viernes, 24 de octubre de 2008

la máquina que nunca descansa

Sólo el hecho de pensar que el corazón está contínuamente bombeando sangre, sin fallo; que los pulmones funcionan incluso cuando tu consciente desconecta... todos esos sistemas automáticos y células trabajando día y noche.
Ya sólo por eso cada ser humano es algo maravilloso.

Pero hace falta algo más para que califiquemos algo de maravilloso: lo maravilloso, lo preciado... no es común. Si viviéramos rodeados de oro, si tuviera oro tanto el rico como el pobre, el oro no valdría nada, ni si quiera merecería el calificativo de "preciado".

Habitualmente valoramos las cosas más cuando nos faltan, quizá caigamos en lo bien que trabajaba el cuerpo cuando nos falla la salud. No es el caso, pero no está de más valorar ahora tu organismo, aunque funcione de forma común. Un motivo más por el que levantarse con una sonrisa.

6 comentarios:

Zereth dijo...

Ojalá los pacientes que veo llegaran por prevenir, y no cuando ya algo ha fallado. Aunque algo es cierto, la máquina falla, por exceso o nulo uso.


Besos

Herel dijo...

Prevenir a veces es difícil, y a veces entra en conflicto con las cosas que a uno le gustan hacer en la vida.

A base de tiempo y accidentes van estropeándose cosas de la máquina humana. Pero a disfrutar de las funciones que sigan operativas ;P

planseldon dijo...

Me voy a poner de abogado del diablo:

En verdad el cuerpo humano es una máquina programada para un único fín: alcanzar la edad en que sirva para reproducir la especie.

Una vez pasada esa edad en plenitud (pongamos entre los 15 y los 25 años), todo empieza una lenta decadencia, como si la naturaleza nos dijese: ¡ala, cumple tu papel, que es reproducirte, si lo has hecho bien, y si no, también, porque ya me estás sobrando! Y a partir de entonces la máquina "maravillosa" comienza a ir cuesta abajo hasta que se estropea del todo.

Herel dijo...

Sí, estoy de acuerdo, nuestro tiempo vital está así determinado.
Afortunadamente en nuestra mente consciente somos más libres para determinar lo que queremos hacer en ese tiempo.

Bito dijo...

Por haber estado enfermo de niño valoro la salud por encima de todo. Quizás por eso soy tan optimista, o absolutamente capaz de quejarme o deprimirme más allá de un temporarl (y por temporal entendamos horas) bajón.

Pues sé que todo, menos la muerte, tiene solución. Sólo a causa de la salud entiendo las lágrimas eternas.

Un saludo,

Herel dijo...

Lo que no te mata te hace más fuerte, que se dice.