domingo, 25 de enero de 2009

dos mundos

El planeta Endaria está principalmente ocupado por agua, un gran océano sobre el que emergen dos únicas porciones de tierra: dos islas. En ellas se desarrolla la vida de la principal especie del planeta: los Eijas. Los Eijas son vegetarianos, y se alimentan únicamente de dos tipos de frutas que en la antigüedad crecían en ambas islas: las frenjas y los comones.

Las frenjas se recolectan únicamente en primavera, pero bien conservadas son capaces de durar varios años sin corromperse. Los comones en cambio nacen en todas las épocas del año, pero sólo duran dos horas desde que se recogen de la planta y hasta que se pudren.

Un grupo de iluminados con sueños de poder de la tribu Itua, los eijas de la primera isla, decidió hace años arrancar de raíz y quemar todas las plantas de comones, ya que éstas permitían a todo el mundo obtener alimento durante todo el año con total autonomía. A continuación convenieron ser los administradores de las cosechas, dictando que cada habitante debería aportar a un bote común todas las frenjas de la cosecha de primavera para que fueran redistribuídas a lo largo del año de forma equitativa, y no hubiera así problemas de carestía, ahora que no había comones.

Cuanta más cosecha acumulaban, más poder y más fuerzas podían contratar a cambio de ración extra para apropiarse excluyentemente de los territorios de la isla. Al final acabaron dueños y señores de todas las plantaciones, y por tanto dueños de toda la comida. La cosecha dejó de ser un bote común y se convirtió en una propiedad por derecho de los jefes. Lo que antes era de todos ahora el pueblo tenía que ganárselo, trabajando para los líderes. Trabajando más que en la antigüedad, porque ahora tenían que trabajar lo de ellos y lo de las clases sociales que no trabajaban, los dueños de la comida.

Los habitantes de la segunda isla, la tribu Enkai, en cambio, exterminaron todas las plantas de frenjas espantados por poder acumulativo que ofrecían a quien se apoderara de ellas cada primavera, dando lugar a maniobras violentas y luchas por su acaparación. Dada la corta vida de los comones, nadie puede acumular riqueza acaparándolos ni acumulándolos. Para lo único que vale un comón es para comérselo en el momento.
Como mucho alguien podría intentar apropiarse de las tierras donde crecen los comones, pero nadie tiene a título individual la fuerza suficiente para privar a los demás del fruto de una tierra, necesitaría contratar a más gente para vallar los campos y tener un ejército que los vigile. Pero un ejército hay que pagarlo, y en la segunda isla, eliminadas las fenjas, no hay ni bienes duraderos con los que pagar ni necesidades no cubiertas que cubrir para que alguien necesite venderse a nadie.

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La primera isla bajo la excusa del "comunismo" acabó en esclavismo capitalista, con una moneda cuyo valor principal era su intercambiabilidad última por comida, por frenjas.

La segunda isla no tiene sistema político, ni jerarquías, porque las condiciones no ofrecen la posibilidad de que alguien recoja más de lo que le corresponde de lo básico para poder negociar posteriormente, desde una posición superior, las condiciones de devolución de su parte a los que fueron privados de ella por la apropiación privativa.

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