Las Naves del Tiempo, de Stephen Baxter, publicada en los años 90, es la segunda parte autorizada de "
La máquina del Tiempo" de
H.G. Wells.
Os resumo el libro:
Capítulo I
Nuestro protagonista viaja de nuevo en el tiempo; nos describe un rollo patatero sobre la evolución de La Tierra que se repetirá cada vez que haga un viaje (y en esta segunda parte hace muchos viajes).
En un momento dado pierde el conocimiento.
Capítulo II
Nuestro protagonista recobra el conocimiento.
Nos describe todos los detalles de las cosas del futuro, usando un recurso del que se valerá cansinamente a lo largo del libro; dirigiéndose a los lectores, algo así como: "Ante mí se extendía una oscuridad absoluta. Para entenderlo mejor imagínense que se encierran en un sótano, apagan la luz y se ponen un casco de motorista al revés."
El protagonista vuelve a desmayarse.
Capítulo III
Recupera el conocimiento...
Al final del capítulo vuelve a desvanecerse.
Capítulo IV
Abre los ojos lentamente y...
Finalmente pierde el sentido por enésima vez.
Capítulo V
De nuevo se despierta.
Ahora se desma
lla (se quita las mallas de aerobic)
...
Bueno, no sigo, es un truño. Sólo quería decir eso, y denunciar el pobre recurso literario de recurir a los desmayos para evitar relatar cómo se resuelven ciertas situaciones. Un recurso burdo y gratuíto, porque es mucho más fácil que todo eso: tan sencillo como hacer una elipsis. ¡Ya está! no ha pasado nada, nadie se ha muerto.
Por otro lado, los textos están desequilibrados, hay mucho rollo descriptivo que sobra o se podría resumir, y en cambio los textos narrativos andan apurados en ocasiones. Tanto que un par de veces he tenido que releer pensando que me había comido alguna línea. Pero no. Es que está mal narrado, una mala transición.
El libro tiene partes horrorosas, en las que es recomendable una técnica de lectura rápida, y es que no te vas a perder nada, en todo caso te vas a librar de descripciones monótonas (sobre todo mientras viaja por el tiempo o cuando habla de Londres), reiterativas, gratuítas, que no aportan nada... salvo porque te queda una truño-línea menos que aguantar.
Al igual que cuando un personaje va a mear o a cagar no hace falta contarlo, tampoco me interesa media página describiendo el proceso de llegar del punto A al punto B, ni si el saloncito está pintado de azul o de verde, ni la situación de cada edificio de Londres en las distintas épocas, porque son datos que no influyen para nada en la historia.
Y los rollos metafísicos que ocupan páginas y páginas, adquiriendo a veces un estilo que pretende ser didáctico pero que resulta innecesariamente lento y dilatado.
Todo se pueden resumir en unos pocos párrafos, pero claro, la intención debe de ser aburrir al lector con un texto dilatado y vago, para que tenga la sensación de que todo eso es "mu complicao". Multiplicidad de universos, cada acción crea una nueva rama, una nueva historia que no influye en las que están por detrás de la acción. Ya está.
El protagonista va descubriendo cosas mientras tú aguantas indolentemente: "Anda macho, pero si eso estaba clarísimo; pero si eso ya lo habías descubierto, es el mismo rollo que ya te contó hace dos capítulos tu amigo el enciclopedia con patas". El resultado es que terminas pasando del protagonista y del enciclopedia con patas, que sigan divagando sobre lo que ya se dejó claro, y construyendo máquinas del tiempo a lo Macgiver, con un chicle, cuando las necesiten.
Cuando leo libros como éste, pienso que hay muchas novelas que son relatos cortos inflados artificiosamente para abultar las 300 páginas mínimas que debe de tener para venderse como novela.
Pero también tengo que decir que, "El señor de los anillos" de Tolkien me aburría en ciertos momentos por esa misma razón. Me aburre que el escritor se emocione - que lo flipe- con el mundo que sa' inventao' y pretenda describirnos hasta el respaldo de las sillas... y que nos maravillemos con sus letras.
Y una última puñalada más. ¿Cómo pueden los robots del futuro tardar un millón de años en construir su flota de naves y reunir la energía para todas cuando disponen de la máquina del tiempo, y sólo necesitarían una unidad para, mediante retrocesos y regresos, obtener en un momento dado infinitas naves y energía?
El protagonista hace eso mismo cuando se encuentra consigo mismo, o cuando confluyen su máquina del tiempo actual y la misma máquina de un viaje anterior.
Definitivamente, me gustan más los libros con verbos de movimiento literal y con diálogos que los libros descriptivos de cosas que son mentira.
F.K.: Oye seguro q algo si te ha gustado del libro, si no no lo hubieses acabado. Yo los libros que no considero buenos no llego ni a la mitad.
Herel: Si te digo la verdad, me lo terminé para poder ponerlo a parir con propiedad.