aglomeraciones navideñas

Está el centro petado de gente haciendo sus compras para Reyes, pero el ambiente en las calles es muy agradable, con el frescor y limpieza que da la lluvia, y las pompas de jabón de los vendedores de pistolas de pompas y los niños que han convencido a sus padres para comprarles el cacharro.

Cuando entras en unos grandes almacenes, Casa del Libro o FNAC, el tema se vuelve asfixiante, con embotellamientos en los vestíbulos y grandes colas para consultar los ordenadores o pagar. ¡A las cajas del fondo! ¡Pasen a las cajas de fondo! gritaba insistentemente un empleado de la FNAC. Pero es que estaba todo el espacio obstruído por las filas de gente, para llegar a las cajas del fondo había que hacer una cola aún mayor: la cola de las colas. Suban-estrujen-paguen-bajen. Para aligerar, en cada caja había dos personas: una que cobraba y otra que iba metiendo las cosas en las bolsas.

Luego me metí en la tienda-acuario que está al lado de "Cortilandia", especialista en peces, tortugas y reptiles, pero fuí directamente a la sección de roedores. Tenían una horda de "robos" babys chulísimos, pequeñísimos y apiñados los unos contra los otros -los que habían conseguido hacerse un hueco dentro- en una especie de casita con demasiadas aberturas. Daban ganas de llevárselos todos.
También había chinchillas, conejos, ardillas (una muy rara que se mantenía pegada como una ventosa al techo del terrario), erizos, jerbos, y otra horda de rusitos albinos.
En otro terrario, etiquetado como ruso, había un único hamster de pelaje anaranjado uniforme, con la forma redondeada de un ruso pero con un tamaño demasiado grande para ser un ruso ¿quizá un Campbel? ¿o un dorado joven?
O quizá es que con los mini-roboroswki como referencia, éste parecía un gigante.

Más adelante quizá me haga con un par de jerbos.