miércoles, 14 de enero de 2009

manipulación hasta en la sopa

Esta tarde, volviendo en coche sintonicé una emisora que a ciertas horas restransmite los cursos de inglés de Richard Vaughan, pero que en esos momentos estaba dedicada a una tertulia de índole católico. Bien, me gusta escuchar de todo, a ver cómo se las gastan.
Antes que nada decir que soy ateo/agnóstico, pero en caso de polémica me suelo posicionar a favor de la Iglesia... salvo excepciones. Quizá porque he crecido en un ambiente católico light, es decir: con doctrinas muy débiles que han podido ser contrarrestadas -afortunadamente- por el resto de la educación no vinculada a esa fe, y en una sociedad liberada de la obligación de procesar una religión, si bien respetuosa por quienes la procesaban. Por eso tengo la idea de que la fe puede ser buena para la gente que la elija siempre que pueda decidir, siempre que no les hayan comido el coco dejándoles una única opción. Siempre que esa fe se haya inculcado simultáneamente con otra visión del mundo desvinculada de la religión.

El caso es que los tertulianos de este programa, católicos adoctrinadores sin complejos, catequistas de recursos sucios, empezaron la charla clavando un pilar sobre el que posteriormente basarían su retórica con una forma que no me gusta nada nada: un silogismo generalista simplista y falso.

Los jóvenes de hoy (hablamos de la juventud atea, por supuesto) sólo viven para emborracharse los fines de semana. Partiendo de esta "verdad" la tertulia va sacando conclusiones cada vez más retorcidas. Entonces están desaprovechando su potencial, entonces entre semana están vacíos, entonces sólo son felices cuando están emborrachándose... nosotros en cambio tenemos siempre a Dios... lo que pasa es que la gente tiene miedo de conocer la verdad, porque si conocieran la verdad no tendrían excusa para cerrar los ojos. Jesucristo es la plenitud, y nadie me puede ofrecer otra cosa, porque no hay nada por encima de la plenitud...

Me revienta ese simplismo (entre otras afirmaciones gratuítas). Es como mínimo un insulto, un insulto al blanco objeto y un insulto a la inteligencia del oyente. Además de emborracharse (los que lo hagan), leen, escriben, dibujan, hacen deporte, se ríen, piensan, descubren, estudian, crean... etc Eso no lo quieren tener en cuenta, lo único que interesa para el discursillo que viene detrás es que -algunos- beben los fines de semana.

Me parece gravísimo basar una argumentación en una mentira conviertiendo a los jóvenes en seres de los que sólo se sabe -sólo importa- que beben los fines de semana y el resto del tiempo... ¿no hacen nada? ¿no son nada?
¿Y todo esto para qué? Para hacer comparaciones posteriores, presentando una opción como abismo y otra como paraíso.
Es un error generalista en el que podemos caer todos hablando de jóvenes, de viejos, de árabes, de americanos, de gabachos... y lo peor es que habrá quien se lo crea, bien porque realmente se lo trague, bien porque le convenga créerselo.

Cuando escucho cosas de éstas, lo hago en estéreo: una parte de mí está en modo crédulo (una probeta para recoger sin filtros la efectividad de su retórica) y otra parte en modo crítico. Así puedo comparar "desde fuera" el mensaje que hubiera recibido en el caso de no estar prevenido, como si fuera ajeno a los datos y diese por hecho que esos señores saben de lo que hablan.

Pero lo más triste es que este espectáculo es algo habitual a todos los niveles.

Los políticos hablan así, la publicidad habla así, los informativos hablan así, la gente habla así... así se fabrican los argumentos contundentes y demoledores, así se hacen las estadísticas y se sacan conclusiones que muchas veces derivan en acciones aplicadas a grandes grupos humanos... entre los que nos podemos ver envueltos nosotros mismos sin comerlo ni beberlo, sólo porque el silogismo, la generalización o la mentira ha concluído que nosotros entramos dentro de esas características.

Se toma de la realidad la parte que conviene y se obvia lo demás. A continuación, partiendo de esa "verdad", que desde ese momento es Verdad -sin comillas- porque les sale de las narices -y el que diga lo contrario o no entiende, o es un fascista, o está mal informado, o es cualquier otro calificativo que anule su autoridad - se puede crear una montaña de deducciones absurdas alucinante. Y si la retórica está bien hilvanada, la única forma de encontrarle el fallo es acudiendo a la raíz, a la piedra angular del discurso, la falsa verdad colada como buena.

"Como todos sabemos... los jóvenes sólo viven para beber... luego Cristo es lo máximo"
¡Toma arroz Catalina y de postre vaselina!

Esto me preocupa cuando muchas de estas ideas base están tan asentadas que se han convertido en indiscutibles, siendo políticamente o socialmente incorrecto ponerlas en duda o decir lo contrario.

No me asusta defender a la Iglesia o tirarle piedras -según a qué personaje o actitud me esté refiriendo- porque sé que en estos momentos puedo posicionarme libremente en cualquiera de los dos bandos, y no me caerán palos demasiado fuertes. Respecto a otros temas la cosa cambia y mucho, voy a ser para la mayoría el loco de la colina gritando que la tierra es plana y el mundo se termina el 9 del 9 del 2009.
No van a escuchar razonamientos porque si algo está admitido como VERDAD, los razonamientos previos se suponen consensuados y no hay posibilidad de replantearlos.
Estos últimos temas, éstas últimas "verdades" sí que son MUY PELIGROSAS. Son verdades que anulan la función del lenguaje, son como cuerdas que nos atan las manos y nos impiden hacer, son atajos prefabricados e implantados, bien implantados. Una vez están incrustados en la moral y en la sociedad, sustituyen a la razón, nadie puede deshacer sin obstáculos los pasos que pondrían en duda sus cimientos, su veracidad.

-Un pentágono es un polígono de tres lados.
-Voy a contarlos... uno, dos, tres, cuatro y...
-Eso es una estupidez, un pentágono tiene tres lados, no hace falta contar, ya están contados.
-Pero yo lo he hecho, he contado y he contado cinco, te lo puedo demostrar.
-No necesito tus demostraciones, todo el mundo sabe que un pentágono tiene tres lados.
...
(Y es cierto: tiene tres lados... y además otros dos)
...
-Vale, entonces pongamos que un triángulo tiene cinco lados.
-Los triángulos no existen, hablas como un fascista.

Estoy tan harto de mentiras y manipulaciones que, hoy, leyendo en el periódico una noticia sobre un político americano al que quieren expulsar por haberse descubierto que defraudó a hacienda, me ha dado por pensar que lo que realmente ocurre es que ese senador no conviene por alguna razón a los poderosos, y han puesto sus medios (detectives, prensa y administraciones) a encontrarle la mínima falta que sirva de excusa para largarle.
Si ese político fuera un corrupto vendido al servicio de las corporaciones y los intereses de quienes realmente tienen el poder, nadie habría investigado nada, nadie habría publicitado nada.

Si quieren quitar a alguien de en medio, a cualquiera le encuentran algo, y de no ser así, siempre pueden acusarle de ocultar armas de destrucción masiva en el sótano de su casa (como hicieron para controlar Irak, visto que Sadam no se dejaba sobornar), habiéndolas colocado previamente... o no. El caso es que salga en la noticias y será verdad.

1 comentario:

Zuviëh dijo...

Te has desahogado a gusto, ¿eh?

Yo prefiero ignorar noticias, radio, televisión y toda esa mierda porque siempre pasa lo mismo... y yo sí que soy muy manipulable. :P