lunes, 3 de enero de 2011

pirámides faraónicas

La pirámide es un símbolo muy inspirador. Si a la forma, tanto tridimensional como plana, la dotamos de gravedad, de un arriba y un abajo, podemos representar con ella jerarquías.
¡Y la naturaleza está repleta de jerarquías!

Las pirámides faraónicas me sugieren la cantidad de espacio físico que acaparan los poderosos, y el poco que poseen los trabajadores; así como la cantidad de frutos del trabajo de los trabajadores que va al servicio de los poderosos, y la poca cantidad del propio trabajo de los trabajadores que repercute en ellos mismos.
La pirámide en sí, su proceso de construcción, y el beneficiario de todo el trabajo, son muy representativos: miles de hombres no poderosos sacrificados en vida para que un hombre poderoso viva de lujo, aun después de muerto.

La fuerza que permite tal salvajada es también piramidal, y es posible gracias a la fe y al miedo.
La fe en que el dinero, un título o una corona legitiman la acaparación de propiedades y poder.
Esta fe en que todos los demás aceptarán la validez del dinero, de los títulos y de las coronas, hace que el soldado cumpla las órdenes de arriba, pues tiene fe en que los demás harán lo mismo, y por tanto miedo a ser castigado incluso por los de su misma jerarquía si desobedece a los de la jerarquía superior.

Nadie quiere estar en la parte baja de la pirámide. Pero la base debe existir, por dos razones:
1. La base es la que alimenta y sirve a los que no producen en proporción a lo que consumen y disfrutan, a los que están arriba de la pirámide.
2. La base es como el infierno en la religión, el lugar al que caes si desobedeces a Dios, a los poderosos. Sirve para crear miedo y paralizar iniciativas contrarias a las leyes. Es el castigo por no tener fe, por no aceptar las leyes que sustentan el Sistema. Esto mantiene leales a la cúspide a los ejecutores de la violencia represiva más que su propia moral: un trabajo seguro, un puesto en la parte media de la pirámide.
Los soldados y verdugos golpean a los esclavos durante los trabajos de la construcción de la pirámide (*), en lugar de golpear al mierda del faraón y a su familia. No necesariamente son psicópatas, se han hecho a ello porque han encontrado una forma de sobrevivir en ese sistema infernal. La deserción debería ser masiva para que fuera efectiva. Si se rebelan de poquitos a poquitos, mientras la mayoría conserva la fe en el poder o el miedo a la fe de los demás, esos poquitos se van yendo al hoyo sin mayores consecuencias.

El que ni tenía fe en Dios ni aceptaba los dictados de sus representantes en la tierra era un hereje, castigado por la inquisición.
El que no tiene fe en el sistema de valores y poderes fiduciarios ni acepta los dictados de sus representantes legales es un delincuente o un terrorista, castigado por la "justicia".

Sólo si estás cerca de la cúspide pueder permitirte el lujo de saltarte las leyes sin castigo, a fin de cuentas las leyes están hechas para contener a los de abajo, no para limitar a los de arriba.
El faraón no recibe el mismo castigo que un esclavo por el mismo delito, este primero tiene recursos económicos y poder de sobra para defenderse, minimizar el acto, cambiar las leyes, eximirse o autoindultarse.
Si hablamos del Dios bíblico tanto de lo mismo: "No matarás" dice uno de sus mandamientos. Y eso, según el cuento, lo escribe un pibe que se ha cepillao a prácticamente toda la humanidad con un diluvio. ¿Cómo no van a hacer lo mismo reyes, Papas, políticos, banqueros, millonarios y Berlusconis?
"No robarás... que de eso nos encargamos nosotros"

Puedes decir "no obedezco a Dios, no creo en él", pero no puedes decir "no obedezco al Sistema, no creo en él".
Bueno, decirlo puedes decirlo, pero tendrás que seguir pagando impuestos y acatando las leyes y limitaciones que te impongan los de arriba.


* Algunos dicen que no eran esclavos, sino trabajadores libres los que construyeron las pirámides, pero da igual, seguro que no necesitarían trabajar para el faraón y sus nobles si estos no hubieran acaparado los bienes comunes, tierras y tributos, creando escasez y necesidad.

Vamos, que es como si yo me hago dueño de todas las tierras y sus frutos, y a continuación te digo que si quieres comer, y tener un lugar donde construir tu chabola, trabajes para mí para poder recomprarme tu parte de lo que me he apropiado. Libremente, eso sí.

3 comentarios:

Piedra dijo...

Hace muchos años me leí El Capital y pensé: cuanta razón tiene este hombre, pero que difícil es que la gente acepte este modo de vida.
En fin, que como bien dices, puedes creer o no en el sistema, pero poco puedes hacer para salirte de él. (y sobrevivir)


Creo que el mejor sistema político es la "anarquía culta", en donde las personas no maten ni roben ni se aprovechen de los demás, por estar convencidos de que es lo correcto, no porque una ley les obligue a actuar así o un dios vaya a premiarlos o castigarlos.

Herel dijo...

Como no me he leído "El Capital" de Marx, le he echado un ojo al resúmen de la Wikipedia, del que copio algunos extractos:
"La sociedad burguesa necesita de trabajadores libres en un doble sentido: en el sentido de propietarios privados de su fuerza de trabajo y en el sentido de carentes de medios de producción propios. De esta manera, el proletario está obligado a vender su fuerza de trabajo a algún capitalista para sobrevivir, siendo libre de decidir a qué capitalista particular se la vende o siendo libre de no venderla y vivir en la marginalidad y la extrema pobreza. Los trabajadores asalariados son libres sólo en el sentido de que no son esclavos ni siervos: ningún poder personal los fuerza a trabajar. Lo que les fuerza a trabajar es el poder impersonal de la economía."

"El capitalista paga el valor de la fuerza de trabajo y a cambio recibe el valor creado por el empleo de la fuerza de trabajo durante la jornada laboral.
De manera que una parte de la jornada laboral, el asalariado trabaja para reproducir el valor de su fuerza de trabajo, y la otra parte trabaja "gratis" para el capitalista. Esta diferencia de valor entre el valor de la fuerza de trabajo y el valor producido por su empleo es lo que Marx denomina como plusvalía. Esta plusvalía es la base de la ganancia capitalista."

"Marx analiza cómo en Inglaterra se crearon a estos trabajadores libres para satisfacer la demanda de fuerza de trabajo por la industria: expulsión masiva, a sangre y fuego, de los campesinos de sus tierras; y una severa represión del "vagabundeo". Mediante estos métodos extra-económicos se creó se logró de forma acelerada una concentración de las tierras y un proletariado disciplinado para ser explotado en la industria."

"los fenómenos caóticos acaban por regularizarse, y el capitalista consigue vivir más seguro en su propio edificio. Pero mientras tanto el mecanismo se ha complicado, y el capitalista, a pesar de seguir obteniendo la plusvalía sólo de su actividad de industrial, asume nuevas funciones: se convierte en comerciante, mediador, banquero, latifundista. Se hace ayudar por una muchedumbre de otras personas: éstas ayudan al capital a conseguir su provecho, y por esto reclaman una parte de él. El provecho, en adelante, habrá de ser repartido entre todos los lobos de la horda."

"Marx, basándose en el análisis científico e histórico realizado hasta el momento, retoma el programa revolucionario expuesto en el Manifiesto Comunista: la expropiación de los capitalistas por la masa del pueblo, y el establecimiento de una asociación de productores libres mediante la propiedad colectiva sobre la tierra y los medios sociales de producción."

neko dijo...

Todos nos creemos libres, pero pocos lo son en realidad, y lo peor es eso, que hay poco que podamos hacer. Creo que el vivir en la pobreza y ser libre es una opción que a nadie le atre.