El pollo vigilante:
En este jardín, a 10 minutos del aparcamiento haciendo la ruta a la inversa, observamos un elemento extraño:Intentamos llegar hasta el bulto marrón aproximándonos desde abajo y desde arriba, pero no lo alcanzamos, a parte de que se perdía la referencia visual al acercarte. Seguro que se puede llegar, pero no íbamos a dedicar más tiempo. Si alguien va por allí, a ver si logra alcanzarlo y me dice qué era. Nos quedamos con la incógnita.
En la foto no se aprecia bien, pero en vivo cantaba mucho desde la ladera de en frente, parecía la textura del pelaje de una cabra joven, aunque con forma de hongo gigantesco.
A parte del espectáculo visual, las rocas son una delicia, porque se pueden trepar muy bien. Están cortadas en lajas, con numerosos desconchones y aristas que hacen de agarres, y es fácil escalar por las paredes. Por contra, son de piel lisa y resbaladiza, no tienen tanto agarre por rozamiento para andar por planos inclinados como el granito de La Pedriza.
El Torcal parece ser una formación geológica que se fraguó debajo del mar, y ascendió sobre el continente por el choque de placas, así como se creó toda la orografía montañosa de la Andalucía oriental.
9 comentarios:
Jolines, qué espectáculo de rocas... yo que tengo a la mujer muerta y a los 7 picos aquí en la sierra de madrid y estoy hiper-flipá...
¡SALUDOS!
Es el efecto novedad, aunque en estos sitios siempre quedan rincones por los que no te has metido. A mí me pone frenético tanto laberinto y tan poco tiempo, que tienes que descartar recodos y exploraciones.
Te escribo desde Málaga, anotado queda el sitio que es muy bonito.
Un abrazo
Javier, si te acercas un día, a ver si resuelves el misterio de la cosa marrón. :)
Me espeluzna la sola idea de andar por ahí.
Es precioso... pa verlo. :)
Un beso.
Eulalia, más peligroso tiene que ser hacer auto-stop (o al menos más cortante) :P
lo conozco el Torcal, buenos recuerdos, gracias herel
Klox, estás hecho todo un frandalú. :)
¿Bulto marrón? Qué va. Es un asesino sobrenatural con máscara de hockey, acurrucado sobre una piedra.
Eso, o la parca descansando.
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