viernes, 10 de diciembre de 2010

Remedios milagrosos

Escucho en la radio del coche un mensaje publicitario que promociona el jarabe de manzana del Doctor Tal, y rápidamente mi mente vuela a un pueblo del oeste.

La caravana del Doctor Jonhson (en la que pone "Doctor Jonhson" con letras bien grandes) acaba de llegar Dust City. Se detiene en la amplia calle principal en torno a la cual se levantan la mayor parte de las edificaciones de madera, así como las más significativas, como el "saloon" y la barbería, y el doctor sale de la parte de atrás con algunos frasquitos que coloca encima de una mesa plegable, mientras un barbudo que masca tabaco le observa desde el porche.
Los vecinos empiezan a concurrir alrededor con curiosidad, y es que la vida en Dust City es muy monótona y aburrida desde que atraparon a Billy el Niño, y cualquier novedad es bien recibida.
-¡Soy el Doctor Jonhson, y vengo a ofrecerles el bálsamo milagroso que cura todos los males!
Entre la multitud se adelanta un vecino (al que nadie conoce), un viejo que camina doblado y renqueante. El doctor se ofrece a obsequiarle con una muestra gratuíta de su bálsamo, y al rato el viejo se endereza y se transforma en un gimnasta ruso.
La gente se avalanza sobre el Doctor enarbolando billetes de un dólar.
(Al día siguiente todo el pueblo con diarrea)

Podemos ir más lejos, e imaginar al hechicero de una tribu africana con sus ungüentos de guano y sus rituales invocando el poder de Simba, el dios melenudo de la selva que da fuerza y valor; a un sanador chino con sus milagrosos huesos de dragón y sus brebajes de oro y mercurio, en los que reside el secreto de la eterna juventud; a una bruja en su consulta de París que prepara dardos de amor y adivina el futuro en una pompa de jabón...

En los 80 estaban de moda unas pulseras magnéticas con dos bolitas en los extremos, que las llevaba "to'quisqui" (además de los chinitos de la suerte).



Hace pocos años volvieron, sólo que de plástico, promocionadas por famosos y futbolistas por formar parte de una campaña solidaria.


El timo de toda la vida, y la gente sigue picando.

Se me olvidaba mencionar la cantidad de productos milagrosos que nos ofertan por los mensajes de SPAM en el correo, así como los que se utilizan como artículo excusa de venta en mercadeo multinivel, un tipo de negocio en el que el producto es lo de menos, lo que importa es reclutar vendedores que a su vez reclutarán a más vendedores.

5 comentarios:

Piedra dijo...

Bueno, yo no metería en el mismo saco a los chamanes y curanderos que a los vende-milagros, La medicina primitiva a veces es incluso mas efectiva que la nuestra, aunque no lo curen todo. El problema de los vende-milagros es que ellos saben que lo que venden no sirve para nada, a parte de para su propio beneficio.

¿Sabes que hay quien defiende el uso de bicarbonato para curar EL CANCER! y los beneficios para la salud de beber agua de mar?.
Son los mismos que nos anuncian el fin del world para el 2012.

Lenina dijo...

Lo de las pulseras tiene su utilidad, nos permite reconocer rapidamente a los tontos jeje
La estupidez humana, en muchos casos a la gente que pica no los llamaría victimas si no culpables que les hayan estafado

Herel dijo...

Piedra, yo creo que muchos chamanes sí que sabían que vendían aire, usaban la credulidad de la gente para conseguir poder e intocabilidad en la tribu. Al igual que creo que los jerifaltes de la Iglesia sabían que aquello era un cuento, y pecaban a cuerpo de rey sin temor alguno.
Lo cual no quiere decir, por supuesto, que no hubiera remedios tradicionales que fueran útiles.

Lenina, buena aplicación, sí.

neko dijo...

Se juega con la necesidad de creer de la gente. Cuando no tienes esperanzas te agarras a un clavo ardiendo.

No sé cómo en los tiempos que corren no se han creado leyes que prohiban este tipo de ventas.

Zuviëh S.F. dijo...

Mi abuela usaba la pulserita esa de las bolas. xD
Ande andará?