lunes, 23 de marzo de 2020

Filas

Por las mañanas resulta curiosa la estampa de las calles donde se concentran locales de suministro de alimento y estancos. Las calles tienen una ocupación ligeramente inferior a la habitual, pero aun así hay bastante gente... sólo que sin trasiego. La mayoría están como maniquíes colocados en largas filas poco reconocibles a primera vista como filas debido a las separaciones superiores a dos metros. Las filas giran por manzanas, o las atraviesan y continúan en la siguiente. Cuando los comercios están muy cerca unos de otros las filas se las ingenian para no solaparse. No pasan coches. Hay un silencio propio de un pueblo.

Pero al contrario que un día habitual, donde el tiempo es oro, en estos días extraños, permanecer en una fila es otra excusa más para estar en la calle y que te dé un poco de sol si tienes la suerte de que ha salido en esos momentos y sus rayos riegan esa zona entre los edificios.
Lo de los perros ya lo comenté en la entrada anterior sobre la cuarentena. Hace días ví a un vecino muy deportista que habitualmente suele pasar bastante tiempo en la calle, haciendo deporte o alternando. Y le ví con un perro, cuando nunca antes le había visto con uno. De alguna forma se ha agenciado uno.

Estos días se han sucedido detenciones de "gente empoderada" que no entiende por qué no puede salir a hacer deporte o a pasear si las calles están vacías. Pero qué listos que son. Es como si por falta de alimento nos racionamos todos la comida a la mitad, y resulta que algunos dicen "no pasa nada porque nosotros sigamos comiendo ración completa, porque como los demás se están racionando, hay comida de sobra para todos".
¿Por qué no puedo irme al pueblo? ¿Por qué no puedo irme a caminar por el monte? ¿Qué daño hago?... "Y se llenaron las calles de gente paseando perros".

El virus éste no me preocupa realmente por mí, ya que no soy población de riesgo, sino que me preocupan mis padres.

El objetivo de este aislamiento social obligatorio se puede resumir en dos puntos:
1. Partiendo de que vamos a acabar contagiados todos, dilatar en el tiempo la infección, hacerla más progresiva y espaciada, no ponernos todos enfermos a la vez para no sobrepasar la capacidad de absorción de los recursos de salud de que disponemos. Además de dar más tiempo a los científicos que por todo el mundo ya están metidos en la búsqueda de soluciones.
2. Reducir la carga vírica de los contagios, que aumenta al estar expuesto a mayor concentración de infectados. A mayor carga vírica más letal y mayor rango de edades y estados de salud pueden verse afectados fatalmente.



La situación me sigue pareciendo surrealista, si me lo cuentan hace un año no me lo creo. Es algo insólito este estado policial de reclusión para una generación que hemos vivido en la mejor época de la historia de la humanidad en cuanto a seguridad, higiene, derechos y tecnología. Hasta tal punto que gran cantidad de gente asume como derechos cosas que son privilegios.
A lo largo de mi vida recuerdo varias guerras: la de la antigua Yugoslavia, matanzas de Hutus contra Tutsis, diversas en el Golfo y Oriente Medio; tsunamis; catástrofes naturales cíclicas...  y todo ocurría en un lugar lejano. Como mucho causaban revuelo mediático, pero aquí la vida seguía igual.
Y ahora se impone un estado de incertidumbre, y eso es lo terrible. Porque la situación per sé por ahora no es tan grave sino por el cambio brusco de reglas que supone.
Cuando ves una película de catástrofes, desde el punto de vista del espectador omnisciente o conocedor de la historia a posteriori todo parece muy fácil. ¿Por qué los judíos no huyeron en masa de Alemania cuando el austriaco con bigote aún no tenía el poder suficiente? Porque ¡cómo va a pasar nada! Vivimos en una sociedad civilizada, hay leyes...

Decía cierto youtuber que ahora mismo espera hasta una invasión alienígena. Y he tenido justo ese mismo pensamiento. El próximo año podemos encontrarnos con que toda la gente tiene que ir vestida de amarillo por la calle, porque hay una plaga de mosquitos mutantes muy peligrosos ante los que la única defensa es vestir de ese color que rehúyen. Y habrá patrullas de policías amarillos deteniendo y multando a la gente que salga de su casa de otros colores. Y vecinos espiando desde detrás de los visilllos y denunciando. "Policía, en calle tal hay un sujeto vestido de azul".


2 comentarios:

planseldon dijo...

jajaja, lo de que ahora mismo espero hasta una invasión alienígena es buenísimo.

Estamos flipando.

Herel dijo...

Pues tendrían que salir de la nave con perros y carritos de la compra para no ser multados... XD