Porque desde pequeño le habían atado a esa estaca, y todas las veces que intentó zafarse de ella, todas fracasó.
Había aprendido que la estaca era más fuerte, y no se dió cuenta de que con el tiempo él había crecido y ahora él era más fuerte que la estaca. Por confiar en lo que "sabía" no pudo descubrir la nueva realidad.
El cuento original, y más extenso, pertenece a Jorge Bucay.
4 comentarios:
Peor es lo de algunos gatos, que andan sueltos, pueden irse, y vuelven.
Y es que, a pesar de ser tan grandote, el elefante es animal doméstico, con todo lo que ello implica.
Un beso
La verdad es que no conozco hasta qué grado llegan a ser domésticos y mansos los elefantes, pero vamos a cambiar elefante por un bicho inventado irreductible: un grujnoplaun. Así no nos entretenemos con los pequeños detalles y nos quedamos con el mensaje.
PD: reclamaciones sobre la psicología elefantil a Bucay, que suyo es el cuento. :P
A mí me recuerda un poco a la relación que algunas personas tienen con sus padres...
Taza, en todo el centro de la diana has dado.
(pero añadiré al resto del entorno en el que creció y se formó la persona)
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