En una mano la cámara de fotos, en la otra un cigarro.
Como no me entra el plano que quiero sacar voy reculando hacia atrás pendiente del encuadre.
Tropiezo con un banco sin respaldo que no he visto a mis espaldas y caigo hacia el otro lado.
Lo único que ha tocado el suelo ha sido mi culo y mis codos. No he soltado ni la cámara ni el cigarro. Y tampoco me he hecho mucho daño.
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10 comentarios:
Fumar mata o al menos en tu caso, rasga los codos. xDDD
Ni eso. Lo que puede matar a corto plazo es andar sin mirar.
El otro día en clase de francés un chico de chicago nos contó una vez que andaba despistado tiró una colilla justo cuando pasaba una mamá con un carrito de bebé... y la collilla fue a parar al carrito.
El único que se descojonó con la anécdota fui yo (se ve que sólo los españoles tenemos un humor tan negro)
A mí tampoco me hace gracia. Es como los que escupen de lado sin mirar antes lo que viene por detrás...
Vas a tener que enseñar a los que hacen judo, karate o artes marciales en general cómo caer sin hacerse daño. Lo mismo podrías montar una escuela para aprender a caer bien.
Venga, lección 1: Para caer bien, en primer lugar tienes que saber que estás cayendo antes de haber caído del todo :D
Es bueno saber que al cigarro no le pasó nada, antes de terminar de fumártelo.
:D
Besos
Es paradójico salvar lo que te hace daño.
Narrar una caída no es caer, ni ver caer...
Qué filosófica, Benjui ;)
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