Como no podía dormir, hice una de mis locuras. Preparé las cosas, me hice un bocata de filetes, y añadí una tableta de chocolate. Agarré el coche, y salí a las 5:45 de Madrid. No antes porque tampoco quería llegar a mis primeros destinos a oscuras.
6:30 Torrelaguna, 7:00 Patones de Arriba; siguiendo el curso del Jarama, ruta por los pueblos de Tejera Negra en Guadalajara; saliendo por Riaza... ¿y ahora a dónde? no he estado nunca en Soria capital... pues para allá.
Y por fín la mayor parada en San Leonardo de Yagüe a las 15:30, para hacerme la ruta del Cañón del Río Lobos, desde el Puente de los Siete Ojos hasta la Ermita de San Bartolomé, ida y vuelta: 16 kilómetros en total en cuatro horas, y entrando en dos cuevas asquerosas. Regresé muerto de sed, porque no me había llevado agua... ¡Pero la tenía en el coche esperándome!
Ya había estado allí hace unos cuatro años, empezando la ruta al revés, desde el Sur, pero mi acompañante no aguantó ni dos kilómetros, de modo que apenas nos alejamos del aparcamiento de Ucero. Y me quedé con las ganas de llegar al final de la primera cueva que alcanzamos (Las dos que están junto a la ermita no las cuento porque son bastante públicas y no tienen ningún misterio).
Menuda decepción, la más cercana a Ucero es muy corta: el último trecho hay que ir agazapado pero termina en un fondo de saco... la otra vez nos quedamos a nada de llegar al final... y además creo que está modificada, pues la recordaba con dos entradas (¿o no será la misma cueva?)
Y la Cueva Negra (la primera esta vez viniendo desde el Norte) es un embudo estrecho, tal que hay que reptar para avanzar. En ésta no llegué al final porque:
1. Iba solo y en esa posición no me sentía seguro para salir por patas en el caso de que un bicho me asustase.
2. Llevaba una linterna frontal y una linterna de mercadillo... y la frontal descubrí -justo en antes de entrar- que no funcionaba... de modo que contaba con una mierda de luz, unidireccional y floja. Veía más lanzando flashazos con la cámara de fotos que con esa linterna.
3. En un momento dado, el túnel hacía una "V" en vertical, y me dió la impresión de que se hacía más bajo todavía el techo, restando espacio para la maniobra de dar media vuelta y encararse hacia el otro sentido. Y esto sumado a lo primero y a lo segundo... demasiado riesgo en caso de problemas.
Y es que da muchísimo pánico adentrarse por un túnel tan angosto solo. Vamos que, llego a escuchar algo, aunque fuera a otros excursionistas que se hubieran acercado a la boca, y el grito lo oyen hasta en...
Si hubiera habido otra persona de apoyo conmigo sí me hubiera atrevido.
A las 22:30 ya estaba de vuelta en los Madriles.
Tuve bastante suerte, porque cayeron chuzos por el camino... pero las lluvias me pillaron siempre en el coche, nunca en las paradas.
La Cueva Negra: Venga, ahora hay que meterse por el agujero ese que está en el centro... la casa del nomo.
Vale, avanzamos un poco, y... ¿ahora quién es el guapo que sigue por ahí?... yo no.
Sí, sí, con la luz del flash no impresiona nada... pero imaginaos eso tumbados en el túnel, a oscuras y con una linterna que alumbra un círculo de 10 centímetros cuadrados.
Saliendo hacia la luz... que uno necesita hacer la fotosíntesis urgentemente y colocarse erguido, como buen homínido.
Esta es la otra cueva... bueno, el final de la otra cueva. Ya no hay más... Bueno sí, más atrás había una sima en el techo, pero es que no me traje el traje de spiderman. Cachis...
Cornicabras
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Las laderas de los montes están cubiertas por un bosque bajo de encinas y
cornicabras, que en esta época del año salpican de ocres y rojos el
paisaje. En l...