martes, 3 de marzo de 2009

y mira que Madrid es grande...

Tomo el metro por la tarde en una zona del centro de Madrid. Mientras esperaba me fijé en una chica que parecía sueca que andaba haciendo fotos a la estación en lo que llegaba el vagón.
Me bajo en el norte de Madrid. La sueca, que iba con una amiga, seguía ahí. No se bajaron en mi parada.
Tras hacer unas cosas, como tres horas más tarde, me tomo un café en un bar que está como a 600 metros de la boca de metro, en una zona residencial que no tiene nada de especial.
Al rato aparece la sueca, su amiga, y otra, y se sientan en la mesa de al lado.
Y yo me pregunto cómo han llegado hasta ahí.

Luego, al volver a coger el metro, me senté. Y digo me senté porque no me suelo sentar, pero hoy estaba algo cansado y el vagón iba prácticamente vacío. Unas paradas más adelante se llenó y se me puso al lado un tipo normal durante dos segundos, el tiempo que tardó en llegarme el olorcillo a cerveza. Me estaba pringando de ese olor que tán poco me gusta, pero tampoco me atrevía a levantarme y que notase el desprecio. Esperé que apareciera una viejuna para cederle el sitio PERO NO SUBIÓ NI UNA.

Conclusión: La probabilidad de sacar 6 veces 6 en 6 tiradas en un dado de 6 es la misma que la de sacar 6 valores distintos en 6 tiradas.

5 comentarios:

Chasky dijo...

Es que las viejunas no aparecen cuando se las necesita, aunque mejor que aparezcan suecas que ellas.

planseldon dijo...

Briconsejo para cuando quieras levantarte del asiento del metro porque te molesta el vecino: primero miras el mapa de metro, pones cara de no verlo bien, cara de pensar ¿qué estación era esa?, y finalmente, te levantas con cara de decisión a mirar con detenimiento el mapita de metro (ese que está pegado al lado de las puertas) y te dedicas a observarlo como si te fuera en ello la vida. Lo más probable es que el vecino piense que te has levantado para consultar un itinerario, y no porque le molestas.

Herel dijo...

Y hay que contar con que alguien me quite el sitio en ese momento...

MEugenia dijo...

Madrid es un pañuelo.

Hace muchos años, estaba con mi novio en El Retiro, un lugar bastante alejado de la zona donde vivo. El Retiro de por sí es bastante grande, así que resulta muy improbable que alguien te vea, aún paseándose por allí, y más si estás "enchochado" tirado en el césped con tu pareja.

Pues cuando llego al cabo de 3h. a mi casa, mi padre sabía con quien había estado y dónde. Un amigo suyo, al que yo no conozco, pero el a mí sí, me vio en El Retiro, vino al barrio donde vivo, vio a mi padre y se lo contó.

En cuanto a lo del metro, he sufrido tantas situaciones desagradables, porque olieran mal, porque me estuvieran dando con la pierna, etc, que después de muchísimos años teniendo reparos en que los de al lado se molestasen, ahora paso olímpicamente, me levanto sin ningún miramiento y me voy a un asiento lejano donde esté a gusto.

Saludos

Anonymous dijo...

Anda que cuando huelen a rosas algunas... o a megaftersave algunos... pa mí que es instinto de supervivencia, si las "emanaciones de los alguienes" te marean lo suyo es que uno se aleje evitando arcadas como poco, cuando ni se piensa en la reacción del "emanante" suele no existir tal reacción, por supuesto experiencia personal es todo esto.
... y a veces se consigue cerrar la nariz y soportar con calma casi cualquier olor.
Saludos y más ánimo con la capital de los capitalistas:
alicia ( husmeando palabras ;P)