lunes, 23 de enero de 2006

palomitas de maíz



Todo comenzó hace un par de semanas, pasaba yo por el intercambiador de Moncloa, saliendo del metro, cuando un delicioso aroma invadió mis fosas nasales. Un aroma que ya había apreciado otras veces, en otros lugares, en otras circunstancias, pero por razones del destino y confluencia de los astros, en esa ocasión una Caja de Pandora se abrió dentro de mí: palomitas de maíz. Ni me preocupé de localizar de dónde venía el olor, ni me he preocupado el resto de las veces que he pasado por allí, porque a la vez que desde ese momento supe que deseaba palomitas de maíz, tambien supe que ¡ me las iba a hacer yo mismo!. (plano corto del grito saliendo de mi boca al borde de un desfiladero. Plano largo mientras resuena el eco que se funde con los rugidos de las criaturas del bosque tenebroso que reposa en el valle.)

En el supermercado de mi barrio tan sólo encontré palomitas de microondas, y la primera prueba fue frustrante; siguiendo las indicaciones y consultando en el manual del microondas su potencia máxima, ajusté la rueda de tiempo en función de lo indicado para esa potencia, pero resultó ser demasiado y la bolsa salió echando humo, y más humo, olor a chamusquina, humo negro, puse la bolsa en la repisa de la ventana para amainar la neblina que se estaba formando en mi casa, y seguía echando humo cual fumarola incasable. Hasta que la metí debajo del grifo y el dragón se extinguió lanzando sus últimos rugidos feroces.

Me tuve que ir a otro supermercado para encontrar el maiz en bolsa tal cual sin inventos raros, y de ese modo continué mi autoformación para mi propio placer gastronómico. Tambien se me chamuscaron algunas, pero más o menos le tengo pillado el truco: echar poquitas y apagar el fuego en cuanto empiecen a explotar. Se me siguen tostando las que quedan al fondo, y las remolonas quedan sin hacer o medio explotadas, pero está rico el toque de la chamusquina...

Mi problema es que estoy enganchado a las palomitas, soy un palomitaitómano, me apetecen a cualquier hora, y me pregunto si le echarán algo al maíz para que me enganche así.

8 comentarios:

Otratazadecafe dijo...

Bueno, vicios peores se han visto... Qué le echarán a las palomitas no lo sé, pero sí es cierto que en cuanto empiezas no puedes parar hasta que se acaban :S Incluso cuando se acaban una sigue mordisqueando aquellas que no han explotado!

Yo me envicio por temporadas, hay temporadas de chocolate, temporadas de palomitas e incluso hubo una temporada de aguacates...

Herel dijo...

Jejejeje, muy cierto eso de rebañar como un ratón las que no han explotado del todo. El año pasado me dió por los pimientos de padrón, éste verano por el gazpacho de tetrabrick... qué antojadizos somos.

Irea dijo...

Yo también tengo un vicio horrible con las palomitas. XD Soy la tonta de las palomitas y los "bocabits". XDDD

Si el método casero y el moderno no acaban de salirte, puedes probar el indio: leí en un libro que calentaban arena, se la echaban encima a los granos de maíz, y las cogían cuando saltaban. XDDD Tenía que ser divertido. ;-)

Herel dijo...

Por algo se dice "hacer el indio" :¬D

Irea dijo...

Pos sí ^^p Por cierto, te he dejado comentarios en las dos entradas anteriores. :-)

Egocentrico dijo...

Pero si yo no soy capaz de hacer palomitas en sartén, solo en microondas...

El truco: cuando suene un pop cada 2 o 3 segundos después de la traca inicial, apaga el microondas y saca la bolsa.

Herel dijo...

¿sólo en microondas?, vaya ya sé por qué se me chamuscaron: yo las hice en microhondas (ahora mismo corrijo mi error ortográfico XDDD).
Ya, la siguiente vez que lo intenté con el microondas le puse menos tiempo y estuve atento a la frecuencia de popes.

Herel dijo...

Y por cierto, Pichu, deberíamos avisar también a todos estos:
http://www.google.es/search?q=microhondas
son sólo 26.300 despistados más de nada %D.