Doy un paso atrás, me voy a guardar mi opinión. Seguiré como mero observador. Igual me equivoco, ¡ójala!.
Edito, seis años después:
El motivo por el que borré en su momento esta entrada fue para darle un voto de confianza a la iniciativa del 15M y no agriarla ni condicionar negativamente a otras personas con mis opiniones, esperando que los "acoplados" fueran expulsados. Pero ha pasado el tiempo y ha ocurrido lo que me temía, así que vuelvo a pegar el texto que borré en su momento tal cual. Hay dos versiones. Empecemos por la segunda:
Yo no sé si ESTO nació con la idea de cambiar el sistema económico y pararles los pies a los ineptos y chorizos políticos... e inmediatamente se acoplaron los otros, o ya traía incrustados de serie los extras. Tanto personajes claramente partidistas (es un secreto a voces que más bien de izquierdas, aunque perdieron fuelle tras las elecciones) que revolotean pero no veo que estén, como colectivos apartidistas (de momento) que sí que están metidos como inquilinos y cuyas ideologías empapan física y mentalmente el campamento y la asamblea.
Luego,
me defrauda que en una rebelión contra la clase política haya tanta gente que ovacione intervenciones que son demagogia pura y palabrería vacía, placebos, discursos en la línea de un político profesional.
Estamos hartos de que los políticos mientan y nos prometan lo que queramos que nos prometan como quien le miente a un niño.
Entonces llega una persona de la calle con el ego subido, se encarama en el escenario y suelta una retahíla de basura similar, y recibe los mayores aplausos. Y la persona se emociona más aún y sigue y sigue, escalando fantasías, deseos, promesas, constructos que el pueblo sólo puede aplaudir y ante los que nadie puede objetar, porque el realismo no importa, y además son tan bonitos, revolucionarios de pacotilla y políticamente correctos que sólo una persona vil y despreciable osaría denunciarlos al grito de "¡Deja de fliparlo, que no estás contando nada!".
Y entonces, ¿cuál es la diferencia entre muchos de estos rebeldes y el público de un "mitin" del partido político grande de turno? NINGUNA, sólo cambia la cara del tipo que se sube al escenario a esparcir la basura.
Aclaración innecesaria: esto sólo ocurre cuando interviene un demagogo, y no ocurre cuando no interviene un demagogo. Asímismo, sólo le aplauden los muchos que le aplauden, y el resto no le aplaude.
Por prometer que no quede, y todos somos iguales, no hay razas, no hay fronteras...
Perdoneusté pero hay que ser estúpido para decir que todos somos iguales, o mejor dicho hay que ser estúpido para creérselo. "Tú tienes que verme y tratarme como igual, en cambio yo, puedo decidir en cualquier momento que pasemos a ser distintos cuando ello me beneficie legalmente o socialmente", esa es la idea. Y visto el panorama de estupidizados estupidizantes, torturadores mentales con sus "compañeros y compañeras", "todos y todas", "todxs lxs compañerxs" dudo mucho que entre sus intenciones esté arreglar esto, más al contrario lo exagerarán obligándonos a vivir en una lucha entre el sentido común y el absurdo (des)comunal reglamentario.
Me recuerdan a ciertos cerdos de cierta granja, en la que un día los animales decidieron rebelarse y echar al amo, y apuntaron en una pizarra unas leyes que "nunca" dejaron de ser justas para todos... aunque en verdad cada vez lo eran menos para los que no eran cerdos.
Pues sí, esto es posible, podemos ser todos iguales pero sin ser iguales. Puede haber justicia sin justicia, y se puede conseguir una democracia del pueblo en la que el pueblo vota que no sea una democracia del pueblo donde el pueblo vota, sino donde
un grupo propone ideas que no cabe duda de que son políticamente correctas, y el pueblo "hace la ola" (*).
Ya no seremos gobernados por otros, sino autogobernados por otros.
A pequeña escala y mientras no nos estemos jugando quién se lleva los duros o las mejores ventajas sociales (¡ah, no, que todos somos iguales, serán las mismas!) el sistema es viable, eso sí.
El otro día un interlocutor tipo "¡A las barricadas!", de los que revolotean para expandir su mensaje repetidas veces, soltó la lindeza marxista de "
cada cual según sus capacidades y a cada cual según sus necesidades", y recibió sus buenos aplausos. Dado su radicalismo y lo mamadillo que iba también provocó reacciones de "corta el rollo repollo"(*) y en cierto momento se encaró con alguien del público, que le debío de haber contrariado demasiado(*), gritándole "
¡Tú seguro que tienes trabajo, hijoputa!".
Tener trabajo, producir, gran motivo para avergonzarse. No tener trabajo, ser una víctima, gran motivo de orgullo. ¡Qué gran moral!
Aclaración innecesaria: Este personaje anecdótico y curioso no representa al movimiento, sólo se representa a él mismo y le doy protagonismo tan sólo porque me llamó la atención.
Hay un foro de micrófono abierto, donde habla cualquier persona que lo desee y del tema que desee, a diferencia de la asamblea que sigue el programa de los moderadores. Hay intervenciones coherentes, modestas, impetuosas, desvariantes, y de las de palabrería barata ya comentada: ponentes que se vienen arriba orgásmicamente echándole carnaza a las masas aplaudedemagogias.
Es divertido. Lo que no lo es tanto para mí es lo que está al otro lado de las tiendas,
el movimiento político que se puede estar fraguando y que me provoca incertidumbre sobre por dónde terminará saliendo y quienes se convertirán en sus líderes ideológicos.
Ese mosqueo que tengo encima me deja receloso, y prefiero seguir observando y aprendiendo de lo que está pasando sin decantarme abiertamente por nada. Me limito a hacer bulto, y en tanto
quizá aparezca un Jesucristo que eche a los mercaderes del templo.
Siento que el movimiento a grandes rasgos es positivo. Es relativamente minoritario en popularidad (no podemos compararlo con la gente que se echó a la calle para celebrar lo de "La Roja") pero están obteniendo grandes logros, como suplantar a la autoridad oficial decidiendo ellos mismos en su asamblea cuándo se van de Sol:
han ninguneado al Gobierno. Por las mismas, los comerciantes afectados de la zona no han encontrado una solución "yendo a mamá Gobierno", sino que se han visto obligados a remitir sus quejas a los jerifaltes del oasis y depender de las decisiones de su Asamblea Popular.
Aunque pensándolo bien... ¡Anda! ¡Si eso es exactamente lo que llevan haciendo los Okupas de toda la vida! Plantarse en un sitio, autogestionarlo como centro social-cultural, y negar la autoridad hasta que vengan los geos a sacarles por la fuerza. Vamos, que aquí la novedad es que se realiza sincronizadamente en toda España (y fuera de ella), y en lugar de en un edificio deshabitado, pues en todo el centro neurálgico de la ciudad, con la correspondiente visibilidad y repercusión social, a pesar de que los medios de comunicación no le dan demasiada cancha... o al menos en proporción al interés que personalmente me suscita. De todas formas aquí la mejor fuente es internet.
Circula por ahí la feliz idea de expandir la acampada de Sol a cada barrio de Madrid. ¡Genial! No sé si el objetivo de esta ocurrencia es destruir el movimiento fragmentándolo, o que, además de los comerciantes de Sol, se jodan también los vecinos del resto de los barrios de la capital, instalándoles a las puertas de sus casas y trabajos la correspondiente franquicia de colectivos sociales autogestionados, y ecológicos.
(*)
Durante las intervenciones, se usa un sencillo lenguaje gestual por parte de los espectadores para expresar su opinión sin apagar con ruídos la voz del interlocutor que está hablando.
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Y a continuación la primera versión del mismo relato, que reescribí antes de publicar tratando de ser menos personal y negativo. Porque, repito, no quería ser cenizo con el movimiento, aunque ya no importa visto lo visto seis años después.
Subo a Sol y me quedo bastante tiempo escuchando las ágoras públicas.
Tras un rato sentado en la asamblea popular acabé
hasta el gorro de tanto "compañeros y compañeras", "nuestras moderadoras y nuestros moderadores", "colaboradoras y colaborador", que convertían aquel lugar en un foco de estupidez contagiosa. (Además, han aprobado sustituir en todos los textos oficiales todas las oes por x, para que comprenda a todxs lxs compañerxs por igual)
Escuché algunas mentiras como que el pueblo decidía realmente, y términos como autogobierno, autogestión, esas palabras que tanto les gustan...
Pero vamos a ver, en cuanto se vote algo distinto a lo que yo quiera, ya no hay autogobierno, hay imposición.
El pueblo no decide, esto está contaminadísimo de lo que es políticamente correcto y nadie va a oponerse a lo que suscite ser linchado moralmente o insultado. Y como aquí no hay voto secreto, pues cuando se sueltan propuestas como las estupideces del principio, todo el mundo callao.
Me largué de allí y me quedé en el foro, menos concurrido que la asamblea, pero más divertido al no estar tan marcado y dirigido por el programa de las propuestas de los moderadores, la votaciones, las alegaciones y el cansino lenguaje "antisexista". Quien quisiera podía subir a hablar de lo que le diera la gana.
Lo flipé con la demagogia barata que soltaban algunos de los ponentes, precisamente los más aplaudidos. No me puedo creer que un levantamiento contra la clase política ovacione a oradores que usan sus mismas formas, sus mismos discursos de "por pedir que no quede", y se trague esa basura de discursos que dicen cosas obvias e irrevatibles, prometiendo, deseando, y por pedir... ¡La Luna!.
Había un tipo rojo, de los de las barricadas, algo mamadillo, que intervino en varias ocasiones, sin dejar de merodear en ningún momento cerca del escenario y preparado para saltar de nuevo en cualquier ocasión. Desvarió un poco...bastante, cuando, señalando a uno que le hacía el gesto de "corta el rollo" (existen tres gestos básicos mímicos: acuerdo, desacuerdo y "te estás repitiendo", que permiten al público dar su opinión en silencio, sin interrumpir al ponente) le gritó
"¡seguro que tú tienes trabajo, hijoputa!"... Vamos, como si uno debiera de avergonzarse por tener trabajo...
Añado que ese mismo tipo había presumido previamente de no haber trabajado nunca, debía de cobrar un subsidio o qué sé yo. También soltó la frasecita de oro marxista "
Cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades", recibiendo estúpidos -a mi juicio, claro- aplausos.
Es una frase que puede justificar la esclavitud, el esclavo capaz y de vida frugal que sirve al amo incapaz y cuyos lujos suponen grandes necesidades. Y como es menester, el amo, el señor, desprecia al esclavo, al siervo, al que le da de comer, pues trabaja, y trabajar es despreciable... "¡Seguro que tú tienes trabajo, hijoputa!"... "y seguro que ese hijoputa que trabaja es el que te paga tu pensión o tu subvención, hijoputa"... (perdón por la demagogia que acabo de hacer, pero se la merece)
Un tipo simpático, no obstante su radicalismo.
Otro de los demagogos, sudamericano, con los tópicos "¡no hay razas, no hay diferencias, todos somos iguales!... ¡Yo me siento español!"...
Claro, todos somos iguales hasta que llega el momento de beneficiarse de alguna Ley o trato por ser diferentes (por ejemplo, por género)... No hay diferencias pero sí hay diferencias.
Al margen de esto, hay que ser rematadamente gilipollas para decir que somos iguales... bueno no, hay que ser gilipollas para creérselo.
Pero esta es
otra más de esas cosas políticamente correctas de decir y feas de rebatir, así que se oyen muchos aplausos. Creo que aplauden por eso, y no porque mi cerebro esté dañado y vea diferente lo que supuestamente es igual.
Luego subió un anglosajón -creo- que decía no hablar muy bien español, y cacareó la propuesta de expandir el campamento por cada barrio de Madrid. Y digo cacareó porque es una idea que viene de los portavoces oficiales del tinglao, y éste la debió oir y fue al foro a repetirla como un lorito en busca de aplausos, soltando una retahila de argumentos absurdos que me ahorraré repetir.
Yo no sé si el propósito de esta idea es acabar con la acampada fragmentándola "divide y vencerás", o joder a todos los vecinos de Madrid en todos los barrios, impidiéndoles hacer su vida normal y trabajar, como están jodiendo ahora a los comerciantes de Sol.
Pero en verdad me encanta que toda esta gente hable libremente. Con el rojillo y otro más que también iba mamao, el moderador preguntaba a la gente si debía permitírseles la palabra cuando la pedían de nuevo, vistos los desvaríos y conatos agresivos que en las intervenciones precedentes habían tenido. Yo voté que sí siempre, y es que me estaba partiendo la caja de risa.
Me gusta que hablen y observar las reacciones del público, que en general es aplaude-demagogias.
Los que me preocupan no
son los anónimos que suben a hablar en el foro, muchos bastante coherentes y con los pies en el suelo (que haya hablado de los chungos no quiere decir que todos sean así, ni mucho menos), sino
los que manejan el cotarro y hablan tanto de auto-lo-que-sea y repiten las palabras en ambos géneros. Partiendo de que el autogobierno no es posible, y tampoco el voto abierto cuando se palpa en el aire cómo está el temilla (y además el recuento se hace a números gordos, y además no me imagino una asamblea con capacidad para 40 millones de españoles, la mayor parte de los cuales en vez de levantar la mano para expresar su acuerdo, se limitarían a "hacer la ola"), me preocupa que estos idiotizados idiotizantes que manejan términos utópicos imposibles y sustantivos con adjetivo guay (como por ejemplo "huerto ecologico", o "campamento autogestionado") pretendan ser los políticos que me "autogobiernen" en el futuro, sucediendo a los que hay ahora, que bastantes paridas han hecho ya.
Es que cada vez que oigo "compañeros y compañeras" me vienen a la cabeza ciertos cerdos de cierta granja que, después de deshacerse del amo, escribieron en una pizarra (...)
Yo estaba a favor del movimiento,
las bases iniciales de "Democracia Real Ya" me parecían razonables, de interés común y objetivo (aunque con algunos puntos que haría falta aclarar...)
pero es que se han apuntado una serie de colectivos con sus propias reivindicaciones (que no pienso apoyar, porque no las considero troncales o incluso porque estoy en contra) asentándose con sus espacios físicos y poder doctrinal en las órdenes asamblearias, además de grupos claramente partidistas que revolotean alrededor, y creo que no hace falta que diga con qué ala mueven el aire.
Cuando ví la realidad me desencanté, y estoy con la duda de si en medio de las hienas existe aún un grupúsculo fuerte con los pies en el suelo capaz de centrarse en el proyecto inicial de luchar contra el sistema y la corrupción, y no de abrir las puertas a las demandas de victimistas y jetas carroñeros.