jueves, 3 de enero de 2008

desayunar fuera

Hoy me apetecía desayunar fuera. Aunque suelo hacerlo en casa, desayunar en un bar hace que el día sea distinto (sobre todo si no desayunas fuera todos los días). Por las mañanas la barra es un ir y venir de gente fugaz, que se toma su café y su pastelito, deja el dinero y se marcha. El camarero como loco corriendo de un lado a otro escuchando voces en Dolby Surround "hijo, ponme un poquito de leche fría" "dime qué te debo" "un café cuando puedas" "un vasito de agua por favor" "¿me lo puedes poner en vaso?" "y también un cruasán" "¿me lo puedes poner mejor en taza?"...

Contrasta con la sobremesa: los cuatro gatos que están ahí apoltronados con su cubata, su cigarro y su periódico sobado, están para durar... y para luchar contra la modorra. Conversaciones cruzadas de un extremo a otro en medio del silencio, dilatando el tiempo. Hasta el camarero puede participar porque está de brazos cruzados escuchando el sonido de la fricción de La Tierra al girar en el espacio. Pero eso sí, el camarero debe de ser siempre comedido en las discusiones, no puede exponer sus opiniones con tanta vehemencia como los clientes porque... espantaría a los parroquianos habituales que vienen buscando un lugar donde desahogarse, alguien que les escuche y no les chafe los argumentos ¡Podrían cambiar de bar ante un camarero respondón!
Además que el camarero no suele estar tan alcoholizado como ellos como para dejarse llevar (y cuando no es así, no digo nada).

Y por la noches hay bares medio cerrados, quedando dentro los "pesados" arreglando el mundo con la inspiración de un vaso de vino o sumidos en sus pensamientos, esperando para salir los últimos, por debajo del brazo del dueño justo antes de bajar el cierre.

9 comentarios:

Brie dijo...

¿Y qué me dices de esos que están por la mañana en el bar, después de comer y luego por la noche también? Además de dejarse el jornal en el bar y acabar con el hígado para hacer foie... dice mucho de su vida personal y familiar, no? Yo más bien creo que su familia son sus compañeros de tertulias y de quintos del propio bar.

Herel dijo...

¿Los que viven en el bar? merecen un capítulo aparte, y más que el jornal se dejan la pensión o el subsidio ;)

Y la familia como el origen de la palabra indica famili familis familubis... o algo así... la familia, lo familiar es lo que acostumbras, luego la gente con la que te rodeas y relacionas podría decirse que llega a ser tu familia, y la que apenas tratas no.

planseldon dijo...

Lo de desayunar en bar (o cafetería ) también me llena de felicidad, sobre todo porque me recuerda a mañanas ociosas sin ir al curro.
Me gusta la forma que tienes de describir ese desayuno.
Pero durante mis años de destierro manchego mi mayor alegría era pasar las tardes en un bar acogedor y con poca parroquia, comodamente acodado en la barra, leyendo en mi pda, fumando un cigarrillo tras otro, coqueteando con las camareras rumanas y jugando alguna partidita a los dardos con los ferroviarios de la estación que venían a tomarse sus copazos de terry antes de salir para Ávila o para Zaragoza. ¡Qué buenos recuerdos! Y pensar que todo eso puede terminar cuando también a España lleguen las leyes antitabaco que ya nos están jodiendo en Francia :-(

Por cierto, que una de las cosas que me han comentado por aquí varios franciese que han estado en España es que le llamó muchísimo la atención que tomásemos café en vaso... fíjate que nunca lo había pensado y resulta que es una de las cosas typical spanish, el café en vaso.

Herel dijo...

Una forma de hacer lo que harías en casa, pero disfrutando de ocasional compañía y charlas. Eres todo un sibarita que sabe buscarse sencillos placeres, amigo Planseldon :)

Quiero ser como tú dijo...

A mi me agobia un poco tanto jaleo por la mañana, pero no puedo pasar sin tomarme un café (en vaso, jeje), aunque sea en cinco minutos.

¿Año nuevo, "look" nuevo? ;)


Saludos

Zereth dijo...

De repente se me antojaría desayunar fuera... o desayunar algo más que mi avena con leche.
Habrá que intentar ir a un bar de mañana :D aquí no se estila, o no me ha tocado verlo. A ver si no me encuentro a los que viven dentro del bar sin ser dueños.

Besos y un abrazo, empalagosa que soy, jaja bueno, solo hoy.

Zorro de Segovia dijo...

soy bastante mesetario y el café diario con leche acompañado de unas porras es sagrado. Leo el periódico del garito (ABC o Marca, el que toca) y me voy de allí con las pilas cargadas.

Por las tardes paso. El dueño del bar donde desayuno lleva una melopea de cojones a eso de las cuatro.

Herel dijo...

Zereth "culo veo culo quiero" :D
De vez en cuando está bien, por cambiar el escenario habitual del desayuno.

Zorro, te vas desayunado e informado de toda la actualidad, una buena forma de empezar el día, sí :)

georgina dijo...

No soy persona de desayunar, sí de comer y cenar fuerte, por eso no aprecio especialmente el ajetreo de las mañanas en un bar. No es el momento del día en que soy capaz de disfrutar, quizás por mi naturaleza noctámbula.

Únicamente recuerdo con añoranza desayunos del pasado, mientras estuve una semana en Sevilla hace ya muchos años, con esas tostas de pan, aceite y jamón exquisito, el zumo de naranja y el café ñammmm ñammmmm... o los vasos de leche que tomaba de niña sentada en la terraza del apartamento donde pasé unas vacaciones en Ibiza, contemplando la bahía.

Y recientemente, disfruto de la combinación de buscar bar y pastelería típica del pueblo donde paramos en las excursiones al campo :)