miércoles, 7 de junio de 2006

una guitarra a medias...

Por esta vez ha sobrevivido, tendrá unos ocho años, la madera está descascarillada y repiquetea, los trastes están raspados, pero lo bueno que tiene es que está tan amortizada que no me preocupa en absoluto que un día se rompa definitivamente.

Fui a coger la guitarra y noté que las cuerdas estaban demasiado separadas de los trastes... como que el mástil se había desprendido de la caja por la parte trasera y ahora formaba un ángulo...

Voy a por el Loctite (aka Superglue), aunque resulta que la semana pasada lo fui a usar para pegar una pieza del colador del fregadero que se había soltado, y no pude abrirlo entonces por el tapón porque se había quedado pegado interiormente con el mismo pegamento, de modo que tuve que abrirlo por la pieza-cuello de la rosca que sirve de transición entre el tapón y la bolsita con el pegamento; y hace tres días lo volví a tener que usar, y la rosca también se había quedado pegada a la bolsita; pero en esa ocasión desistí porque no era tan importante. En cambio esto sí que es importante.
Abro el maletín Blackandecker: taladradora, segueta eléctrica... no, sólo estoy buscando unos alicates... que están en el cajón de los bolígrafos, grapadora, destornilladores y alicates. Pero necesitaría dos alicates: uno para pinzar el tapón y otro para el cuello de la rosca, y así retorcer con brazo de palanca sin que se me escurra ni se me revienten los dedos presionando. Pero visto lo que hay, sustituiré la segunda pinza por mis superpoderes mentales: ¡voila!, consigo abrir el pegamento de nuevo por la rosca.

Empiezo a rellenar la cuña que se ha abierto entre el puente y la caja de la guitarra con pegamento a mansalva, cuando rozo un poco del pringue con un dedo. Mientras mantengo la presión en la junta pegada -que se está secando- con un brazo en el mástil y mis piernas abrazando la caja, alargo mi otro brazo hasta el grifo para echarme agua en ese dedo (mi apartamento es tan pequeño que alargas un brazo y alcanzas cualquier sitio). Pero tampoco pasa nada, apenas me he pringado, y como no tengo intención de rezar, no se me van a quedar las manos pegadas; y en cualquier caso, la piel con pegamento se desprende y luego sale piel nueva... con las mismas huellas dactilares. Esto me encanta: las propiedades regenerativas de la piel; ójala fueran aplicables a otros elementos.

Sigo presionando, sin ninguna intención de aflojar las cuerdas que tiran del mástil en el sentido desfavorable del desprendimiento... pero es que ¡se tarda mucho en darle las vueltecitas a las seis llaves! Y además luego hay que volver a dar las vueltecitas en sentido contrario.

3 comentarios:

Otratazadecafe dijo...

Lo bueno es que el loctite se seca rápido. Tan rápido que la última vez que lo usé me quedé pegada a un anillo.
Desde entonces uso el pegamento de dos componentes, más lento pero más seguro :P

Herel dijo...

¿Pero se te quedó pegado metido en el dedo? Porque así es más difícil el "divorcio".

aiyana dijo...

Me he perdido donde los alicates los bolígrafos y las grapadoras