Salamandra de Gredos
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La mayor parte de los montes están recubiertos de pinar de repoblación, y
sólo en algunas laderas se conserva el robledal autóctono, que a media
ladera es ...
sábado, 21 de enero de 2006
extraños hábitos
Reglas para "5 extraños hábitos":
El primer jugador de este juego inicia su mensaje con el título "5 extraños hábitos "
Las personas que son invitadas a escribir un mensaje en su respectivo blog a propósito de sus extraños hábitos, deben también indicar claramente este reglamento. Al final, debéis escoger 5 nuevas personas y añadir el link de su blog o diario web. Es importante dejar un comentario en su blog, diciendo.... "Has sido elegido" y decirles que lean el vuestro, para que acepten o no el reto.
Mis 5 extraños hábitos:
1. Torres de piedras. Las rutas de montaña ya trazadas suelen estar indicadas mediante pinturas o mediante soluciones menos impactantes con el entorno como los mojones de piedras amontonadas; aunque en la práctica se usa la combinación de ambas. Pues cuando veo un mojón demasiado fácil (piedras grandes abajo y pequeñas arriba) me gusta mejorarlo, poner más piedras o hacerlo más ingrávido, formando una torre con piedras grandes arriba. Tambien me gusta hacer torres desde cero, o círculos misteriosos de piedrecitas colocando una en medio en lugares estratégicos (lugares con karma, como un recodo escondido o de difícil acceso). A veces he indicado nuevas rutas alternativas no señaladas o poco señaladas, pero la siguiente vez que paso me arrepiento y desmonto lo que hice, para conservar el poco tránsito de esa zona.
2. Tenerlo todo agarrado. Aunque nunca me han robado por descuido, sí que he visto hacerlo y soy muy obsesivo con eso. Si llevo mochila y me siento en un bar, si es en el interior la coloco donde pueda verla o en contacto conmigo, si es en el exterior me la enlazo en las piernas o paso la pata de la silla por el asidero. En medio de las multitudes de gente que contempla un espectáculo callejero a veces me gusta ponerme atrás y observar a los descuideros, que se aproximan como si fueran uno más y se arriman con disimulo y cara de despiste, como intentando ver, a gente que lleva mochila o cosas atrás, fuera de la atención concentrada en el espectáculo. Este verano en Lisboa pillé a uno in-fragati trabajando la mochila de una chica, me coloqué justo detrás de él y le miré fijamente; al final se puso nervioso por mi presencia y desistió (bueno, la verdad es que no sé si logró apurar algo porque la mochila se quedó medio abierta). No dije nada y en cuanto él se marchó, yo desaparecí, seguramente volvería a rematar la faena despues. Y no dije nada, porque él estaba detrás de la chica, yo estaba detrás de él, y detrás de mí estaban, creo, sus "colegas" vigilando a los que vigilan.
3. Callarme cuando hay curiosos atendiendo a mi conversación. Por ejemplo en el metro o en un lugar silencioso, donde la gente de alrededor, a falta de otros estímulos con los que entretenerse tiene muy fácil sintonizar conversaciones ajenas. Yo no soy capaz de hablar cuando me siento espiado. Y me lo hacen pasar mal los eventuales compañeros que sin ningún pudor intentan sacar temas privados y personales en medio de una audiencia disimulada de extraños que van a prejuzgar en función de lo que oigan sin tener ni idea del contexto ni de los precedentes. En esos momentos prefiero hablar de cosas que no me interesan en absoluto, de cosas aburridas y objetivas, sin opiniones personales, o simplemente decir: luego hablamos. En el extranjero no me pasa, claro, me siento rodeado de hablantes de otras lenguas, con una probabilidad muy baja de que alguien entienda. Aun así, procuro hablar zerrao, bajo, con argot si puede ser personal mejor, arrastrao, y contraido, para ponérselo más difícil a un eventual cotilla con unas cuantas clases de castellano... el peligro es que vayas donde vayas siempre te encuentras a otros españoles, y tampoco es un idioma muy minoritario que digamos :D.
4. Guardar las bolsas bonitas, en especial las de cartón con asas de algunas tiendas de ropa, y a la hora de necesitar una para llevar algo, pararme a decidir, como se puede parar alguien a decidir qué ropa se pondrá para la cita con cierta persona.
5. Calcular la temperatura de la comida acercando la cara, en lugar de pasar la mano acerco la cara, así de paso la huelo y la oigo. (sí, la comida caliente puede susurrar).
El hábito me lo colgó Catalina, y yo a mi vez se lo cuelgo a Egocéntrico, Xpktro, Al-Khwarizmi, Grendel y a (uish, ahora no lo encuentro, luego lo edito). Algunos de ellos no sé si aceptan "memes" en su blog, pero aunque no respondan, no habrá represalias.
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5 comentarios:
Tendré que prestarle más atención a mi comida caliente... Quizá alguna vez haya intentado decirme algo y no le he hecho ni caso.
Yo también guardo las bolsas bonitas. Mi preferida es una que me dieron en una tienda portuguesa de menaje, es azul con el dibujo de un gato negro :)
Aun así, tendremos que pedirle a Catalina que nos traduzca los mensajes, ¿sabrá algo de paellanés?.
Jajaja, tus manías 2, 3 y 4 también las tengo yo, pero lo dicho, había que elegir 5 y escogí las que primero se me pasaron por la cabeza.
Lo de la comida también lo hago yo, pero a mí no me susurra, me pega gritos cuando está sosa XD
Un saludo...
Me hizo sonreír la foto de los monjes con sus hábitos. XDDD
Ante todo gracias por responder al "meme" (¿tienes idea de por qué lo llaman así? O__o). Me daba a mí que tendrías tus extraños hábitos serían curiosos... ¡y no me equivoqué! XDDD Me han encantado.
Lo de los mojones de piedras amontonadas no sabía que se hiciese, y me ha recordado a algo que leí en un libro sobre la leyenda del unicornio que se llama "De historia et veritate unicornis" (Michael Green, ed. Urano). El libro está escrito como si fuese un antiguo manuscrito de una sociedad secreta religiosa del Renacimiento dedicada a estudiar al Unicornio. El caso, volviendo a lo de las piedras, es que en el libro se dice que quien veía a un unicornio señalaba el lugar haciendo un montón con piedras: abajo una grande y las de encima sucesivamente más pequeñas para formar una especie de espiral... como el cuerno espiralado del unicornio.
Una de mis hermanas tampoco consiente en hablar de cosas personales cuando hay gente que puede oír... aunque se pasa un poco con lo que considera personal, la verdad. XD Yo no tengo pudor. XDD Me digo: "yo a esta gente no voy a volver a verla"... y hablo sin precouparme. :-p Se pone de los nervios conmigo mi hermana. ^^p
Confieso que nunca he acercado el oído a un plato de lentejas o garbanzos, y paellanés no sé XD pero lo que dices es verdad; la comida habla: el otro día había puesto unas patatas en el perol con aceite, y mientras se freían estaba traduciendo - trabajo en una habitación junto a la cocina. De repente me pareció que el sonido del aceite al chisporrotear había cambiado, y cuando fuí efectivamente las patatas estaban casi en su punto. O____O ¿Estaré desarrollando un sentido arácnido? XDDD
Catalina, pues si un día te aficionas al senderismo descubrirás un montón de lugares señalados donde la gente ha avistado unicornios XDD (yo he visto muchas cabras, no sé si aceptas cabra como cuadrúpedo cornado de leyenda).
Lo mismo tu hermana es como yo, que es pudorosa de su interior, que es el auténtico desnudo, y no el del cuerpo.
Papalbina, a mí cuando está sosa, me echa de la cocina: me dice "¡sal!" XDD.
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