lunes, 3 de septiembre de 2012

Indefensión aprendida

Un interesante concepto, la indefensión aprendida, que he visto en los comentarios de esta entrada del blog de Enrique Dans, que a su vez enlaza con esta otra entrada de David Bravo, (que recomiendo leer, como posible modelo de la "Justicia" "aún mejor" que nos espera) donde el conocido abogado trata de lidiar con el sistema de denuncias implementado con la Ley Sinde (que pese al notorio e insistente rechazo popular, al final ha colado, como estaba cantado que pasaría), diseñado para que todo sujeto acusado se vea incapaz de defenderse y a merced del lobby que está detrás.
El lobby de la propiedad intelectual que, como el lobby hembrista, demuestra nuevamente la fuerza de presión política que posee para suplantar a la justicia con sus perversiones, convirtiéndose en este caso en jueces y partes.

Ladrones, caciques, subvencionados, perros de los lobbies de presión y de plutócratas, un sistema podrido desde el presidente al bedel.
Los sabemos, pero saberlo no basta. Nos sentimos indefensos, ¿peleamos lo suficiente? ¿Para qué? Si ellos saben que no les va a pasar nada, se van siempre de rositas, y nosotros vemos que hagamos lo que hagamos, votemos a quien votemos, votemos o no, la cosa no cambia.
Hacen un poco el paripé, y van dejando pasar el tiempo mientras el público se aburre o se desespera, porque el castigo merecido no llega, acaso unos azotes simbólicos o un cabeza de turco cada lustro.

En el siguiente vídeo se explica la indefensión aprendida en el contexto de los campos de concentración nazis:

En el experimento con animales, se observó que cuando el perro aprende que haga lo que haga y pruebe lo que pruebe va a ser castigado igual, que nada funciona... aprende a no evitar el daño, se convierte en un ser pasivo, indolente y desidioso. Seres resignados.

La industria del copyright movió un dedo y se enviaron cartas advirtiendo de acciones legales. Cuando las cartas se ignoraron, la industria movió un dedo y se interpusieron las acciones judiciales. Cuando los jueces resolvieron en favor de denunciados y demandados, la industria movió un dedo y se recurrieron las resoluciones. Cuando volvieron a perder en los juzgados, la industria movió un dedo y desaparecieron los jueces. 
(Síntesis de la Ley Sinde de David Bravo)

2 comentarios:

Piedra dijo...

Muy interesante el vídeo, ese sería el caso extremo, pero estamos inmersos en una sociedad creada a base de pequeños miedos que nos van amoldando y convirtiendo en un rebaño paciente y bien adoctrinado.

Para mi esta imagen ha sido muy evidente en la generación de posguerra, que después de todo que vivió, se resignaba a lo que hiciera falta. Aun así, fueron más activos que las sucesivas; preocupante.

Borobia dijo...

Cuando ves que pese a los reiterados esfuerzos por conseguir algo son inútiles, aprendes a no luchar y a resignarte. Y es que, ¿qué se puede hacer ante estas situaciones en las que sabes que tienes todas las de perder? Que conste que en mi caso particular, intento como sea no resignarme, pero se dan tantas veces esas situaciones de indefensión que al final te vas desgastando y acabas tirando la toalla.