En aquel lejano país decidieron empezar de cero con un sistema indiscutiblemente democrático por el cual todas las leyes y decisiones se adoptaran por referendum y beneplácito de la mayoría.
De tal modo, el 60% de los habitantes votó a favor de una Ley Constitucional por la cual se repartían entre ellos el territorio y el 40% restante de la población pasarían a ser sus esclavos. Ese 40% lógicamente votó en contra de dicha Ley.
¡Pero el pueblo se había pronunciado en mayoría y el pueblo debía de ser escuchado! ¡Ningún tirano enemigo de la democracia, del clamor popular, podrá impedir que su voluntad se materialice!
¿Pero qué es eso de aceptar la voluntad popular?
Es como, siendo de comer moderado y gustos sencillos, ir a cenar con zampones y bebedores de primer nivel a su restaurante favorito, y luego pagar a escote, todo por no parecer un agarrado.
Es como aceptar como un hecho legítimo que una pareja de ladrones te exija el fruto de tu trabajo, por el simple hecho de que ellos son mayoría respecto a tí.
Si nos resistimos, llega el aislamiento, el reproche, el castigo, la privación, la violencia, el daño. La coerción puede venir de la mayoría, o de una minoría mejor organizada y armada, proviene de allí donde reside el poder en cada caso.
El poder es siempre una situación injusta para los que no lo tienen, que se combate con otro poder, que a su vez crea otra situación injusta.
El demos-cratos (poder del pueblo), se queda tan solo en demos-votos, la "demovotancia", el pueblo que vota. Pero el poder, es de los que lo consiguen, no de todos.
Así, los demovotantes, son gobernados por los demagogos (de demos-agein, los que conducen al pueblo).
Cornicabras
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Las laderas de los montes están cubiertas por un bosque bajo de encinas y
cornicabras, que en esta época del año salpican de ocres y rojos el
paisaje. En l...
3 comentarios:
Es por eso por lo que en las Cartas Magnas figuran derechos fundamentales que no pueden perderse por la voluntad de una mayoría simple, aunque uno pueda pasárselo libremente por el forro.
La democracia es un mal sistema de gobierno, pero no se me ocurre uno mejor. Todo reside en la educación.
PS: No lees los correos que te llegan del CAAD, veo.
Palabras sabias!
Bueno, sólo era un ejemplillo de que la tiranía la puede ejercer tanto una única persona o una pequeña élite, como una mayoría de personas sobre el resto.
Comely, los leo de tanto en tanto. Voy a ver.
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