miércoles, 1 de marzo de 2006

¿qué significa nada?


Estaba el niño de 7 años sentado en la mesa con un libro del colegio, y de pronto le oigo gritar:
-¡Mamáaa, ¿qué significa "nada"?!
Como la mamá estaba ocupada en otra cosa y no le respondía, y como me sorprendió la pregunta, me acerqué raudo y le pregunté:
-¿No sabes lo que significa "nada"?
-No... -y me leyó la frase de su libro- "Dios creó todo de la nada".
...
Esto es real, un agujero en el léxico básico. Pero era sólo la palabra "nada" lo que desconocía, no la palabra "cero" ni el concepto de la nada aplicado a contabilidad de cosas: la cantidad cero, ni el concepto de la existencia o no existencia.
Sacado de quicio, esto podría inspirar una línea absurda tal que: el niño del primer mundo que no sabe lo que es la nada; nunca ha tenido ese manjar en el estómago.
Hay ideolenguas donde "nada" y "cero" se dicen exactamente igual (y seguramente también lenguajes naturales). Y en mi ideolengua, de momento, también es así: niha.
jaza niha lorea tosi niha.

6 comentarios:

aiyana dijo...

Nada, cero para mi tambien es exactamente lo mismo, pocos de los que nos rodean son los que saben su significado literal; pocos de los que nos rodean han experimentado lo que debe ser no tener nada. Supongo que debe ser una experiencia aterradora, debe ser horrible necesitar y no tener.

Otratazadecafe dijo...

Mmm... para mi "cero" no es lo mismo que nada o bueno, no en todos los casos.
No sé, será que me llevo fatal con las matematicas, será que me gusta complicarme la vida o que simplemente soy rarita, pero teniendo en cuenta que la palabra "nada" se puede aplicar también a los sentimientos (no siento nada) y a otras cosas ("no te preocupes por nada") pues creo que en algunos casos no es reemplazable con "cero" y viceversa, utilizar la palabra nada, en lugar de cero, pues tampoco.
Pero es curioso que un niño no conozca el significado de esa palabra, porque antes se aprende a hablar y bastante después a contar, por lo tanto antes de conocer la palabra "cero" lo lógico sería que utilizase la palabra nada. ¿No?
Creo que me he liado un poco :P

Herel dijo...

Ya te digo que me sorprendí de que no conociera esa palabra, pero pensándolo posteriormente...puede pasar, es algo tan dado por hecho que se ha de saber, que lo mismo nadie se ha preocupado hasta ahora de cerciorarse de que lo sabía; ningún profesor le ha preguntado "A ver tú, ¿sabes lo que significa nada?"; ni ningún libro le ha explicado su significado; ¿y si ha dado la casualidad que hasta ahora esa palabra le había esquivado, o él la había esquivado a ella, hasta ese día en el que el no saber lo que significaba "nada" le impidió entender la frase que leía?.
A mí me pasó algo parecido con la reproducción cuando nos la explicaron en clase. Digamos que el profesor se limitó a explicar la fecundación y se saltó la parte preliminar. Y como yo no sabía cómo se habían trasladado, así como quien no quiere la cosa, los espermatozoides -que estaban en el hombre- hasta el interior de la mujer, lo pregunté...
Todo el mundo se empezó a reir y el profe me puso cara rara, también le hizo gracia, pero a lo que importa:¿sabes lo que me respondió por fín?... NADA, me esquivó, no respondió mi pregunta, me dijo que ya me lo explicarían mis compañeros, y siguió explicando su "fecundación" con los capítulos, que todo el mundo se da por hecho que sabe, omitidos.

Lo de que "nada" tenga distinto significado que "cero" depende de cómo uses esa palabra. "No sentir nada" podría expresarse en otro idioma como "tener cero de sensación", o "estar en cero de potencia de la acción de sentir"; "no te preocupes por nada" como "preocúpate por cero [cero cosas capaces de generar preocupación]", o "preocúpate 0", donde 0 es nada y 1 sería algo, por ejemplo. Luego "cero" podría cubrir todos los significados y matices de "nada", aunque en idiomas como el castellano o el italiano el uso de estas palabras esté segregado y especializado, y es por eso que pudiera parecer que se necesitan dos palabras distintas. yendo más lejos podría especializarse más el vocabulario en un idioma y no tener dos "cero" y nada", sino veinte palabras distintas y excluyentes para para definir la no existencia desde veinte percepciones diferentes... no sería lo mismo "no ser nada", que "no tener nada", ni que "no hacer nada", ni que "no parecer nada"... y entonces un hablante de ese idioma, diría que es imposible usar sólo dos palabras para expresar todo aquello para lo cual su idioma utiliza veinte palabras diferentes.

Y a mí me parece más lógico en el contexto del vocabulario de un idioma como el castellano (o el italiano) conocer "cero" antes que "nada", porque los números y las operaciones aritméticas es algo que sí que te enseñan en la escuela y se aseguran que sabes, y es algo también que manejas todos los días. La idea de la "nada", en cambio, es prescindible; puede expresarse mediante la negación de algo en concreto:
sentir nada-> no sentir
haber nada-> no haber
tener nada-> no tener
preocuparse por nada-> no preocuparse...
De hecho, decir "no tengo nada" es una doble negación, el "no" sobra, podrías decir "tengo nada" y la frase funciona, pero las normas de la gramática te obligan a meter el "no" o a invertir la frase poéticamente: "nada tengo".
Como en francés con el "ne...pas", doble negación crónica de cualquier frase, ¿se podría quitar el "ne" o el "pas" sin destruir el significado de la frase? sí. ¿por qué no lo quitan?, pues porque ese idioma es así, aunque de hecho a veces sí que se comen el "ne", la primera negación, en el lenguaje descuidado.

Aiyana, sí, pocos de los que nos rodean han vivido la nada material, pero seguro que pocos, igualmente, han escapado a la nada sentimental o el vacío vital.

javier dijo...

Las matemáticas pertenecen a otro mundo, pero al igualq ue las palabras, son un invento; surgió la necesidad de diseñar un símbolo que indicase la nada, y luego surgió la necesidad de encontrar una palabra para describir ese símbolo.

Nada, cero, vacío...cuando se usan en una connotación sentimental se vuelven verdaderamente terribles

Otratazadecafe dijo...

Mmm... bueno, todo depende del punto de vista según el que se mire, eso está claro, y también está claro en mi caso que al estar más que acostumbrada a dos idiomas tan ricos se me haga raro tender a simplificar, digamos que en ese aspecto no soy muy práctica.

Y, sabes qué? el problema que tuviste tú con el tema de la reproducción es muy común!

Y es que, si miramos los libros de texto, nos damos cuenta de que el paso más importante se lo saltan a la torera.
Una vez pregunté a una profesora por qué no les explicaban a los niños cómo llegaban los espermatozoides hasta allí y me contestó que eso suponía un problema porque muchos padres se quejaban y se escandalizaban de que los niños volviesen a casa hablando de sexo!
Se ve que muchos prefieren el sistema "del polen y las abejitas" y no se paran a pensar que, llegados a cierta edad, los niños se dan cuenta de que las cosas no cuadran.
En fin, no comprendo cómo pueden preferir que el niño tenga que hacer sus propias elucubraciones sobre el tema o lo que es peor, aprenda como funcionan esas cosas a través de revistillas para adolescentes, que darles una explicación como es debido.

Herel dijo...

Y como nadie te lo explica, lo aprendes de forma clandestina, como tú dices, y parece que es algo oscuro e ilegal, tabú, y así es muy difícil que se le dé la naturalidad que tiene; y se sustituye por una sexualidad artificial.
Pero claro, tú explícale a un niño las cosas tal cual son... y que te vea alguien hacerlo... seguro que te denuncia por corromperle, cuando la deformación, la disrupción mental se realiza por todo lo contrario: por la desinformación y el mutismo, dejando la cabeza en un estado paleto e inculto sexualmente, fácilmente manipulable para inculcar una sexualidad deforme moldeada por los intereses de terceras personas. El que ha estudiado física, química, anatomía, historia, piscología... es más difícil que se trague historias metafísicas o discursos terjiversados. A los más faltos de educación e instrucción, en cambio, es mucho más fácil hacerles tragar auténticas mentiras envueltas en papel de regalo y que las acepten como verdades, pues en un cerebro vacío se puede meter fácilmente cualquier idea; en cambio en un cerebro relleno previamente de verdades e instrumentos de análisis... no entra cualquiera, no entra el caballo de Troya.