Portazo y silencio.
Más silencio.
Silencio todo el día.
La luz va muriendo... oscuridad.
Un hilo de luz se dibuja en el marco de la puerta; la puerta se abre; enciende la luz de la entrada; cuelga el abrigo empapado en el perchero; enciende la luz del pasillo; enciende la luz del salón; enciende la tele; enciende la luz de la cocina...
Cuando vuelves nunca me sonríes ni me saludas... piensa triste el espejo.
[y además te dejas la puerta abierta, como en las películas]
2 comentarios:
Saluda a tu espejo, leñe, que le estás creando un trauma psicológico del 3, y dicen que eso es malo porque al espejo se le pueden cruzar los cables y en vez de ofrecerte la reflexión especular para tu imagen, una reflexión difusa hará que te veas como un monstruito. DE VERDAD, QUE LO PROBÓ SNELL, YO QUE TU SALUDARÍA AL ESPEJO, EH!!
Ponle otro espejo enfrente y así podran hablar de algo, eso si uno hablará de tu cara y el otro de tu culo, je, je. Rectifico culo y digo espalda que que da más fino. No que coño, CULO.
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