miércoles, 17 de septiembre de 2008

el extra del calabacín

Hace años entramos en un garito en el que estaba tocando un grupo de cuyo nombre no puedo acordarme porque nunca lo supe. El caso es que, apostado a un extremo del miniescenario, se encontraba un tipo del montón siguiendo el ritmo de la música con timidez. No llamó la atención, pese a su estatura, hasta que se animó a hacer aquello que lleva tiempo tramando: sacó una especie de calabacín-maraca y se puso a acompañar al grupo con ese "shaker".

Momento de duda... quizá formaba parte de la banda pero no cupo en el escenario... No, definitivamente no... a juzgar por las miraditas de mosqueo que le empezó a lanzar el guitarrista que tenía más cerca. El tío se pispó y, con carita de desilusión, cabizabajeando, dejó de hacer "shakashaka".

Mas nuestro hombre no se rindió. Cuando los ánimos se habían templado, volvió a asomar un poco el calabacín de nuevo, agitándolo muy flojito al principio, tímidamente, hasta animarse del todo y despendolarse siguiendo el ritmo con su curiosa maraca. El guitarrista, mientras, lanzando rayos por los ojos y reprimiéndose para no darle patadas desde el escenario, pues lo tenía al ladito.

Así unas cuentas veces hasta que los músicos hacen una pausa, el guitarra se baja y le canta las cuarenta al acoplao.
Tras la bronca el pobre acaba saliendo del garito sin rechistar y muy triste.

Vagaría esa noche por Malasaña buscando otro bar con actuación donde poder agitar su calabacín rítmico... o volvería a su casa, tiraría el calabacín a la basura y saldría de nuevo a probar suerte con el pepino-flautín.

3 comentarios:

Zereth dijo...

Qué historias, bastante cómico el personaje.


Besos

Herel dijo...

Daba más bien un poco de penita al ver su ilusión inocente frustrada.

MEugenia dijo...

Pobrecito, me recuerda a mi frustrada vocación musical, que sin estudios, me atrevía a tocar la flauta, me iba por los campos a distraerme. En este caso sólo molestaba a los pájaros, mi jeta no da para adosarme a un grupo en plena actuación XD