lunes, 5 de noviembre de 2007

queridos amigos y amigas

"Queridos amigos y amigas"

Cuando empecé a curiosear con el Esperanto me pareció un lenguaje muy versátil para una lengua universal, fácil de aprender (bueno, para quien hable lenguas romances) hasta que ví que tropieza con la misma piedra que el castellano y tantos otros idiomas: es un lenguaje sexista, no tiene género masculino exclusivo, asimilándose éste al neutro.

Posteriormente, me dí cuenta de que si bien había sido concebido con ese error, el lenguaje tal como estaba planteado tendría fácil arreglo con un adecuado uso, salvo porque era precisamente el uso que hacían muchos hablantes del esperanto el que marcaba ese sexismo.

El artículo determinado en esperanto es "la", como el femenino castellano pero no por eso decimos "el" cuando se refiere a un hombre. Según las reglas del lenguaje "la" vale para los dos géneros, es así, sí sí, aunque termine en "a".
Luego, el esperanto tiene un sufijo para crear el género femenino: -INO. Así de kato (gato) tenemos katino (gata).
Pero el señor Zamenhof, inventor del lenguaje, no previó un sufijo especular para el masculino, aunque posteriormente alguien sugirió uno (no sin recibir críticas): -ICXO.
(Víctima de su contexto social, ni si quiera dispuso inicialmente de la existencia del artículo determinado, ya que ni en polaco ni en ruso se usa, para diferenciar un gato cualquiera de el gato, hasta que un sueño revelador le hizo ver la utilidad léxica del artículo)

Aquí viene lo gracioso, en esperanto todos los nombres terminan en "o", los adjetivos en "a", la forma infinitiva de los verbos en "i" y los adverbios en "e".
Así, decimos kato nigra (gato negro) y no kato nigro ni katicxo nigro, nigra es adjetivo de negro para gatos y gatas.

Por tanto, aplicado a personas, la ingxeniero significa el ingeniero y la "ingeniera" (la ingeniero), ingxeniera significa ingenieril, ingxeniere "ingenierilmente"... Entonces es cuando algunos hablantes usan la ingxenierino para decir la ingeniero mujer, pero se escandalizan si se dice la ingxeniericxo para el ingeniero hombre.
¿En qué quedamos? ¿usamos los géneros indiscriminadamente o no los usamos salvo cuando sea estrictamente necesario (como en inglés)?.

Y en castellano igual, ¿a qué tanto fomentar el uso de "ingeniero e ingeniera", "amigos y amigas" cuando el fallo gordo del lenguaje -de existir- es que no existe "ingenieri" o " amigui"? Esto es: un género exclusivo para el masculino diferente del masculino-neutro actual, que no deja de ser neutro y válido para ambos géneros... o al menos hasta que algunas pedorras decidieron que las palabras terminadas en "o" y muchas con "e" eran masculinas y no representaba al género femenino. También pensarían que Rocío, Penélope, Loreto o Rosario son nombres marimachos.
Y entonces ¿por qué no nos inventamos también los "policíos", los "guardios", los "electricistos", los "malabaristos", los "pianistos"...? ¿Si vamos a cambiar el lenguaje por qué no lo cambiamos también para el género masculino?

Es que con el lenguaje ocurre lo mismo que con la ropa, el hombre tiene que compartir la suya, pero la mujer no. La sociedad ve normal a una mujer con pantalones pero no a un hombre que lleva falda, que se pinta, o sin mangas en una oficina.


"Queridos amiguis y amigas"
o
"queridos amigos",
pero...
"queridos amigos y amigas"
... no.

5 comentarios:

J. Coltrane dijo...

Pues bueno, yo sí me lo he leído, y aunque ya otras veces he oído cosas parecidas sobre el machismo del lenguaje, te diré que creo que se exagera un poco. El lenguaje es como es después de una evolución de cientos de años, es así porque la gente lo ha querido así, por lo tanto, empezar a hablar de machismo hasta en eso, me parece un poco pasarse tres pueblos.

Ha llegado un momento que miramos las cosas con tantas ganas de encontrar problemas, que siempre los encontraremos. No hay más que ver la publicidad, cuando no se queja el gremio de mujeres, lo hace el de los negros, si no, los panaderos, o los policías o quién sea, pero siempre hay que ser tan políticamente correcto que esto es un coñazo, así que libertad, que cada uno lo diga como le salga de las pelotas o de los pelotos...

Por cierto, muy bueno lo del esperanto...


Saludos

humo dijo...

El lenguaje es machista, como lo es la sociedad, pero odio las patadas al diccionario, odio el "queridos amigos y amigas", odio a quienes desean cambiar las formas sin aplicarse primero a cambiar el fondo, y odio el "mujeres al poder".
Sin embargo, creo que en este asunto - como en casi todos - conviene analizar el radicalismo feminista pasando por alto sus excesos para ver qué tiene de razón.

Herel dijo...

Pues debemos vivir en mundos diferentes, porque yo veo la sociedad hembrista: parece que me dan menos derechos que a las mujeres, menos rango de elección para vestir, no tengo derecho al aborto, la "justicia" no me va a proteger ni vengar caso de ser discriminado por ser hombre, y si me defiendo por mi cuenta encima las hembristas se apuntan otro tanto...

J.Coltrane, es cierto que el lenguaje lo hace la gente, pero es que parece que sólo es correcto un análisis desde el punto de vista "feminista" y no desde el "masculinista".
Y los victimismos, son pan de cada día... llorar y mamar... y no permitir que a quien usas de chivo expiatorio también llore para que no te haga la competencia... porque entonces no habría privilegios.

planseldon dijo...

Estoy contigo H.

Y los poetas queremos que nos llamen poetos, que ya está bien coño! (digo, polla!):D

Herel dijo...

Gracios, amigui polígloto ;D