jueves, 25 de enero de 2007

El tercer hombre (una historia del revés)

El tercer hombre volvió al cabo de un mes al pozo.
Pero cuando se dispuso a salir de allí, se dió cuenta de que la cuerda había desaparecido.
Sacó un cuchillo y le abrió el vientre. De su interior sacó la gema.
En el fondo encontró un cuerpo muerto que se mantenía en perfecto estado. Pareciera un hombre algo desinflado durmiendo, pero él sabía que estaba muerto, muerto de inanición.
Regresó al cabo de un mes, ató la cuerda, y descendió al pozo.
Y se marchó dejándo al otro allí.
Cuando la cuerda se destensó, el escalador había alcanzado el fondo del pozo, y el segundo la recogió.
Pero el segundo lo sabía muy bien, y le vino estupendamente la invención del primero para evitar tener que montar una falsa disputa sobre quién bajaría en primer lugar.
Se había inventado el cuento de los túneles - y por tanto la lejanía aún de la gema- para evitar una pelea sobre quién bajaría antes.
Será estúpido - pensaba el que bajaba. Sabía que no había túneles de ningún tipo, la gema estaría en el mismo fondo.
-De acuerdo - volvió a responder el primero.
Ataron la cuerda y el segundo se dispuso a descender con alevosía disimulada. - Prepárate, una vez abajo recorreremos los túneles subterráneos hasta que encontremos la gema.
- Bien - respondió el primero.
-Ya hemos llegado al lugar, atemos la cuerda y bajemos -dijo el segundo.
Uno de ellos tenía una estrategia, y para ello, llevaba varios días hacíendose el tonto y el ingenuo, aumentando la confianza del otro, y llevándole a planear su estrategia tal y como el primero pretrendía que el segundo la planease...
Secretamente había suspicacias entre ellos, ¿quién bajaría primero? ¿quién se haría con la gema?
Aquel que se la tragara dejaria de envejecer, sería inmune a las enfermedades y adquiriría el poder de la autoregeneración.
Los dos hombres llegaron hasta el claro del pozo, el pozo en el fondo del cual se encontraba la gema de la eterna juventud.

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