lunes, 16 de agosto de 2010

Por las jorobas de Montserrat

Este finde me fuí a Barcelona, y a la vuelta, al igual que la anterior vez que me llevé el coche, paré en Montserrat.
Poco había cambiado, la anterior ocasión fui sin planificar nada, sin mapas y sin saber por dónde se iba ni dónde se aparcaba, a ojo desde la autopista. Esta vez tanto de lo mismo, pero como en la otra excursión aparqué en el extremo sur, en Collbató, hoy lo hice en el extremo noroeste.
La anterior vez tenía muy poco tiempo antes de la noche, hoy en cambio llegué por la mañana, pero como me esperaban luego 6 horas de coche hasta Madrid tampoco dí una vuelta muy larga.

Aparqué en Can Maçana. Todo estaba muy bien señalizado, así que tomé por el camino que indicaba hacia el monasterio, que marcaba unas cuatro horas.
El camino, y luego sendero, discurría entre la carretera y los altos farallones sobre los que despuntaban las famosas jorobas. A diferencia de la ruta de Collbató, donde podías hacer monte a través o tirar to' derecho p'arriba, aquí la vegetación era tan exuberante que debías limitarte al sendero (o ponerte en plan Rambo con machete). A parte, a la derecha se levantaban unas paredes completamente verticales, y de tanto en tanto alguna canal, que desde esa perspectiva no aseguraba que fuera trepable.
De vez en cuando salían senderos ascendentes en dirección a las paredes, los fuí descartando (pensando que serían las vías de los escaladores para aproximarse al pie de las verticales), hasta que me decidí a seguir uno de ellos, pasada la Roca Foradada.
El sendero, con marcas azules, ascendía por una canal con tramos de gran pendiente pero fáciles de trepar agarrándote a la roca o a las raices.

Y por fín alcancé la base superior, más soleada y donde la maraña se abría un poco. Desde esa altura podías asomarte al abismo y contemplar las jorobas más de cerca, sin la vertiginosa perspectiva de abajo.

Por arriba una senda amarilla que tanteé en una dirección para luego regresar hacia la otra, algunos refugios en la roca, y de nuevo me desvié por una senda azul. Y a subir y bajar por más canales.
Creo que las sendas azules indican precisamente eso, las sendas que discurren entre las canales de las jorobas y que por tanto tienen un desnivel considerable. Te obligan a usar las manos para superar algunos puntos.
También las hay rojas, pero por ahí ya no fuí...

Por esa senda subías entre densos bosquetes en umbría hasta alcanzar un alto muy cerca de algún grupo de jorobas desde donde tenías vistas hacia todos los horizontes (menos las partes que tapaban las jorobas más altas), luego tocaba volver a bajar vertiginosamente hacia el bosque, y posteriormente subir de nuevo hasta otro alto. De vez en cuando surgían brechas estrechas entre las jorobas, entre las que te podías asomar para comprobar la fuerte caída vertical.

Como digo, todo perfectamente señalizado con pinturas en los árboles y las rocas, de modo que era imposible perder la senda. Y si por casualidad la perdieras, seguramente terminases al borde de un abismo.

Dí unas vueltas entre las jorobas para terminar descendiendo en zizgag por otra canal -"Portell Estret"- hasta desembocar en la senda principal.

Las fotos están hechas con el móvil pues se me olvidó llevar los cargadores de pilas y mi máquina de fotos, si no la recargo el día anterior, es un cadáver.

El camino principal se dirige hacia la "Roca Foradada", que está horadada con un hueco de forma triangular.

La Roca Foradada de cerca, con una cabeza en su extremo. Hasta aquí las paredes de la derecha (Pared d'Agulles) son una auténtica muralla vertical. Al otro lado aparecerán más canales.

El "Bastó del Frare". Aquí parecía haber habido un desplome. En volado había montadas dos cuerdas en doble. Si estás arriba y llevas arnés y un "8", es un buen atajo para bajar.

La primera senda de marcas azules, dejando el camino principal, que asciende entre rocas y tejos cuyas raíces son un estupendo agarre.

Terminada la canal se accede a la base superior, más abierta y donde empieza a proliferar una especie de encina parecida (si no igual) a la que crece por el Cantábrico, más delgada y selvática que las de las dehesas del interior. A la derecha de la foto están "Els Caporals".

Por la zona abundan los abrigos en remetidos de roca, en uno de los cuales observé esta muestra de arte rupestre del homo independentistis.

"Serrat de la Grip ", "La Nina" y "La Monja" medio escondida. Tras una cómoda senda amarilla, la cambio por otra azul que asciende hacia esas jorobas.

Tras mucho subir, de vez en cuando alcanzas altos como éste, ocupados por familias enteras de muñecos de roca. Pero luego toca volver a bajar rumbo a otra joroba. (foto tomada desde el pie de "La Monja")

Una brecha. Puedes asomarte pero no bajar, pues la caída hacia abajo es vertical.

Y más jorobas, de caliza y conglomerados. (foto desde Morro Pla)

Y éste es el recorrido, unos 10 kilómetros por el sector llamado "Frares". Es sólo una pequeña parte del Parque de Montserrat. Hay jorobas pa' rato.

*  La toponimia la he sacado a posteriori gracias a esta página.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Algunas rocas recuerdan a los moais, te haces todos esos kilómetros sólo para un día? uf, yo hubiera pasado por lo menos dos noches allí.
Montserrat tiene muchísima leyenda, gente desaparecida y energías extrañas, eso dicen, yo no lo conozco.

Herel dijo...

Je, no me hago más de 12 horas de coche sólo para estar 3 horas en Montserrat, sale cara la gracia. Fuí a BCN por otro tema, pero aproveché para detenerme en Montserrat a la vuelta.

No me extraña que haya muchas leyendas, esas rocas por sus formas llaman la atención desde la legua.
La primera vez que lo ví fue desde el noreste (llegando desde Andorra) y anocheciendo. Se veían sólo las siluetas oscuras contra el cielo rojizo, todo un espectáculo.

Trinity dijo...

No me imaginaba que era tan grande esto de Montserrat (me parto con la foto del homo independentistis :P).

Te haces unas rutas super guapas, además vas contándolo tramo a tramo, de manera que si fuera por allí, es casi como si llevara un guía :)

Herel dijo...

La verdad es que lo senderos están tan claros que no hace falta guía.

Borobia dijo...

Me encantan esas rutas, son muy aventureras. En general me gusta la montaña, pese a ser de puerto de mar.