sábado, 1 de mayo de 2010

Gratas sorpresas

Las últimas cavidades en las que me había metido por esa zona eran agujeros inmundos, y ya pensaba que no quedaba mucho más que rascar, pero hoy me llevé una grata sorpresa con los primeros encuentros. No es Cantabria, pero para la zona están bien decoradas. Sólo les falta tener laberinto.

Coladas a la entrada, algo calcificadas y recubiertas de microvida vegetal.

Sumidero de grandes galerías que termina en un fondo de saco, pero en el alto techo de la última sala se distinguía un punto de luz, una pequeña comunicación con el exterior que no fuí capaz de encontrar en la superficie. Bueno, tampoco perdí mucho tiempo, porque encontrar la ranura correcta en una superficie repleta de rocas y fisuras es imposible sin apoyo desde el interior o una topografía exacta.

Esta otra cavidad comienza en una galería seca, pero tras escurrirme por un par de cuellos de botella llegué a un pasillo lleno de formaciones. Me metí por ahí porque soplaba aire, lo cual es indicio de que la cueva continúa...

...y de hecho continuaba aflorando al exterior por una segunda salida, junto a la que se abría un nuevo túnel que descendía adentrándose en la tierra, hasta unas galerías de mayores dimensiones que las anteriores. Al final se encontraban los restos de un animal.

También revisité una cavidad que ya conocía, pero en la que tenía pendiente explorar una diaclasa por si continuase. Al final comunicaba con un pozo impenetrable, pero al menos se ensanchaba lo suficiente para cambiar de posición y regresar con la cabeza por delante. No tengo claro el nombre de esta cueva, no he visto marca de catálogo, sólo unos rallajos en la entrada.


Sapos, habitantes autóctonos de varias cavidades de esta zona.

Y abadejos (carralejas), correteando por doquier. El pequeño se coló en la foto sin darme cuenta mientras perseguía al grande, que no paraba de moverse, con la cámara en modo macro.

Es primavera, y el campo luce unos colores de ensueño. Hasta principios de junio estará así de verde, luego los campos se volverán ocres, y en invierno grises y pardos, mortecinos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya q preciosidad las cuevas, yo no soy de andar por el monte tengo un asma y una alergia muy fuerte pero la verdad q lo miro y me parece precioso un abrazo

Herel dijo...

También tengo alergia al polen, pero sólo es un mesecito al año moqueando.
Teniendo asma supongo que dejaste de fumar con un motivo de peso más.

Anónimo dijo...

Tengo alergia al polen, a los ácaros y asma intrínseco, taba hecha una mierda vaya pero hace años q no uso el terbasmin y el turbuhaler y lo de fumar son las gilipolleces que una hace de joven!!

Herel dijo...

Ya, entonces no llegaste a ser fumadora, si lo dejaste en la fase de "fumar por la tontería".

Trinity dijo...

Ahora es cuando el campo está más bonito. Una buena caminata te diste, y la cueva es muy chula.
El sapito muy mono, pero las carralejas me dan un poco de asco :P

Por cierto, qué ricos los dulces de Tamajón, cuando parábamos ahí para ir a hacer alguna ruta, siempre compraba.