Me ha hecho gracia leer en un diario una noticia tal que "La vuelta al cole, vuelve la boina".
Con este término tan castizo que desde ya adopto, el periodista describe la nube de contaminación que se forma sobre la ciudad en días como este: despejado, poco o nada de viento, todo dios con prole coge el coche para llevar a los críos en su primer día, y el tráfico habitual de entresemana... y en días fríos cuando se encienden las calefaciones. Esa nube que desde el interior de la ciudad no se percibe tan claramente como desde las afueras. A lo lejos Madrid y encima la boina.
Es una boina pequeñita en comparación con la de ciudades como Los Angeles o México D.F. Las ciudades costeras tienen la ventaja del espacio abierto y la brisa del mar que dispersa más los humos.
Pues eso, que por lo visto hoy los madrileños estamos con la boina.
Salamandra de Gredos
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La mayor parte de los montes están recubiertos de pinar de repoblación, y
sólo en algunas laderas se conserva el robledal autóctono, que a media
ladera es ...
3 comentarios:
Odio la boina, me sienta mejor la pamela :)
Qué horror la contaminación, enlazando con la entrada anterior, es una de las causas del envejecimiento prematuro de los ciudadanos, y culpable de multitud de enfermedades y alergias.
¡Muerte a la boina!
A mi me queda mejor el gorrito de bebé xDDD
Si es que donde esté coger el transporte público con sus viejunas y sus niñatos con la música en el móvil que se quite el coche.
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