jueves, 23 de septiembre de 2010

La química

Si me preguntaran cuál fue la asignatura del colegio más dura para mí, sin duda diría la Química.

Como dice señor Plinio Sosa:
Triste suerte la de la malquerida química. Todo el mundo habla mal de la pobre. Que si la contaminación, que si los conservadores, que si las drogas. Química es sinónimo de nocivo, de dañino, de artificial.

Pero no es por esto que no se le quiere. Su supuesto impacto negativo sobre la naturaleza es, en realidad, pecata minuta. Su verdadero pecado -por lo que se le odia, por lo que no se le perdona- es porque se le considera a-bu-rri-dí-si-ma. Todos hemos padecido aquellas interminables clases donde el profesor saturaba el pizarrón con ese cúmulo de jeroglíficos indescifrables mal llamado química.

¡Pero esto no es química, caramba! La química es de colores, tiene sabor y olor. Cabe en un matraz y en un reactor. Sabe dulce y salado. Huele a flor y a huevo podrido. Es algodón y acero. Es fría y caliente. Es imán y es chispa. Es campo y es urbe. Es pasado y futuro. Es electrón y supernova. Es esto y mucho más. Todo lo que se quiera. Pero nunca un conjunto de jeroglíficos flotando, sin más, por encima del mundo.

Triste suerte la de la malquerida química. Todos hablan mal de ella pero pocos la conocen. Es decir, la odian sin conocerla. Y claro lo que realmente odian -odiamos, dijo el otro- son esos absurdos jeroglífcos.

En su página, "La Química es puro cuento", habla de química de una forma una tanto más amena, evitando los mencionados jeroglíficos... aunque al final acaban siendo inevitables si no queremos quedarnos en el mero cuento.

Allá por los 80, un tío mío que era químico me pasó una fotocopia de una particular Tabla Periódica de los Elementos como ésta, aunque en blanco y negro:

Decir que esta tabla actualmente está desfasada, pues se han ido descubriendo más elementos aún, o mejor dicho creándolos artificialmente estrellando elementos unos con otros en los aceleradores de partículas para formar nuevos núcleos con más o menos protones. Son elementos que no se dan en la naturaleza por su inestabilidad y corta duración caso de llegar a generarse accidentalmente, y de hecho en los aceleradores deben durar tanto de lo mismo, lo suficiente para que el científico de turno le ponga un nombre que ya tendrá preparado.

8 comentarios:

Toni dijo...

Yo la química bien...pero el griego era un verdadero calvario.
Y para nada útil...

Salu2

Herel dijo...

Si tuviste griego es que te libraste de la química en los últimos cursos del bachillerato.

Toni dijo...

Pues no...

Química, Griego y latín iban de la mano en el magnífico "centro penitenciario" en el que me matricularon mis padres...
Aparte de inglés y francés naturalmente...jeje.

Salu2

Trinity dijo...

La química la odié sólo en COU, porque nos tocó un profesor suplente que era un asco de hombre, explicaba fatal, no sabía llevar a los 40 alumnos, ni entendía los problemas que ponía, y la verdad que fue infernal todo el curso.

La tabla periódica en sí misma para mí era bastante fácil, se me daba muy bien formular, aunque si llego a ver esta tabla llena de muñequitos creo que en vez de ayudarme, me habría vuelto loca.

Las asignaturas, como siempre, depende del profesor que te toque para amarlas o detestarlas, y yo es que también estuve como Toni en un centro penitenciario :D

Por cierto, la única vez que pedí un profesor particular en toda mi vida, fue para enfrentarme al examen de todo el curso de química de COU, porque me iba a la repesca. Vino una chica por 2 horas, y se fue casi más avergonzada de lo que vino, porque yo tenía dudas muy puntuales, no era la típica vagaza que no sabía por dónde iban los tiros, y la tipa no me sabía responder a nada.

Herel dijo...

También tuve profes malísimos, y creo que se debe a que la mayoría de los profesores de química no son químicos sino que vienen de magisterio y les ha tocado dar química.

Trinity dijo...

Es muy posible, Herel, una de mis mejores amigas, es doctora en químicas, está terminando bioquímicas, ha trabajado durante años en investigación en la Universidad de Bristol, y ahora cuando ha vuelto a España se está dedicando a dar clases en institutos, y estoy convencida de que lo hace de manera didáctica y entretenida (por las cosas que me cuenta).

Aunque pienso que muchas veces no es tanto tener una formación pura en la materia, sino más tus ganas de enseñar, de respetar al alumno, de hacerle llegar lo que sabes, de esforzarte y pensar que tienes delante seres humanos en una edad difícil, no nombres y apellidos a los que putear.

Anónimo dijo...

Yo creo que la peor profesora que tuve en el bachillerato fue precisamente la de física y química de 2º. No aprendimos absolutamente nada -nadie, ni los mejores alumnos, entre los que yo no me encontraba, pero bueno- y encima suspendía que daba gusto, al final yo aprobé por pena, o porque simplemente no quería cargarse a toda la clase, y tuve suerte de caer entre los aprobados.

Respecto a lo de latín y griego, doy la razón a todos los que se quejan, tal y como se impartía -se imparte- en la mayoría de los centros son dos asignaturas inútiles y cuyo único objetivo parece ser torturar a los muchachos.

Borobia dijo...

De pequeña soñaba con la química; los casi únicos juguetes que pedía estaban relacionados con esa materia.

En el instintuto ni fu ni fa, tuve un profesor completamente anodino, así que si me gustaba la asignatura era por vocación; no como las matemáticas, que me gustaban y tuve profesores buenísimos casi siempre.

Actualmente en lo que curso tengo química y... grrrrrr, se me hace un poco cuesta arriba; es la asignatura que menos me gusta con diferencia.