martes, 21 de diciembre de 2010

que los perros se maten entre ellos

Primero vinieron a por los funcionarios, y yo aplaudí porque yo no era funcionario.
Luego vinieron a por los controladores, y yo aplaudí porque yo no era controlador.
...
Luego vinieron a por mí, y todos los demás aplaudieron.

Basado en las palabras del pastor protestante alemán Martin Niemöller, en 1945:
Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada.


Al igual que pasó con los controladores, recuerdo otras huelgas salvajes (aunque no se calificaron con este adjetivo potenciador) donde la población se cabreó y blasfemó contra los trabajadores que defendían sus derechos de aquellas maneras.
Por ejemplo aquella huelga de transportistas en la que los camioneros formaron barricadas en las autopistas de acceso a las ciudades. Si en esos momentos el político de turno hubiera salido en televisión anunciando "Vamos a encerrar de por vida a esos miserables", más de uno habría vitoreado la decisión, sobre todo en caliente los que se chuparon varias horas atrapados en la carretera.
En caliente hemos visto igualmente "reacciones salvajes" contra la "huelga salvaje" de controladores. Y la televisión no se las ha perdido, era muy importante mostrar eso.

La gente es egoista, por defecto sólo miran lo que les toca y lo que les perjudica que un colectivo se haga oír de esa forma. Y si llegan a eso será porque simplemente hablando no se consigue nada.
Hasta quizá sea una conveniecia política estrangular a ese colectivo para hacerle estallar y poder demonizarlo y destruirlo agusto con el consentimiento del resto de la población.
El manido discurso político de solucionar asuntos "con diálogo y talante" es pura retórica vacía. Con diálogo te toman por el pito del sereno.

Es nuestra debilidad como chusma, como muchedumbre.
A diferencia de una multitud o pueblo, la muchedumbre es un cuerpo simplificado con voluntad única, lo cual es muy útil para los gobernantes, pues en lugar de tener que lidiar con 100 opiniones, lidian con una, si callan a uno callan a todos.
Pero a la vez la muchedumbre es útil para el pueblo si su criterio no está manipulado por las conveniencias de los de arriba, sino que procede de sus propios intereses, ya que permite unir fuerzas por una causa común.

Se denomina olocracia al poder la muchedumbre. Es un poder que existe (cuando le dejan) en convivencia con la plutocracia que nos dicta sin haber sido elegida, el poder de los ricos. Pero por desgracia, cuando la plutocracia deja que este poder actúe suele ser porque previamente se ha hecho campaña de manipulación para obtener una reivindicación popular que conviene a los de arriba. La muchedumbre aplaude medidas que no son para ella.
Es una farsa, es el poder de conseguir que mucha gente respalde con una sonrisa lo que iba a ocurrir sí o sí.

Tampoco está de más conocer el término cleptocracia, el gobierno de los ladrones. "En una cleptocracia los mecanismos del gobierno de un estado se dedican casi enteramente a gravar los recursos y a la población del país (por medio de impuesto, no retribuibles a ellos; desvíos de fondos, etc), los dirigentes del sistema, amasan grandes fortunas personales (...)".

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y también es cierto que a las muchedumbres solo se las tiene en cuenta cuando están al servicio de los poderosos. Por ejemplo el Grecia llevan 17 huelgas generales seguidas -con linchamiento de ministros e intento de asalto al parlamento incluidos por los manifestantes incluido- y aquí de todo eso ni se habla en ningún medio. En Bielorusia, Irán o China, en cuanto hay una manifestación se publica en todos los periódicos y televisiones y se le da una importancia extraordinaria -y probablemente ese movimiento opositor está financiado desde fuera-.

Zuviëh S.F. dijo...

Yo soy de la premisa es que si la lían tan gorda (los que están de huelga), será porque no están tan bien como pinta todo el mundo. Estoy harta de tanta manipulación y gilipolleces, vamos que no se la van a jugar a poner a todo el mundo en contra si son tan felices y todo es tan guay. :/

Lo peor es que mis padres se han unido a las hordas, ataquemos a los operadores y también a los camioneros en su momento (con lo divertido que fue ver los supers vacíos) :D

Unknown dijo...

Nadie recuerda las huelgas de finales de los 70 y principios de los 80 de la banca, la de 1991 de los maquinistas de RENFE en la que se usó lo de decir que cobraban una salvajada, la de 1995 de los médicos de la Seguridad Social o la de 2001 de los pilotos de Iberia. No olvido la que comentas de los camioneros. Todas paralizaron el país y se solucionaron mediante el diálogo, no mediante el uso de la fuerza.

Piedra dijo...

No creo que la protesta de los controladores se pueda comparar con la de otros sectores.
Primero, como se demostrará, no tienen nada que perder, son intocables, aunque caiga alguna cabeza de turco para callar los ánimos.
No se pusieron en huelga, cosa que habría sido perfectamente comprendida por la gente, hicieron una guarrada y jodieron a 600.000 personas.
No vi antidisturbios pegandoles ni gente detenida como en el caso de camioneros, astilleros, mineros...

Reclaman mejorar su sueldo o condiciones laborales, muy justo, pero sus condiciones son mucho mejor que las de la mayoría y a esa mayoría la han fastidiado, ¿como quieren ahora que les apoye?

han hecho esta putada, porque pueden, porque no los pueden echar puesto que no hay quien los sustituya y son inprescindibles, como ha quedado patente, que es lo que pretendían. No luchan por el pan de sus hijos, luchan por el segundo charlé o por el superdeportivo. Y eso, la gente que curra 10 horas por mil "ebros" no lo tolera.
El gobierno lo ha hecho mal, por supuesto, este y los anteriores, pero eso no justifica determinadas actuaciones y menos, contra personas inocentes.

Herel dijo...

Eso no quita de que el gobierno les haya utilizado para generar un clima de odio hacia ese colectivo, lo cual hace a la muchedumbre muy manipulable y olvidadiza de otros problemas.

De todas formas, según el controlador éste tan de moda, el señor Cabo, el sueldo de los controladores proviene íntegramente de las tasas aeroportuarias. De modo que sólo pagan los que usan el avión, y sería falso que el dinero sale de los impuestos de todos.