-Hace mil siglos este planeta estaba lleno de ciudades, poblado por trillones de niaras cosmopolitas que disfrutaban de todas las comodidades de una civilización tecnológica. Pero en un momento dado terminaron con todo. Bajo estas llanuras, bosques y montañas está su antiguo mundo sepultado. Lo enterraron todo, redujeron la población y volvieron a un sistema de vida básico. ¿Por qué? porque serían más felices así. Sin comodidades, pero también sin necesidades de comodidades. Se asientan donde quieren, cazan, siembran, recolectan, trabajan para ellos mismos.
Ahora nuestro gobierno les está pervirtiendo, les está conviertiendo en dependientes de nuevo. Vuelven la propiedad privada, las leyes y las normas. Los que tragan son modernos, inteligentes, progresistas. Los que se resisten son salvajes, retrógrados, estúpidos. Se juega con las connotaciones del lenguaje ligando palabras para animar a la población a hacer lo que nuestro gobierno quiere. Si eres estúpido y manipulable te llamaremos inteligente, si tienes tus propias ideas y no acatas nuestras normas sino las tuyas, te llamaremos tonto... y tendremos millones de tontos haciendo lo que queramos mientras les repetimos ¡pero qué inteligente eres!
Antes de que llegáramos, los niaras vivían bien. Ahora, los que han tragado creen que viven bien. Tienen miedo a no tener nada, porque cuando se instaura la propiedad privada, es cierto, el que no posee dinero o propiedades no puede vivir dignamente.
¿Por qué nosotros trabajamos para destruir un mundo? porque también estamos pringados, nosotros nacimos ya pringados en una cultura de la necesidad. Somos drogadictos, civilizacionadictos, dineroadictos, propiedadadictos, crecimientoadictos... y como no podemos escapar del sistema, formamos parte de él y lo mantenemos en pie, lo alimentamos para alimentarnos a nosotros mismos. Crecer hasta el infinito, porque es un sistema basado en el crecimiento contínuo, y cuando más crece más necesita fagocitar para mantener su pirámide en pie. Tengo que doblepensar para hacer mi trabajo, separar mi moral de mi profesionalidad. Porque de moral no se vive... sólo viven algunos, poetas y cantamañanas, con sus propiedades e ingresos nada poéticos, sino reales.
-Creo que llevas demasiados años destinado aquí. Pide el traslado a otra colonia.
-Sí, tendré que pedirlo, porque ni yo mismo soy capaz de irme por mi cuenta.
Cornicabras
-
Las laderas de los montes están cubiertas por un bosque bajo de encinas y
cornicabras, que en esta época del año salpican de ocres y rojos el
paisaje. En l...
7 comentarios:
Me ha recordado a George Orwell y su 1984, sobretodo lo de:
"tendremos millones de tontos haciendo lo que queramos mientras les repetimos ¡pero qué inteligente eres!"
Anda que no estaría bien poder ser trasladados a "otra colonia"...
Buena descripción de nuestro mundo.
Buen trabajo Herel. Buena semana.
1984 es uno de mis libros favoritos. Pero allí eran menos sutiles: usaban castigos directos para los que pensaban de forma inadecuada, y en este sistema simplemente se les denosta y demoniza para que caigan por sí solos... lo cual también es un castigo para cualquier criatura con aspiraciones o necesidades de vivir en comunidad.
Jobu, ¿nuestro mundo? no no, es otro mundo...
Buen resto de siglo y buenas fallas. ;)
quizá trabajamos para destruir el mundo porque no sabemos hacer otra cosa. Que triste.
Tampoco será tan drástico, destruimos como parte de un proceso para conseguir cosas. Para conseguir hacer fuego hay que "destruir" madera, para comer hay que "destruir" animales y vegetales... para construir el derecho de propiedad de una persona hay que destruir el derecho a esa misma propiedad del resto del mundo.
Lo curioso, claro, es que para "tener" una historia, una pieza de música o una idea, y para que todo mundo la tenga también, ¡no tendría porqué hacer falta destruir nada!
Debe ser eso de la adicción al dinero. Ese es el problema. ¿Será una consecuencia inevitable de la civilización y el progreso y esas cosas? Porque realmente me gusta mi carro y mi laptop y mi Internet que me deja platicar con gachupines del otro lado del mundo... la perspectiva de enterrar todo eso suena como un verdadero fastidio.
Claro, para la propiedad de las ideas no hace falta destruir nada, salvo que se considere P.I. y se destruya la posibilidad de que otros las tengan o utilicen... (jo, qué pesadez con el tema, pensará alguien)
Y si tuviéramos alas y de pronto nos las quitaran, tanto de lo mismo, hay cosas a-las que una vez accedes, las consideras como una base imprescindible de tu calidad de vida. La pregunta es ¿cuando no tenías esas cosas eras más infeliz que ahora o empiezan a volverse imprescindibles desde el mismo momento en el que las pruebas? Y de ahí el símil con las drogas.
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