sábado, 26 de enero de 2008

por unos metros

Desde la ladera opuesta se distinguía claramente lo que podría ser la boca de una cueva, de modo que me quedé con la posición para pasar por ahí al regreso de la ruta.

Cuanto más cerca estás más difícil es de ver porque te lo tapan los árboles y el terreno, pero finalmente llegué y resultó ser tan sólo una agrupación de oquedades inabordables en el bastión de roca.

Pero ya regresando, de nuevo con la panorámica lejana, me dí cuenta de que había mirado el peñasco malo, el de la izquierda (que también tenía agujeros), y me dejé a unos metros tras los árboles el bueno, el que podría tener la cueva. ¡Qué rabia!

Probabilísticamente, seguramente no sea nada, porque la zona está plagada de entrantes en paredes de roca: sombras que desde lejos ofrecen posibilidades mas se quedan en eso: entrantes. Pero qué rabia, si al menos en el momento hubiera mirado la foto que hice desde el otro lado (el alzado de la ladera), me habría dado cuenta de que estaba en la pared mala.


...
La semana pasada en esta zona me sorprendió un ave de enorme tamaño que remontó el vuelo de entre los árboles soltando posteriormente una descarga líquida desde el aire... cual hidroavión... que pobre al que le cayera encima. Me pareció un búho por la cabeza grande y pegada al cuerpo, aunque no entiendo de aves.
Hoy lo tenía más cerca, pero apenas me percaté hasta que salió volando. Unos minutos antes de esto había encontrado una pluma muy bonita y, contrastando con la wikimedia, no hay duda: búho real (Bubo bubo).


Créditos:
imagen primer plano del búho perteneciente a la galería de Dalay

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