domingo, 30 de septiembre de 2007

tipos diferentes

Volviendo a casa andando a las cuatro de la madrugada noto una pisada metálica. Miro al suelo y veo tres monedas, dos de 20 céntimos y una de 5. Recojo las de 20 y dejo la de 5. Las llevo en la mano, no me las guardo. A la vuelta de la esquina, en un semáforo hay un tipo de acento árabe que me pide un cigarro. No, pero toma esto, y le planto los 40 céntimos en la mano (es una birria pero de ahí salen 3 cigarros) Me da las gracias, como a estas horas no hay apenas tráfico cruzo los carriles mientras el tipo sigue hablando... "porque no hay Dios, yo no creo en Dios". Me giro, y desde el otro lado le digo "y yo tampoco".

Mucho antes, habíamos entrado en un disco-pub. Mientras la gente se situaba, me fijé en un tipo sentado solo en una esquina. Era un señor de unos 50 años, o quizá fuera más joven, pero estaba envejecido; apenas se le veía la cara menuda, tapada por sus gruesas gafas de culo de botella que empequeñecían su ojos, una melena pajiza (cierto parecido al mago Juan Tamariz, aunque no tan feo de cara), y un gorro negro; y chaqueta con alguna chapas. Se me figuró que era un poeta o un filósofo de tres al cuarto, de estos que malviven ganando algunas perras cuando logran publicar algo.
Cuando nos fuimos a sentar, alevosamente fuí directo a coger el taburete del extremo, el que estaba cerca de él. Quería cotillear. Le miré de reojo y, tal como esperaba, me dirigió la palabra ipso facto.
El problema es que la música estaba muy alta, y el tipo hablaba muy bajo y borroso. Me costaba entenderle, palabras sueltas, alguna frase. Él necesitaba hablar y yo tenía curiosidad por lo que podía contar un tipo tan raro en ese sitio de guaperas y juventud. Llegado un punto, me dijo que si quería un porro. Le dije que eso olía mucho y nos iban a echar del sitio, y que yo no fumaba de eso, que se lo hicera para él si quería, para rematar. Ahí el tipo se apagó -igual le sentó mal, lo de compartir un porro es un ritual de buen rollito y colegueo... cuando eres un adolescente- volvió a su ensimismamiento y soledad, y al rato se quedó dormido.
Cuando nos fuímos seguía dormido, en la esquina, repachingado, otra vez solo.

Y mucho antes todavía, una sudamericana de medidas 90-120-90 insultaba y escupía en la calle (tan mal que algunas babas le caían encima). La miré de reojo, y acudió enseguida, cambiando de cara de perro a carita dulce:
-No es a vosotros, vosotros no me habéis hecho nada, es a... ¿No llevas casco?
-No (estábamos al lado de unas motos)
-Pues lo necesitas.
-No tengo moto.
-Entonces tú vas detrás.
... al final vino el que sería su novio, se montaron en su moto, con sus cascos, y se fueron.

Hace mucho más todavía, hace dos años, en Lisboa, un tipo políglota se acercó a venderme droga, le dije que no secamente, sin dejar de mirarle fijamente... ¡lo que me costó librarme de él! Pensaría que porque le mirara a los ojos me tenía en el bote, pero no era así. Era más bien mala leche mía, si él me mira a los ojos para intentar engatusarme y colarme su mierda, yo también le clavo la mirada para tratar de transmitirle que si se piensa que soy gilipollas, él lo es más, porque está perdiendo el tiempo conmigo, y cuanto más me aguante la mirada, más tiempo va a perder.

5 comentarios:

jobu dijo...

Buena redistribución del dinero que del suelo pasnado por tus manos llegó a uno que lo necesitaba más.
Y por favor ponte el casaco como decía la señora :D

Brie dijo...

Y por qué dejaste la moneda de 5 céntimos en el suelo?? (ya salió la catalana :o) El día que te hagan falta para sacarte un café de la máquina, ya te acordarás de ellos, ya :)

Herel dijo...

Jobu, la pena es que no hubiese más, porque creo que se lo hubiese dado también. Total, no era mío...

Brie, cuando la necesite, sé dónde está :D

César dijo...

¿Soy el único que se imagina estas escenas con gráficos pixelados de Leisure Suit Larry?

(uuh ya salió el abuelo cebolleta otra vez :)

Quizá el la próxima aventura conversacional cabría una escena inspirada en estos episodios ¿no?

Herel dijo...

Bueno, salvo porque yo no tengo nada que ver con Larry y porque... definitivamente no. Tu imaginación hace estragos :D

Por cierto, en el garito ese pusieron una música estupenda pasada de fecha, el Rithym is a Dancer al entrar, varias de Héroes del Silencio con karaoke incluído, mío, y de los de la mesa de atrás que lo vivían (se cantaron todas las canciones que pusieron), Pero a tu Lado de los secretos...