sábado, 14 de noviembre de 2009

Pedriza nocturna (esta vez con mazo de luz)

Tras el episodio anterior en el que subí al Yelmo con un led de 1 Watio y me persiguieron tres caballos, he vuelto a hacer un trekking nocturno, aunque ésta vez con más potencia de iluminación, de mi equipo de espéleo: 1 led gordo que a máxima potencia alumbra a una distancia similar a las largas de un coche (aunque con un cono luminoso mucho más cerrado), acoplado con otro frontal multi-led que, si bien tiene menos potencia, posee un cono de iluminación más abierto. El primero, si apuntas al suelo, deslumbra tanto que te quita la visión nocturna y te reduce el ángulo de visión, por contraste.

La ruta ha comenzado en Canto Cochino, siguiendo el Majadillas por la izquierda y ascendiendo por detrás de la Muela sin entrar a la zona del Pájaro. Desde lo alto del bastión pude sacar fotos tan pictóricas como ésta:


La luz que se ve es cortesía de la contaminación lumínica de Madrid y urbanizaciones serranas, reflejada en un cielo seminublado.
Luego bajé por las Buitreras, y como muestra una Buitrera:
 
Cuando se despejó un poco el cielo en lo alto destacaba la constelación de Orión, por encima del halo anaranjado del horizonte suroeste.
Bajando por el roquedo de la espalda de las Buitreras:
 
Hasta llegar al bosque de pinos...
 
... donde entre los árboles aparecieron dos puntos luminosos brillantes, a más de 50 metros. Al principio pensé que sería otro paseante nocturno con sus leds. Apagué los míos y los puntos desaparecieron; los volví a encender y los puntos reaparecieron. Caminé en dirección a ellos a ver qué eran... un cartel o una tienda de campaña con reflectante... y entonces caí en que eran OJOS. Por suerte tras unos quiebros los perdí de vista.

Al llegar por fín al aparcamiento, en el que había bastantes vehículos de gente que estaba pasando la noche en la Pedriza, me senté a comerme uno de los dos bocatas que traía (el otro lo iba a tirar).
Y entonces un ladrido. Y apareció un perrito enano. Lo malo es que luego apareció otro más grande, un pastor alemán mezcla. El caso es que vinieron hacia mí los dos, brillándoles los ojos, pero se quedaron espectantes a unos metros... y yo ya estaba partiendo un cacho del bocadillo para hacerme su amigo antes de comprobar si eran mansos o agresivos. Luego les tiré el otro bocata entero... aunque se lo comió todo el grande.
 
Estos animales es posible que vivan permanentemente en la Pedriza, como el burro y el gato. Están por ahí a que les echen de comer, y quizá pertenezcan al dueño del bar de Canto Cochino.

Y por último una foto desde Quebrantaherraduras, que está retocada, pues es apuntando al norte, y como por ahí no hay contaminación lumínica la cámara no ha recogido un carajo. El caso es que ha quedado algo pictórico -paisajismo tenebrista- al subirle el brillo y el contraste:

 
El trekking tuvo menos encuentros que la vez anterior, de bichos salvajes sólo saltó un buitre al pasar a la altura de La Muela... y los ojos del bosque. Y regresando con el coche se me cruzó un zorrillo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena, de verdad que me lo paso pipa con estas entradas.

Zuviëh S.F. dijo...

¿Te asustaste de unos ojitos? :O jijiji :P

Herel dijo...

¿Asustarme yo?... ¡qué va! sólo que dentro de la imprudencia soy prudente ;P

Carmen dijo...

Qué guay tus excursiones. A mi me encanta salir al campo, pero soy una canguelas. Vamos, que yo me encuentro unos ojos y al día siguiente me encuentran a 10 km. del sitio porque he salido corriendo :S
Molan las fotos, la de la contaminación lumínica de Madrid es impresionante. En CyL somos pobres y no tenemos luz xD

Zuviëh S.F. dijo...

Eso dices ahora. ;)

Herel dijo...

Sí, vienes por Segovia todo a oscuras, atraviesas la montaña por el túnel a la cara de Madrid y ¡tachán!
Pero al menos tú sabes lo que es la Vía Láctea. Una amigo de más de 30 la descubrió el año pasado...