El presidente boliviano no aparentaba gran cosa cuando fue presentado al mundo por la prensa internacional a raiz de su ascenso al poder; un hombre campechano, de pinta humilde, aclamado por un masa popular... lo típico. Inmediatamente fue motivo de burla por no adaptarse del todo al protocolo occidental a la hora de vestir (su jersey chillón es su pequeño aviso de rebeldía, y su señuelo para que su imagen aparezca en la televisión de todo el mundo más allá de los programas informativos); también tuvo eco la broma que le gastaron desde un programa de radio, la típica broma telefónica que se le hace al vecino, cuando un imitador de Zapatero logró contactar con él y mantener una cordial conversación de felicitación, una farsa en directo.
Que se rían los tontos, este hombre tiene un proyecto, está demostrando que no es un conformista ni un lameculos del sistema mundial. Tiene un país a su cargo, un país pobre, y no va jugar con las reglas de los países ricos, no, porque su país no lo es.
Evo marca la diferencia, no se viste como un cantamañanas de traje, no (aunque viste de todas formas a la usanza occidental, se ha quedado sin el 10), no es igual que ellos; no va a jugar a su juego; no va a seguir sus reglas.
Dada la situación actual, el "status quo" de los países ricos se basa en la pobreza de los demás. El planeta azul tiene unos recursos ilimitados a muy largo plazo, pues el propio planeta se regenera, pero cuando la presión humana es tan atroz como en la actualidad, la velocidad de devastación es mayor que la velocidad de regeneración. Según un informe del 2004 de WWW/Adena, el 20% de la población mundial consume el 60% de los recursos del planeta y genera el 60% de los resíduos. De lo que se deduce que no todos los países pueden mantener el nivel de vida de los países ricos, por la sencilla razón de que no hay para todos a ese nivel. Si el 100% de los países alcanzara hipotéticamente el nivel de vida de el 20% actual, se poduciría una demanda de consumo del 300% de recursos respecto a los actuales. España, aun sin ser de los grandes, consume casi cuatro veces más de lo que le correspondería en un reparto justo de recursos por habitante en todo el planeta.
Leo en el periódico que Evo pretende nacionalizar el petróleo boliviano y quedarse con las acciones del banco español BBVA... gratis. Mi primera impresión es de indignación chovinista -¡no puede hacer eso!, ¡hay unas reglas!-, pero a la vez no puedo evitar estar moralmente de su lado. Hay unas reglas, sí; son la reglas que dividen al mundo entre grandes capitales y alto nivel de vida, y bajos capitales y mano de obra y productos baratos para sostener a los del primer grupo. Y cada cual debe de pelear desde la posición que le ha tocado.
A lo largo de la historia ha habido chorrocientasmil revoluciones equilibradoras, bajo los ideales de repartir de nuevo, de hacer justicia (¡si eso no existe!). Pero irremediablemente la balanza se vuelve a descompensar con el tiempo, si no nace ya desde los cimientos con unas piedras intencionadamente más altas que otras, o invertidas. Parece que el
sistema feudal se reafirma bajo distintos nombres, y es un sistema piramidal: para que la cúpula vea el horizonte y respire aire limpio, la base tiene que soportar el peso y ser oprimida. Todo el mundo no puede estar arriba a la vez, o estamos todos en el medio (estado imposible, salvo que
vivas engañado, e inperpetuable) o la vida se convierte en un contínuo sube y baja, donde los que están abajo, cuando ya no aguantan más, se apartan y dejan que los que están arriba caigan por su propio peso y se estrellen, y luego generación tras generación, tanto los estrellados como los que se apartaron, se van reubicando de nuevo en la pirámide, y vuelta a empezar.
Evo Morales, interpreto que quiere retirar sus piedras de la pirámide, y las quita porque son piedras de la base, y ahí no están bien, que los que están arriba se aguanten solos, si no quieren bajar. Y aguantarán, un hueco no hace caer la pila... pero, ¿y sí...?
Quizá antes caerán desde dentro las subpirámides que hay en cada piedra de la pirámide global. Porque la estratificación en jerarquías es una constante a macroescala y a microescala, en el universo con sus galaxias; sus galaxias con sus sistemas planetarios; hasta los átomos con sus electrones.
La materia se termina reordenando de nuevo con el tiempo aunque la revientes; ni la fisión nuclear separa para siempre.
NOTA: Los enlaces sobre "feudalismo contemporáneo" y "1984, war is peace" no funcionan ya que el blog del
Estratega está cerrado por vacaciones. Espero que en un futuro puedan volver a leerse. De momento uno de ellos se conserva en el caché de google
aquí.