sábado, 16 de mayo de 2009

las de romanos

Hace poco me leí "Ben Hur", en una edición antigua sin fecha, traducida por un religioso. Como de la película -que no recuerdo si la había visto antes completa- tan sólo se me venía a la cabeza la imagen clásica de las carreras de cuádrigas, tampoco tenía bien situada la trama de la historia.
Al comienzo del libro los protagonistas son los Reyes Magos, y se habla del nacimiento de Jesús. Yo ya me estaba temiendo horrorizado que el religioso que había realizado la "traducción" se pasó un pelín y había convertido una novela de romanos en un capítulo de la Biblia. Con la censura e intervencionismo que había antes no sería de extrañar.

Pero no, la novela empieza así.
Terminada la novela me lancé a Youtube para ver la película (de 1959), por comparar.
Si bien la película mantiene los acontecimientos principales, cambia totalmente la trama, la "fábula", el orden, los protagonistas de ciertas acciones, y elimina escenas. Es un remix de la novela redistribuyendo quién hace qué, cuándo y dónde.

En la novela Poncio Pilato, al reemplazar al anterior gobernador de Judea, realiza ciertas acciones en favor del protagonista. En la película es Ben Hur quien se atribuye el mérito de estas acciones, apareciendo Poncio como un secundario anecdótico y altivo.

La historia de Messala, el amigo de la infancia de Ben Hur que termina condenándole, es más fatídica en la novela. La película elimina el sufrimiento al que se ve condenado tras perder en las carreras de cuádrigas con una socorrida muerte. Y además, hace desaparecer a Iras, la hija de Baltasar, enamorada del romano, que tiene un jugoso papel en el libro intentando engatusar al judío para buscarle la ruina y chantajearle.
En cambio, Esther, la hija de un esclavo de Ben Hur, aparece antes de tiempo, le enamora antes de tiempo, y realiza papeles ajenos acaparando el guión de otra esclava, Amra, reduciendo a esta última a una breve aparición sirviendo la comida de fondo.

La película también tiene sus virtudes, ganando en aspectos a donde la novela no puede llegar. Una escenografía faraónica, recreando ciudades (de altura y pomposidad exageradas), interiores, galeras... (aunque a veces se note que los edificios que se ven a lo lejos a través de una ventana son cajas de cartón), multitud de extras, y en definitiva gran realismo ambiental.

A continuación de ésta eché un vistazo a Quo Vadis (de 1951), y los 8 años de diferencia se notan bastante en la mejora de los decorados y en el vestuario... sobre todo la moderación del uso de éste. No es normal que un general esté todo el día con la puta armadura puesta sin estar en guerra, por muy bien que le quede de cara a la cámara. Es como si un buzo al regresar a su casa desayuna con la escafandra puesta.
Por otro lado, en Ben Hur los soldados romanos parecen soldados romanos. En Quo Vadis parecen un conductor de autobús, un contable, y un pescadero disfrazados de soldados romanos.

Existe otra versión de Quo Vadis del 2001, sin el encanto añejo de la antigua, pero con unas psicologías más elaboradas, y un Nerón que empapa mejor el ambiente de su aura de loco peligroso cobarde. También está mejor reflejada la guardia constante de sus consejeros midiendo las palabras y las adulaciones por no caer en desgracia con el chiflado todopoderoso. Además, esta versión tiene al final un fallo hecho a propósito -sin duda- que queda de maravilla.

Ambas películas han sido reconvertidas bajo un mismo patrón. El héroe que se enamora perdidamente de la "chica", y ésta que también se enamora de él ipso-facto (pues es el héroe) pero lo disimula haciéndose la casta. Las escenas de besos son la risa... No hace falta que explique cómo son las escenas de besos de la época.

Ambas hacen propaganda de los valores cristianos, como otras pelis más actuales hacen propaganda de valores consumistas, proamericanistas, antiloqueseaístas...

Charlton Heston condenado a galeras, con el mismo vestuario
que usaría años después en "El Planeta de los Simios".

5 comentarios:

Theodora dijo...

En segundo de carrera teníamos una asignatura que se llamaba "La tradición clásica latina", bastante interesante.
Una de las cosas de las que nos hablaba el profesor era de esas novelas, precisamente, de las que luego se hicieron (o no) películas en los años cincuenta: Ben Hur, Quo Vadis, Fabiola... Todas esas novelas de finales del s. XIX tenían unas particularidades, como estar escritas por obispos/sacerdotes/religiosos católicos (y generalmente ingleses).
¿Su finalidad? Por el auge que estaban tomando con el Romanticismo la cultura y, sobre todo la religión paganas, estos personajes compusieron novelas con un argumento sencillo: héroe cristiano que se tiene que enfrentar al poder romano (pagano, como ya hemos dicho), y chica mona pero de familia romana (luego no cristiana) de la que se enamora el héroe y viceversa con un final feliz y pasteloso.
La idea que recorre todas estas novelas, aunque parezca exagerada según la expongo, es que los romanos eran muy malos, muy malos, muy malos porque torturaban en el circo a los cristianos, que eran muy buenos, vamos, un dechado de santidad. La persecución de los cristianos se basaba en que no respetaban ni seguían los cultos oficiales, puesto que los romanos eran bastante tolerantes con las religiones de los pueblos conquistados, siempre y cuando esos ciudadanos participaran de los ritos oficiales, pero esto a esos curas no les interesaba contarlo y lo obvian.
Curiosamente, esa idea de crueldad romana hacia el cristianismo ha llegado a nuestros días con esa exageración. Si bien no se puede negar la represión de ciertos emperadores hacia la actividad cristiana, tampoco se puede afirmar ni aceptar que fuera en el grado en que se presenta en esas novelas.
¡vaya chapa! aunque seguro que todo esto ya lo sabías ;)

Brie dijo...

o sea, que una vez más, el libro le da mi vueltas a la peli :D no sabía que existía la novela (suena a tocho de 1000 páginas como poco!)

Herel dijo...

Theodora, desconocía el dato de que esas novelas estaban escritas "desde casa y barriendo pa casa". En cualquier caso, los directores mantuvieron el mensaje potenciándolo con la imagen.

Desde luego los romanos fueron bastante tolerantes con las culturas (mientras no fueran culturas antiesclavistas), pero por aquella época ¿qué pueblo no tenía esclavos?
No sería tan importante la raza y cultura como la posicion social (como ahora).

Brie, el libro no es demasiado tocho y, quitando algunos párrafos que son pura biblia, es recomendable.

MEugenia dijo...

Quo Vadis y Ben Hur son ya míticas películas de la historia del cine, no puedo ni plantearme un paralelismo con ninguna novela, me da la sensación de que fueron creadas exclusivamente para los años dorados de Hollywood, de las grandes super producciones de los 50, donde chico guapo y chica guapa (héroes como tú los llamas) debían hacer olvidar a la gente sus miserias diarias, la 2ª guerra mundial y la guerra fría, una época en que ya poco importaba la credibilidad histórica sino la fastuosidad, valentía y romanticismo de lo que veían en la gran pantalla.

Son pelis que ves una y otra vez y te siguen divirtiendo. No sé si en la novela aparece la relación homesexual que aquí se esconde entre Ben Hur y Mesala, y otras muchas cosas, pero...¿a quién le importa? Todos los chicos querrán ser como Charlton Heston conduciendo las cuádrigas (que no el 600 que sale por ahí, es un gazapo famoso que contaba Pumares, a ver si lo encuentras), y que las chicas querríamos ser patricias tan bellas como Deborah Kerr...Vamos, que son pelis hechas para la ensoñación, el "contexto" importa menos :-)

Personalmente siempre me ha gustado más Robert Taylor que C.Heston. Y no sé si han superado los 11 oscar de Ben Hur, tal vez Titanic ;)

Petroniooooo, traéme el frasco de lágrimas XDDDD

Herel dijo...

"homesexual" debe de significar "sexo casero" XD
No, además, con el dato aportado por Theodora sobre los escritores de estas novelas, todos los personajes son bastante puros con los pecados de la carne. El más lascivo de la novela sería Iras, eliminada en la película.