Y ha sido posible prácticamente siempre debido a que este bosque prostituído está profusamente arado con sendas, caminos, y cortafuegos, muy próximos entre sí. Vías paralelas y perpendiculares, a veces pegadas. A eligir: la carretera, al lado el camino, al lado el sendero, y luego el cortafuegos... y unos metros más allá otro cortafuegos u otra senda. Es fácil estrenar cada día un trozo de recorrido nuevo.
No hay escondites, no hay lugares recónditos ni secretos, no hay naturaleza salvaje. Cada palmo de suelo ha sido pisoteado, palpado, arado, contemplado, examinado, respirado, meado... por miles de personas cada día.
2 comentarios:
Realmente el factor sorpresa es inexistente.
Aunque con una linterna, en noche cerrada, las cosas cambian mucho...
Por cierto, son las fantásticas fotos las que me llamaban la atención en el anterior post. No lo que ellas reflejaban...
Salu2
Cierto, por la noche será como recorrer un lugar nuevo... aunque seguirá habiendo presencias humanas pululantes...
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