jueves, 11 de mayo de 2006

materialismo


Mira que soy lo más parecido a una cabra, todoterreno por los riscos de la sierra, y nunca había logrado reducir tanto la distancia de seguridad. Pero claro, hasta ese momento yo había sido "legal", me había intentado aproximar sin más, intentando crear confianza; buscando comunicación visual discontínua, simpatía y empatía (aunque sus ojos reflejen estulticia más que otra cosa), andando distraida y pizpiretamente, evitando una imagen de alevosía u hostilidad; es sólo un juego, simulación de caza y persecución, no habrá muerte ni daños.

Hasta que hace dos semanas en Gredos pude comprobar cómo todo eso no era lo más importante. La gente echa comida y las cabras se arriesgan a acercarse más. El elemento chantaje materialista funciona, debe de ser algo parecido a las comidas de negocios que facilitan la negociación... o la probabilidad de negociación.
Nuevamente mis ideales a la mierda, triunfa el materialismo sobre el alma, comprobado in-situ: la cabra en principio mantiene una distancia de seguridad de unos seis pasos; ahora, si tienes comida, su precaución se reduce a un paso. Es una decisión estomacal.

Debe de ser duro pensar fríamente... que tu gato te quiere sólo porque le das calidad de vida.
Por eso jamás he sido "caballeroso" ni tolero la gorronería en una pareja, si me quiere, que sea por lo que hay escrito en las tres plantas superiores de la Pirámide de Maslow (el deseo sexual debe de estar en la tercera planta; es cuestión de preguntar en información, a la entrada), porque no pienso mantener ni proteger a NADIE... de la misma especie.
A un gatito sí, ¡miau!, o un perro ¡guau!, o una tortuga ¡...??...! ... o un chimpancé ¡uhuhuh uaaah!

Nota 1: La teoría de Maslow se basa en que mientras los escalones inferiores de la pirámide no queden satisfechos, los superiores pierden relevancia inmediata.

Nota 2: En el caso de la descendencia, también existe ese materialismo, o al menos yo no lo veo tanto como altruismo sino como satisfacción (con su recompensa emocional programada) de un instito básico de los escalones más bajos que la pirámide (aunque no aparezca) que es la perpetuación de la especie, y del propio individuo. La vida es efímera, y la naturaleza ha programado al individuo para buscar la inmortalidad a través de la descendencia, de la propagación. Y cada vez que satisfacemos el programa dictado de la vida, nuestro organismo nos premia con sensación de placer... o mitigación de la angustia vital (y esto me recuerda al monstruito de la nicotina exigiendo su dósis).

6 comentarios:

Otratazadecafe dijo...

Lo que nos diferencia un poco de las cabras es que por lo menos ellas, si no hay comida, no fingen ningún tipo de interés.

La gorronería... a parte de que no me parece normal que uno pretenda ahorrar o aprovechar sólo porque la otra persona sea su pareja (pues para mí que debería funcionar justo al revés) no soporto la racanería en general, es una de las cosas que más rabia me dan.
Los que cuentan los amigos en plan: Menganita es gilipollas, pero tiene casa en Ibiza, a Fulanito no hay quien lo aguante pero me arregla la moto, Pepito es ridículo pero tiene un chalet con piscina, puag!!!!!!

Cuesta mucho aceptar que alguna vez alguien se aprovechó de tus sentimientos para sacarte algo material, es duro pero es cierto, hay muchísima gente que se mueve en función de eso. Lo mejor que podemos hacer es aprender a andar por la vida esquivando a esta clase de individuos.


Pd.: al leer lo del monstruito de la nicotina me he preguntado: ¿al final conseguiste dejar de fumar?

Herel dijo...

Tampoco hace falta esquivarlos, en el fondo sólo se aprovechan de quien se lo permite, son inofensivos mientras seas firme en tus decisiones. Es más fácil que sean estas personas las que te esquiven a tí en cuanto vean que contigo no pueden.
Y el tabaco... pues... sí lo conseguí... volví... lo dejé... volví... lo dejé.

aiyana dijo...

Los gorrones ¿nacen o se hacen?.

Herel dijo...

Pues ambas cosas ¿no?, por un lado está la habilidad social o la falta de escrúpulos genética para aprovecharse de otros; y por otro está la gente que se deja saquear o chantajear,-muchas veces en base a convenciones sociales sobre la amistad o los roles-, que sienta precedente para otros los tengan a güevo para sacar tajada. Sería como preguntar: los reyes nacen o se hacen... algunos buscaron hacerse con el trono, se hicieron reyes; y a otros su entorno se lo ofreció, nacieron reyes, nacieron con corona y súbditos.

aiyana dijo...

Pues yo creo que un gorron nace, es una manera de ser, y el que nace comodón enseguida, si puede, intenta buscar que alguien le saque las castañas del fuego.

Herel dijo...

Aiyana, entonces tú eres Chomskyana jeje. Quizá sea una mezcla, hay cualidades innatas que son genéticas, pero las circuntancias y la infancia marcan, y pueden potenciar unas habilidades-virtudes o desvirtudes- y apagar otras, de todas las potenciales que tiene una persona.