lunes, 20 de marzo de 2006

CRASH



SMS: "Estoy aquí".

Le mato, ¡vaya desperdicio de SMS! ¿Dónde es aquí?, si hemos quedado por Callao, pero en ningún sitio en concreto.
Llamada: ... vale, dentro de la FNAC.
Quedar con L. siempre es una odisea.

Fuimos a ver Crash, una película con una trama hilvanada a partir de ideas y planteamientos muy interesantes.

[AVISO: Si no has visto la película y tienes intención de verla, no leas lo siguiente]

La película habla de la desconfianza en los demás, de la variabilidad del carácter y los principios de una misma persona en función del contexto, y de la relación con esa desconfianza desde uno y hacia uno:
A veces desconfiamos, pero decidimos dar un voto de confianza para no pecar de "X-istas", y erramos; deberíamos haber hecho caso a nuestra desconfianza inicial, aunque fuera prejuiciosa. Otras veces desconfiamos y directamente actuamos en consecuencia, tratando como delincuentes potenciales o efectivos a quienes nos parecen peligrosos, quizá sólo guiándonos por apariencias o prejuicios. Es un tremendo dilema al que nos enfrentamos cada vez que un desconocido con capacidad (que no intención) de hacernos daño aparece en nuestro campo de percepción.

Es muy significativa la escena incial, en la que aparecen dos "hermanos" negros, uno alegre y despreocupado, y el otro tremendamente suspicaz y desconfiado, que ve signos de discriminación en todas partes: ¿has visto? la camarera nos ha tratado peor por ser negros; ¿ves a esa mujer? se abraza a su marido no porque tenga frío sino porque ha visto a dos negros y ha sentido un escalofrío de miedo. Se queja de que por ser negros les vean como delincuentes. Bien, en la siguiente escena se comprueba que, efectivamente, son eso que tanto le molesta que la gente piense cuando les mira: delincuentes; quien les hubiera prejuzgado como tales hubiera dado en el blanco. Ahora viene la paradoja: ¿qué fue antes, el huevo o la gallina?, ¿se han convertido en delincuentes porque la sociedad les ha tratado siempre como delincuentes, o la sociedad les trata como delincuentes porque siempre han actuado como delincuentes?, ¿han sido obligados a luchar contra un Efecto Pigmalión que les empuja hacia la delincuencia?, ¿han sido condenados antes y después de siquiera haber sido?

Otra paradoja resulta de la historia de la pareja de polis. El poli experimentado, prejuicioso, "X-ista" y chuleta; y el novato, cargado de principios e ideales honestos, tolerante y de buena fe. Si la película terminara en la primera escena demostrativa de cómo se las gasta el amigo poli cabrón, la cosa quedaría así y todos contentos, pero resulta que este mismo acaba actuando heróicamente reconcilíandose con la mujer a la que humilla al principio de la peli, demostrando que no es un cabrón absoluto, sino que dependiendo de las circunstancias puede ser ángel o diablo, puede ser duro e impasible o piadoso y sensible; y el buenazo, en cambio, acaba dejándose llevar por el miedo y los prejuicios que tanto detestaba, y mata a un negro que no iba a hacerle ningún daño sino a entablar una posible amistad, en un ambiente cargado de sospechas.

La película tiene un significativo cambio de tensión desde el principio al final. El comienzo es incómodo, te presenta una serie de situaciones en bruto, sin amor ni humanidad. Luego la lupa se empieza a acercar a cada personaje, entiendes su situación y ves sus cambios, sus evoluciones, ya no es tan inhumano. Y llegamos a un final conciliador, en el que ya no queda nada de tensión, pase lo que pase ya no hay acciones frías, todos los personajes clave del mensaje han pasado por algo muy fuerte y están más preparados para meterse en la piel de los demás. Empiezas viendo una ciudad con personas y acabas viendo personas en una ciudad.
Y no es la típica película de personajes "mono-rol", predestinados a ser o buenos o malos, déspotas o cariñosos, brillantes o necios. Una misma persona puede ser todas esas cosas a lo largo de las 24 horas de un día, a lo largo de los 7 días de la semana, a lo largo de los 12 meses del año... a lo largo de las circunstancias que rigen su vida. Si la cámara empieza a filmar en un momento de brillantez o necedad y se detiene en el ocaso de ese estado, obtendremos una biografía ficticia, una idea equivocada por ser parcial -anecdótica-, y no total. Una foto de una persona sonriente no refleja a una persona alegre necesariamente, simplemente refleja a una persona que sonríe... en el momento de hacer la foto.

Pero con razón se dice que la primera impresión es la que cuenta, porque sólo tenemos esa para juzgar cuando la cámara corta.

6 comentarios:

aiyana dijo...

grrrrrrrrrrr. Casi me lo leo, te mato... que tengo ganas de verla. :p

Herel dijo...

Hmmmmm, voy a poner un STOP, visto que el semáforo en rojo no se ve. :D

Eremita dijo...

Lo siento pero tampoco lo he leido, cualquier día de estos pienso ver la película, así que esperaré.

Anda que ya le vale a L por lo de Estoy aquí, es como cuando llama alguien por teléfono y dice eso de "Soy yo". Muy bien, pero hay muchos yos en el mundo.

Herel dijo...

Bueno, ahora con los móviles que te muestran la llamada, también se da el caso inverso: alguien que te saluda sistemáticamente como "Hola soy X" a sabiendas de que tienes su número grabado y requetegrabado en la memoria.
"Hola, soy X y te estoy llamando"... dime algo que no sepa (es que soy de un booorde) :)
Eremita gracias por la visita, y espero que bajes más veces de tu retiro.

Otratazadecafe dijo...

La escena inicial creo que la he visto más de una vez en otras películas, del negro que piensa que se le discrimina aunque no tenga pruebas de ello, suelen bromear bastante con este tema pero nunca lo había enfocado de la forma en la que se enfoca en la película.

La escena en la que el poli "malo" saca a la mujer del coche accidentado es una de las cosas que más me han gustado porque no te lo esperas, yo por lo menos esperaba que el poli, al ver quién era la víctima del accidente, actuase de otra manera.

Es un claro ejemplo de que dejarse llevar por las apariencias y juzgar a los demás de buenas a primeras es un error y que, además, es casi inevitable.

Muchas veces pienso que si cada uno hiciese un auto análisis de los distintos comportamientos que adopta a lo largo de un día o de una semana, se daría cuenta de que su forma de ser es casi imposible de describir...

javier dijo...

Yo tengo ganas de verla pero será en DVD

Joder, qué poco voy al cine