A la ida, caminando por lo alto de una ladera del valle, espanté sin querer a un búho real que descansaba en un nicho rocoso. Voló hasta la otra ladera.
Regresando por el fondo del valle, ya oscureciendo, al pasar por esa zona, me fijé en una figura en lo alto de un risco que vigilaba el territorio con aire señorial. Estaba muy lejos pero distinguí dos orejitas y pensé que podía ser el mismo búho real, que son unos bicharracos de gran tamaño.
Por si acaso le hice unas fotos con el zoom al máximo para verlo posteriormente más grande (aunque pixelado) en la pantalla del ordenador.
Y al final resultó que no era un búho sino un cánido, posiblemente un lobo.
Salamandra de Gredos
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La mayor parte de los montes están recubiertos de pinar de repoblación, y
sólo en algunas laderas se conserva el robledal autóctono, que a media
ladera es ...
5 comentarios:
Ya sé que había prometido no volver a cambiar la dirección del blog pero...
https://vitadulcedospesnostra.blogspot.com/
A mí me daría un parraque si voy por el monte y me aparece un lobo... Los búhos sí me encantan; cuando vivía en el pueblo siempre se escuchaba un búho a lo lejos o alguien tenía uno instalado al lado de su casa, de vesino.
Ps. ¿Huyes de alguien?
Bor. Yo escuchaba más bien autillos.
De mí mismo... pero es inútil, siempre acabo dándome caza. Un abrazo.
Es que el mundo interior es un pañuelo...
XD
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