Para empezar, las cuevas están señalizadas por el MOPU, al igual que las carreteras, advirtiendo de los peligros que nos podemos encontrar a cada paso, de modo que el que se despeña por una sima es porque quiere, porque no hace caso a las señales o porque iba demasiado rápido y no le dió tiempo a frenar (la velocidad máxima en una cueva está limitada a 2 Km/h).
¿Pasos difíciles? En ningún caso. Desde los inicios de la espeleología la tecnología ha evolucionado brindando soluciones ingeniosas y sofisticadas para salvar los obstáculos más peligrosos, como puede verse en la siguiente foto:
La imaginería popular ha creado leyendas sobre criaturas malignas habitando en las grutas: dragones, demonios, orcos. Pero todo eso es falso, en las cuevas no existen seres peligrosos para el ser humano.
Si os habéis asomado alguna vez a una cueva popular, os habreis encontrado con pintadas y basuras. Esas cosas las hacen sólo los gamberros de turno. En los lugares más inaccesibles y recónditos de las cuevas, donde sólo llegan los verdaderos espeléologos, no hay basuras ni pintadas, los túneles están así de limpios:
Una precaución que todo visitante debe tener es evitar echarse a dormir la siesta debajo de una roca que vaya a caer. Pero esto es de cajón:
Por último destacar que es una actividad altamente adictiva, el que empieza no deja nunca de hacer espeleología hasta el fín de sus días:
(fotografías, menos dos, extraídas del Espeleobloc)
4 comentarios:
je, je, me ha gustado el chiste. ¿O no es un chiste? mira que si no lo es no vuelvo a entrar en el metro ...
El metro es más peligroso, te puede pillar una puerta al cerrarse.
A mí me daría un soponcio ahí dentro, tengo tendencia a tener ataques de claustrofobia en el momento menos adecuado. xD
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Partiente total, sobre todo lo que ha evolucionado la tecnología y las criaturas malignas que habitan las cuevas XDDDD.
Después de esto, creo que ni me asomaré a una madriguera de conejo.
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