La mayor parte de la gente, centrada en ejercer su profesión, descuida su negocio para ocuparse del negocio de otro.
Robert Kiyosaki tenía dos padres, su padre verdadero: el padre pobre, y el padre de su mejor amigo: el padre rico.
El padre pobre era un funcionario del gobierno de los Estados Unidos, trabajaba por un buen sueldo en la universidad de Hawai. No era pobre porque careciera de posesiones o faltara el dinero.
El padre rico, poseía varios negocios e inversiones. Su dinero invertido trabajaba por él, recogía los beneficios de sus negocios, y los dividendos de sus acciones.
Kiyosaki distingue entre pobres, clase media y ricos en función de en qué gastan su dinero.
-Los pobres compran baratijas, cosas que son baratas.
-La clase media compra obligaciones: coches, casas, viajes... con un dinero que no tiene, lo que repercute en una frenética carrera para saldar sus deudas más los intereses. Estos bienes, a parte, les hacen perder dinero eternamente en forma de impuestos: impuestos de propiedad, seguros y tasas de circulación... Y como la única fuente de ingresos es su sueldo, necesitan desesperadamente conseguir un aumento. Pero de conseguirlo sólo pasan a pagar aún más impuestos e incrementar su haber de obligaciones creyendo que por ganar más dinero pueden permitirse mejores coches o casas.
-Los ricos compran activos: invierten el dinero en acciones, bonos, negocios que generan más dinero aún. Hacen que el dinero trabaje por ellos.
De forma esquemática, una persona con un trabajo, por lo pronto tiene unos ingresos y unos egresos, un dinero que entra y un dinero que sale sin que él tenga que hacer nada (salvo trabajar).
Ingresos: su sueldo.
Egresos: retenciones fiscales, tanto mayores cuanto mayores sean sus ingresos.
A continuación, esta persona, con el dinero que le queda (ingresos menos egresos) adquirirá diversos bienes, algunos básicos, como la comida y un lugar donde refugiarse, y otros no tanto.
Podemos dividir los bienes en otros dos grupos: las obligaciones y los activos.
Obligaciones: viviendas más grandes, segundas residencias, terrenos, vehículos, tarjetas de crédito... No generan dinero y más bien nos cuestan un desembolso periódico de dinero para pagar impuestos o mantenimiento más allá del dinero que nos costó adquirir ese bien. Las obligaciones sacan dinero de nuestra cuenta hacia la casilla de egresos, el dinero que se va.
En caso de querer venderlas, las obligaciones se deprecian rápidamente, o bien la operación tiene cargas fiscales muy fuertes que nos chafan el pretendido beneficio.
Activos: Acciones, bonos, patentes, propiedad intelectual... Es un dinero invertido en algo que si bien no podemos usar materialmente, inyecta dinero periódicamente en nuestra cuenta, metiéndolo en la casilla de ingresos. También se podrían incluir aquí las operaciones especulativas de compraventa: comprar muy muy barato, normalmente aprovechándose de la desesperación y desgracia ajena, o de tiempos de crisis, y vender a un precio superior.
Los activos reinvertidos en activos no paran de crecer, de modo que llega un momento que generan tal cantidad de dinero que el nuevo coche se paga solo, los impuestos se pagan solos...
Cuanto más dinero tiene el rico invertido en activos más dinero recibe cada mes sin que él tenga que generarlo.
Por otro lado está el tema de las corporaciones.
El particular normal tributa sobre lo que ingresa, y luego se podrá gastar lo que le quede tras la confiscación fiscal, tanto mayor cuanto mayor sea el ingreso.
La corporación, en cambio, primero ingresa, luego gasta todo lo que puede, y finalmente tributa sobre el dinero que quede sin gastar. El coche particular es gasto de vehículo corporativo, las vacaciones en el Caribe son gastos de reuniones corporativas...
Del dinero generado por el trabajo ¿quién se lleva la mayor parte? ¿los ricos o los pobres (trabajadores)? ¿Quién paga más impuestos? ¿los ricos o los pobres?
El término pobre incluye a la clase media, cargada de obligaciones, y que es a fin de cuentas la que paga la mayor parte de los impuestos.
El sistema está diseñado así, uno no escapa de la "carrera de ratas" trabajando mucho, sino logrando que otros trabajen por tí, que el dinero trabaje por tí.
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