Conversaciones circulares, en las que:
- Cada contertulio repite insistentemente los mismos argumentos propios cuando le llega el turno de hablar, con independencia de lo que hayan argumentado los demás.
- Los contertulios se van intercambiando argumentos y repitiéndolos como parte de una opinión común, de modo que la opinión que expresó A ahora la expresa C, y la que expresó B ahora la expresa A. No hay discusión, pero tampoco se llega a ningún sitio ni se aporta información nueva. Meros repetidores, ecos.
- Se llega a una solución y, de seguido, a una razón por la que no es viable esa solución. Al cabo de un rato se vuelve a proponer aquella misma solución, y al cabo de otro rato reaparece la razón por la que no era viable. Para gente con memoria de pez.
Y la conversación circular dura hasta que:
- Alguien describe la realidad: estamos hablando en círculos.
- Alguien detiene la ruleta y actúa resolutivamente.
- Alguien dice lo que todos estaban esperando que alguien dijese, y para lo cual todos han ido dando pistas y rodeos sin llegar a decirlo. O alguien toma la responsabilidad de escoger una de las opciones que se barajaban y de las que nadie quería responsabilizarse.
- Alguien se tiene que ir.
- Alguien se levanta y extiende la mano: ¡Ha sido un placer!
- Se pasa a hablar de otra cosa. Sin mayor problema, pues el objetivo de la conversación circular era terapéutico, no resolutivo.
3 comentarios:
Muy típico de TV donde se persigue machacar con una idea, no enseñar o demostrar nada.
Bueno, me he reído mucho porque este tipo de situaciones se suelen dar, y se dio en concreto el otro día en mi visita a Chinchón.
Al final de la jornada, en la terracita de noche, debatiendo de temas, no se llegaba a ninguna conclusión, y me di cuenta de que allí todo el mundo soltaba sus "paridas" con objetivo terapeútico, pero en el fondo está bien, desbarras un poco, te explayas y al final del día dices: "pues qué bien me lo he pasado".
A mí me parece un tipo de conversación bastante habitual, no sólo en la tele, sino en el día a día: trabajo, amigos, familia, vecinos... No lo pasará mal en este tipo de charlas quienes gusten de la algarabía y el bullicio; en muchas ocasiones, el pretexto es reunirse y lo de hablar para tomar una decisión, resolver un asunto, o exponer una idea, es secundario y en muchas ocasiones, completamente prescindible. En estos casos lo que importa es que cada uno intente soltar su rollo y tomar una posición predominante entre el grupo, y cuando se acabe la mecha, regresar a su casa en el mismo estado que cuando salió para reunirse. XD
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