Los bosques eran rojos. Un suelo de hojas muertas rojizas, de helechos amarillentos y anaranjados, y muchísimas setas. Bajo el bosque de pinos crecía un segundo órden de bosque en miniatura de hongos.
La lluvia cayó sin parar, no muy fuerte, pero contínua. A partir de los 1.500 metros había resíduos de nieve escarchada, caída seguramente durante la noche, amontonada en lugares protegidos, aguantando la lluvia.
A parte del agua que caía de arriba, también estaba la que brotaba del suelo por todos sitios, discurriendo bajo placas de hielo. Las brumas avanzaban y retrocedían, subían y bajaban, como si fueran humaredas, dando más o menos visibilidad. Hacia los valles apenas se veía más que una atmósfera grisácea sobre la que despuntaban algunos bastiones pétreos, o sus siluetas.
La lluvia cayó sin parar, no muy fuerte, pero contínua. A partir de los 1.500 metros había resíduos de nieve escarchada, caída seguramente durante la noche, amontonada en lugares protegidos, aguantando la lluvia.
A parte del agua que caía de arriba, también estaba la que brotaba del suelo por todos sitios, discurriendo bajo placas de hielo. Las brumas avanzaban y retrocedían, subían y bajaban, como si fueran humaredas, dando más o menos visibilidad. Hacia los valles apenas se veía más que una atmósfera grisácea sobre la que despuntaban algunos bastiones pétreos, o sus siluetas.
Y la verdad es que este tiempo es el mejor para andar. Al no haber sol el desgaste físico es mínimo. Y además... ¡no me encontré con nadie arriba!, sólo en los primeros tramos con gente bajando.
El único problema son los pies, que al final acaban calados con riesgo de heridas. No sé por qué sospecho que mis botas son de verano, a juzgar por lo poco que impermeabilizan... ¡pero yo en verano no uso botas!
Y el Jueves (las fotos son del mismo día que el post del hielo) hice la gran patosada. Me llevé dos pares de calcetines de repuesto, pero... no los metí en bolsa de plástico. Total, que se me empapó la mochila y se me empaparon de paso los calcetines que iban dentro. Repuestos inservibles.
Cuando regresé al coche, me quité las botas y al volcarlas cayó un chorito de agua de cada una. Los calcetines tuve que escurrirlos bien, como el mocho de la fregona en el cubo.
El único problema son los pies, que al final acaban calados con riesgo de heridas. No sé por qué sospecho que mis botas son de verano, a juzgar por lo poco que impermeabilizan... ¡pero yo en verano no uso botas!
Y el Jueves (las fotos son del mismo día que el post del hielo) hice la gran patosada. Me llevé dos pares de calcetines de repuesto, pero... no los metí en bolsa de plástico. Total, que se me empapó la mochila y se me empaparon de paso los calcetines que iban dentro. Repuestos inservibles.
Cuando regresé al coche, me quité las botas y al volcarlas cayó un chorito de agua de cada una. Los calcetines tuve que escurrirlos bien, como el mocho de la fregona en el cubo.
4 comentarios:
Gastarse la pasta en unas botas de goretex es algo que amortiza enormemente. Si lo sabré yo que estuve 3 días con los píes frios y mojados (anque bueno eso fue por falta de unos guetres decentes)
Yo de calcetines suelo llevarme 2 pares por días.
Para evitar que se moje la mochila comprate una funda de estas para mochilas, valen 4 duros
Apuntado para la lista de la compra.
Verás como vuelve la sequía...
Eso, sigue jugando con mis sentimientos :)
Estupendas fotos. Ese paisaje en la niebla parece sacado de una novela de fantasía (o un videojuego ochentero de ídem, para el caso :)
Y ese accidente con el agua en la lente, y el efecto que produjo... no te habría quedado mejor si lo hubieras planeado :)
El paisaje genial, podría rodarse cualquier película mitica en el.
un saludo.
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