.
-¡Pero eso es imposible! - musitó uno.
-¿Intentas burlarte de nosotros? - acusó otro
-Es tan cierto que... ¡hasta me apostaría una muela!
-Pues así sea - resolvió el noble, entregando de seguido unas monedas a uno de sus lacayos para que fuera a por los 100 pasteles, y enviando a otro a buscar al sacamuelas - Vamos a divertirnos un rato.

Y así, con 100 pasteles delante de sus narices, y una multitud divertida congregada alrededor para contemplar la proeza, empezó el hombre a tragar uno detrás de otro, hasta que llegó a 70 y a ni uno más.
-No puedo más, los pasteles eran demasiado grandes, y esta mañana almorcé demasiado.
-¿Acaso tratas de evadirte ahora de tu apuesta con escusas estúpidas? No, no te vas a librar...
-Piedad, os lo ruego.
-Ni pensarlo, has perdido y ahora pagarás tu arrogancia ¡Sacamuelas!

El nombrado salió del corrillo con sus herramientas de trabajo, principalmente una tenazas, y se dispuso a realizar lo dispuesto.
-¿Alguna preferencia?
-La segunda de arriba a la derecha, esa que está tan negra, por favor.

-¡Vaya lección le hemos dado a ese presumido!
-¡Que se comía 100 pasteles decía! jajaja
-¡Menudo bocazas!
-Pues se le quitarán las ganas de decir burradas para siempre...

El noble se reía con sus lacayos, mientras nuestro hombre proseguía su viaje con una muela menos, con la tripa llena, y con su moneda.

oOo

8 comentarios:

Brie dijo...

Bien por el pobre hombre!!
aunque yo habría pedido 100 bocatas de jamón serrano :)

Herel dijo...

Claro que sí, mucho mejor un buen jamón ibérico, pero es que era una obra para niños, y estos se fascinan más ante la idea de comer 100 dulces.

La interrogación dijo...

Me encantan los cuentos será que soy un poco infantil...

César dijo...

Está bueno, Herel, y no lo conocía. Por alguna razón, y no es que se parezca siquiera, pero me recordó el cuento del "viejo Miseria", que es una especie de tradición familiar con los míos. Me lo contaba mi padre cuando yo era un escuincle, se lo contaban mi tíos a mis primos... vamos, hasta se hacían representaciones teatrales familiares, con todos los niños... y sí, es rara, mi familia, je.

El cuento ese procede de un libro argentino viejísimo, "Don Segundo Sombra", que es una "novela rural" de gauchos. En cierto momento, Don Segundo se lo cuenta al protagonista... es un cuento dentro de otro, pues.

Por si te interesa, y para un día que tengas tiempo (porque es más largo que este): Don Segundo Sombra, el texto completo... ¿no es la neta esto de las interwebs? :)

El cuento es el capítulo XXI íntegro, salvo los primeros cinco o seis párrafos. Y es completamente "stand-alone", no hace falta leer nada de contexto.

Salud, ché.

Herel dijo...

Me pregunto cómo haríais en las representaciones del Viejo Miseria para transformaros en hormiga. Y es graciosa la desesperación de los diablos: "Esta güelta que viene, vamoh'a dir toditos a ver si se nos escapa."

jobu dijo...

Didáctico al 100%, creo que volveré por este blog.

Herel dijo...

Tú siempre será bienvenido, Jobu, y el Marco que te acompaña también ;)

Achi dijo...

Qué bueno, qué abuelete tan espabilado!!!