El caso es que inconsciente de mí, me dió por adentrarme por una que parecía pequeña, intentando llegar a la parte superior. La erosión del agua y el arrastre de las tierras hacen que los primeros tramos de la cárcava sean muy fáciles: se entra por un cauce seco principal, bien marcado y horizontal, entre paredes verticales residuales que han quedado entre los caminos escogidos por el agua.
El cauce se va ramificando y aumentando la pendiente progresivamente, hasta que se vuelve vertical en el borde superior de cada uno de los "bronquiolos" de la cárcava. Me faltaban unos metros para llegar a la cima, pero ya no podía seguir trepando, y la destrepada... cuando miré hacia abajo...uy uy.
Si esto me pasa en una pared de granito me entra el tembleque, porque si te caes como poco te escoñas y como mucho te despeñas. Pero aquí la caída no es mortal, ya que si llegara la circunstancia, dada la propia forma de la cárcava, ésta te reconduciría como un tobogán convergiendo hasta la arteria principal perdiendo verticalidad y velocidad hasta que te frenases completamente. Eso sí: lleno de moratones. Vamos, que hacia abajo siempre se horizontaliza el terreno. Aquí lo peligroso sería caer hacia arriba :D.
Pensé la estupidez que había hecho - trepar es más fácil que destrepar - pero bajé bien al final. En todo caso, como es arcilla seca, con un poco de paciencia puedes dar taconazos hasta esculpir una huella donde te falte.
Tras una larga caminata llegué a las cárcavas de Patones, que son de las más bonitas de la zona. El camino las bordeaba completamente, pasando a veces por el mismo filo de la caída. Desde aquí sí que te harías mucha pupa, porque los primeros metros caes en vertical.
Y como todavía tenía horas de luz porque empecé al amanecer, agarré el coche y me fuí a "La C-u-e-v-a", sí, la única grande que conozco que me pilla cerca... no puedo ir a otra. Entré con la intención de una inspección rápida, para revisar una zona de la primera planta que me daba que podía tener más posibilidades. Pero además, me llevé una grata sorpresa: las dos veces anteriores que entré sólo ví un murciélago: UNO. Pero hoy, en el centro del techo de la Sala Grande había muchísimos murciélagos, todos junticos. Y entonces recordé que cuando se acerca el invierno es cuando empiezan con los folleteos. Y claro, se habían congregado todos los de la comarca, no faltaba ni uno a la cita. Fuí a la zona que quería pegado a las paredes evitando hacer ruido o apuntar el frontal hacia el centro de la sala... más que nada porque me imaginé a todos despegando a la vez y revoloteando histéricamente sobre mí.
Pero no pude evitar espantar a uno, sin querer, uno que no estaba en el centro con la movida, sino él solito en un rincón.
El caso es que en la zona que fuí a ver encontré una vía para avanzar un poco más hacia abajo de forma segura... hasta que me topé con un tramo en el que había que pasar sobre una sima y de ahí no pasé. Mientras estaba ahí se empezaron a escuchar grititos de los de arriba, de modo que entre una cosa y otra decidí salir escopetao. Curiosamente, al pasar al lado de ellos para alcanzar la salida se callaron todos de golpe... estarían hablando mal de mí sin duda.
Cada nueva visita me parece todo más pequeño... menos la entrada que me parece enoooorme y comodíiisima, será por la mierda-agujeros en los que me he metido últimamente.
...
Y... soñé que era niño otra vez y asistía a una boda o algo así. En esos momentos, consciente de mi niñez, me alegré por la posibilidad que eso me otorgaba de evadirme completamente de las poses, normas y compromisos de los mayores. Alguién me dió una pistola de esas que disparan flechas con una ventosa y la probé contra una pared lisa. Se quedó pegada...
...
Y qué cambio térmico, empecé bien abrigado e incluso con guantes, del frío que hacía por la mañana. Pero en cuanto el sol empezó a calentar, me sobraba la ropa. No corre casi aire.
Las cárcavas de Patones
Desde esta vista se pueden apreciar las ramificaciones y cómo los barrancos
van ganando en pendiente hasta alcanzar el borde superior del terreno.
Desde esta vista se pueden apreciar las ramificaciones y cómo los barrancos
van ganando en pendiente hasta alcanzar el borde superior del terreno.
6 comentarios:
Pues yo he estado alguna vez en Patones pero no había llegado hasta las cárcavas. Me han parecido muy chulas.
Cuevas... hace años que dejé de meterme en ellas me da una claustrofobia tremenda.
Besos
¡Anda! También hiciste espéleo.
Te recomiendo que vayas un día a las cárcavas, puedes andar por dentro como si fuera un laberinto, tu hija se lo va a pasar como una niña :)
Sólo de imaginar la sensación de estar dentro de una de esas cárcavas, me entra ansiedad. Creo que soy bastante claustrofóbico. Ni siquiera me gusta cerrar las ventanillas del carro, aunque estos días haga tanto frío que se meten los pingüinos...
Además, ve la definición que hace la RAE:
cárcava.
(De cárcavo).
...
3. f. Hoyo en la tierra para enterrar un cadáver.
=8-O
... meh, hay que ser hombres, no payasos, ¿no? XD
Las primeras fotos sobre todo están fantásticas. Y en la última, creo que veo al chupacabras en el techo.
Espero no acordarme de tu último comentario cuando esté en un agujero.
Unas fotos preciosas herel... y no son un paisaje lunar sino una zona a no muchos kilómetros de Madrid. Pufff, lo que me queda por descubrir.
Eso sí, estoy con César, yo me quedo fuera de las cuevas que sólo pensarlo me da claustrofobia...
Pero cuando sales de la cueva, el mundo de la superficie se convierte en un paraíso con ese amplio cielo en el que flotas ;)
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